Fe en los guerreros de batas blancas. Aporte de Medicina Interna del HGC

Alejandro Sicairos
14 abril 2020

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alexsicairos@hotmail.com


La comunidad médica de Sinaloa realiza un esfuerzo titánico por salvar las vidas de los enfermos por Covid-19 que requieren de hospitalización y esta labor va desde la atención profesional a pacientes hasta el estudio del comportamiento del coronavirus y formulación de estrategias para contener la pandemia. A pesar de cualquier circunstancia adversa en el desempeño de sus labores, el ejército de las batas blancas libra y gana batallas épicas que nos sacarán adelante y enorgullecen a todos.

Comprometidos con la vida, aun poniendo en peligro la propia, los trabajadores de la salud anteponen la ética y compromiso social por encima de cualquier otra cuestión. Cuando el virus se vaya y brille otra vez el sol con la intensidad del deber cumplido, ellos tendrán que ser revalorados en los planes estratégicos del Estado, aparte de recibir el galardón de la alta ponderación social.

Existen bastantes ejemplos de la tenacidad de los médicos, pasantes, enfermeras y personal de las demás áreas hospitalarias que son la señal que indica que entre más oscuro esté es porque se acerca el amanecer. Uno de estos resplandores en medio de la emergencia es el proyecto Sinaloa “Una ventana de oportunidad, Covid-19: aprender las lecciones”, elaborado por miembros del Servicio de Medicina Interna del Hospital General de Culiacán “Bernardo J. Gastélum”.

En esta aportación colegiada, los médicos Marco Antonio Maradiaga Ceceña, Héctor Ponce Ramos, Minerva Esmeralda Vázquez Huerta y Guadalupe del Pilar Meza González establecen una guía de atención primaria y secundaria en el cuidado de los pacientes con Covid-19, cubriendo el uso no autorizado y/o experimental de medicamentos en el tratamiento y proporcionando información basada en datos disponibles hasta la fecha con respecto a posibles manejos clínicos y otros en investigación.

Se trata sin duda del mejor aporte logrado hasta hoy en Sinaloa respecto a la contingencia sanitaria nacional. El objetivo primario, exponen, es el diagnóstico y tratamiento temprano de todos los pacientes en primer nivel de riesgo para evitar el agravamiento del padecimiento y disminuir así las hospitalizaciones, el ingreso a Unidad de Cuidados Intensivos, requerimiento de ventilador y finalmente la muerte.

El documento es extenso en sus alcances. Analiza la aplicación y resultados de diferentes fármacos, las ventanas de oportunidad terapéutica que en etapa temprana representa el 81 por ciento, 14 por ciento en enfermedad severa y 5 por ciento en enfermedad crítica, advirtiéndose que es la propagación explosiva la que colapsa los sistemas de atención sanitaria y pone en peligro el manejo de enfermedades controladas con vacunas o tratamientos, pudiendo incrementar drásticamente la morbilidad y mortalidad de estas.

Entre las acciones a implementar destacan: uno, mayores esfuerzos para lograr el diagnóstico temprano mediante información a la población para que ésta identifique sus factores de riesgo y sea capaz de plantear, incluso vía remota, su problemática de salud; dos, capacitar al personal de salud en el uso de un software de diagnóstico para dar seguimiento individualizado a los casos: con listado de síntomas y factores de riesgo del paciente, incluyendo realización de electrocardiograma y factores de riesgo cardíaco y, tres, el uso profiláctico de sustancia utilizadas en otras malarias para todo el personal médico expuesto a pacientes con Covid-19, ya que está muy proclive al contagio por SARS-CoV2, incluso a morir.

El documento, sujeto a actualización desde su creación el 1 de abril y que en su versión íntegra puede ser solicitado por personal del área de la salud al correo electrónico marcomaradiaga@hotmail.com, plantea el propósito de orientar el tratamiento a etapas tempranas, que permita detener el avance de la enfermedad hacia las etapas graves y/o críticas, para las cuales no se dispone de suficiente capacidad de atención hospitalaria y pueden ser causa de muerte.

El proyecto ratifica que los profesionales de medicina en Sinaloa no están cruzados de brazos ante los estragos del coronavirus ni están huyendo de los hospitales por miedo a contagiarse. Ahí están al pie del cañón, haciendo mucho más de lo que el contrato de trabajo les exige. La guía médica aportada por el Servicio de Medicina Interna del Hospital General de Culiacán llega, en este tiempo de pandemia, como aguacero en el estiaje.

Merecen, pues, el apoyo social. Los trabajadores de la salud realizan la parte más pesada de la obra colectiva para ponerle murallas al Covid-19. Quedarnos en casa, enviarles mensajes de aliento, aportarles insumos para el cuidado de ellos, agradecerles a sus familias que también corren riesgos, serían las formas de reconfortarlos y hacerles ver que nunca los dejaremos solos.

Ya vendrán los laureles sobre las sienes.


Reverso

Sí podemos confiar, por suerte,

En el Ejército de la Salud,

Al que no lo arredra el alud,

De nuestro miedo a la muerte.


Sin manchar el plumaje

Aunque a veces se tarda, la sabia puntualidad de la historia rescata a aquellos a los que la injusticia trató de mermar mediante venganzas políticas. Y ahí está, de una sola pieza, el doctor Héctor Ponce Ramos poniendo al servicio de los sinaloenses sus 30 años de experiencia como neumólogo, consultando gratis y las 24 horas a posible contagiados por el virus de Wuhan. Le pueden llamar o enviar mensajes al teléfono celular 667 499 9586 o escribirle a su cuenta de Facebook.