Exitosa consulta por la reforma en la UAS
La consulta a la comunidad universitaria sobre la reforma a la Ley Orgánica de la UAS representó un triunfo rotundo. En el plano cuantitativo, la respuesta a los cuestionarios distribuidos fue en su mayoría positiva, con más del 90 por ciento de los participantes votando a favor de la reforma. Un total de alrededor de mil 390 universitarios de los 2 mil esperados tomaron parte de este sondeo, demostrando un elevado nivel de compromiso e interés por parte de la comunidad académica.
Desde la perspectiva cualitativa, es notable que la consulta se desarrolló exitosamente, pese a los desafíos enfrentados. La participación decidida y comprometida de los universitarios subraya un ferviente deseo de avanzar hacia una mejor universidad. Este evento no sólo constituye un logro considerable que merece ser celebrado, sino que también se erige como un hito en la historia moderna de nuestra centenaria institución. Sin embargo, el trabajo no termina aquí; es imperativo continuar con el proceso hasta concretar la tan necesaria reforma a la Ley Orgánica de la UAS.
La participación de los estudiantes y profesores en la consulta universitaria, aunque numéricamente no representativa de toda la comunidad, fue notablemente significativa dadas las adversas circunstancias. El ambiente de violencia que prevalece en la región de Culiacán, especialmente en zonas periféricas y rurales, fue estratégicamente aprovechado por las autoridades de la UAS para limitar la participación en la consulta. Bajo el pretexto de seguridad, implementaron el cierre de escuelas y la transición a clases virtuales en todo el estado, una medida que parece más un intento de boicotear la participación que una necesidad real de proteger a la comunidad universitaria. Sin embargo, los que participaron demostraron un firme respaldo a la consulta, evidenciando una comunidad académica y estudiantil comprometida con el cambio.
El Congreso del Estado, a través de la Comisión de Educación, Ciencia y Tecnología presidida por el Diputado Adolfo Beltrán Corrales, fue el responsable de llevar a cabo de manera meticulosa y conforme a la ley esta consulta histórica. En el estado se instalaron 150 mesas receptoras para recoger las respuestas a un cuestionario de seis preguntas, durante los días 11 y 12 de septiembre. Esta acción, respaldada por el artículo 3, párrafo tercero, de la Ley General de Educación Superior, constituye un paso indispensable hacia la reforma de la Ley Orgánica de la UAS en el Congreso del Estado. Dicha reforma busca cambiar radicalmente la dinámica de control que las autoridades ejercen sobre la institución, buscando poner fin a una era marcada por políticas represivas y regresivas que han desviado a la Universidad de sus ideales académicos y limitado las oportunidades de desarrollo para estudiantes y profesores.
La reforma a la Ley Orgánica de la UAS es impostergable. Con este fin proponemos un conjunto de medidas mínimas en la reforma de la Ley Orgánica de la UAS. Primero, que sea implementado un sistema de votación ponderado y equilibrado entre estudiantes y académicos para la elección de autoridades, incluidos el Rector y los directores, asegurando que la ponderacion sea equitativa para fomentar la participación democrática en todos los niveles. Segundo, que sea introducida la gratuidad progresiva en la institución, eliminando barreras económicas que impiden a los estudiantes acceder a la educación. Finalmente, que se establezcan órganos de transparencia que supervisen los recursos financieros y humanos, garantizando que la gestión de nuestra Universidad sea abierta y responsable. Esta reforma es fundamental para revitalizar el compromiso académico y cultural de la UAS, guiándola hacia un futuro más transparente, plural y equitativo.
En esta nueva etapa de nuestra historia, la Universidad Autónoma de Sinaloa exige la participación decidida de toda su comunidad. Es tiempo de liberarnos de las cadenas de represión y censura que han marcado nuestra institución durante casi dos décadas. Así como reivindicar nuestros derechos como miembros de una comunidad educativa que se merece estar a la altura de los tiempos actuales. No debemos ceder en nuestra lucha por la libertad, la democracia y la pluralidad en nuestra venerable casa de estudios. Que las fuerzas retrógradas no sean un obstáculo, sino un catalizador que nos impulse a luchar aún más fervientemente. La UAS lo merece, y nuestra sociedad lo demanda.
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