Felices fiestas...
Rápidamente hemos arribado al día 356 del año que corre turbulentamente; nos encontramos muy cerca de la celebración de la Nochebuena y a nueve días de que finalice el 2024, desafortunadamente, el horno sinaloense no está para bollos como consecuencia de la guerra que se traen los dos bandos visibles de los descarriados, de tal suerte, que el ambiente no da para una celebración plena de las festividades decembrinas. El temor no propicia el estar banqueteando con familiares y amigos bajo la certeza de no estar expuestos a un funesto latigazo inesperado. A propósito de esta angustia decembrina, dijera don Arnoldo, el simpático personaje de la comedia televisiva Una familia de 10, recuerdo que una circunstancia similar vivieron nuestros paisanos, un día como hoy, cuando tropas francesas intentaron tomar la plaza de Culiacán, arribando por el puerto de Altata y en el pueblo de San Pedro, los enfrentó triunfalmente el General Antonio Rosales, a pesar de ser superado en número de elementos y armamento, desventajas que superó con bravura e inteligencia, cualidades que parece que no fueron heredadas por las cabezas de las actuales fuerzas armadas.
Esperemos que las partes en trance se serenen, por lo menos durante estos días; que reflexionen qué sí y qué no les espera al final del camino de este ya largo conflicto, en el que las pérdidas ya son cuantiosas para ambos bandos y ni qué decir para toda la sociedad. Comercialmente echaron a perder la plaza, pero allá ellos, sus negocios y sus codicias.
Y a propósito de calambres navideños, la base trabajadora del país que presta sus servicios de forma dependiente, de parte de la Presidenta Claudia Sheinbaum y de la Cámara de Senadores, ha recibido la amenaza de utilizar sus fondos de vivienda que administra el Infonavit para financiar la construcción de morada popular para ser entregada vía crédito a los trabajadores que actualmente no califican para un crédito, o bien, para ser cedidas en renta bajo promesa de venta, vía aplicación de arrendamiento a cuenta del valor de la propiedad.
Para ello, el proyecto de gobierno planea hacerse, no dicen bajo que figura, del Fondo de Vivienda de los trabajadores cotizantes, mismo que suma más de dos billones de pesos. El planteamiento a primera vista, suena justificado ya que es una vía interesante, por lo menos para paliar el problema de vivienda que sufren miles de familias. Pero donde la puerca tuerce el rabo es en lo siguiente.
En su plan de construcción de vivienda, el gobierno pretende crear una empresa, lo cual, eriza los cabellos ya que son miles los proyectos empresariales del gobierno que han terminado en rotundos fracasos con altos costos para el país y el enchinamiento crece cuando se sabe que el director general del instituto de la vivienda es el ex director de Pemex, el ingeniero agrónomo Octavio Romero, el mismo que bajo su mandato sumió en un mar de deudas a la de por sí alarmantemente apasivada paraestatal petrolera.
Y por si lo anterior fuera poco, el proyecto de reformas a la ley del Infonavit plantea que la administración del instituto quede bajo control total gubernamental ya que su consejo de administración ya no sería paritario como actualmente lo es, con seis consejeros repartidos en dos por cada una de las partes que intervienen: gobierno, trabajadores y empresarios.
Esperemos que tanto los empresarios, que son los aportantes de las cuotas y los trabajadores beneficiarios de las mismas, den una férrea defensa ante el nada halagador proyecto de la 4T.
Felices fiestas para mis comprensivos lectores, amigos y familiares. Que la Navidad sea un preámbulo favorecedor de nuevos y mejores vientos durante el 2025. ¡Feliz Navidad!
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