Evadir la información

Rubén Martín
06 febrero 2023

SinEmbargo.MX

No es una novedad, pero desde hace unos meses he conocido a más personas decir que evitan leer, ver o escuchar noticias sobre los principales acontecimientos diarios. Son familiares, amigos, conocidos que tomaron la decisión de no estar atentos a las informaciones diarias. Su argumento es que las noticias los abruman, les causan preocupación, ansiedad y hasta una sensación de impotencia: ante lo que ocurre, no se puede hacer nada.

Recientemente, un miembro de mi familia avisó que iba a pasar un fin de semana en Mazamitla, Jalisco y en mi saturación informativa le dije que por qué escogió ese destino considerando que en este momento era uno de los más peligrosos del estado. Respondió que no sabía que habían ocurrido en este Pueblo Mágico. Le expliqué que a lo largo de 2022 habían ocurrido varios hechos de violencia grave en esa localidad y me respondió que no sabía porque hacía tiempo que no seguía las noticias porque le generaban ansiedad e inquietud.

Desde nuestro contexto de Jalisco, uno no puede reprochar esa conducta de evadir el consumo de información. Comenzamos este año con el seguimiento de la terrible noticia de la desaparición masiva de cuatro jóvenes (tres mujeres y un varón) que salieron de Colotlán, Jalisco a buscar diversión en el vecino estado de Zacatecas y ya no regresaron. Semanas después fueron encontrados sin vida. La desaparición de personas, las fosas clandestinas, los feminicidios y los homicidios violentos son el pan de cada día en Jalisco y en buena parte de México.

¿Quién quiere enterarse de esos horrores, de esas atrocidades? Nadie quisiera estas noticias diarias en su comunidad, en su ciudad. Pero esto es lo que tenemos cotidianamente en el país.

México es, hoy por hoy, el país con más violencia en un contexto donde no hay oficialmente una guerra entre naciones, una guerra civil o un conflicto armado reconocido internacionalmente. Este contexto explica la actitud de millones de mexicanos que deciden justificadamente no leer, escuchar o ver las noticias.

Pero lamentablemente esto no ocurre solo en el país. La evasión de las noticias, como la denomina el Reuters Institute for the Study of Journalism, que tiene su sede en la Universidad de Oxford, Inglaterra, ocurre en todo el mundo.

En su Digital News Report que realiza anualmente encontraron el año pasado que el interés por las noticias cayó a 51 por ciento en 2022 en comparación del 63 por ciento de 2017. El Reuters Institute nombra a esta postura “evasión selectiva de noticias” y a través de su análisis basado en 93 mil entrevistas en 46 países de seis continentes revelan un notable incremento en esta evasión de las noticias de millones de personas en todo el mundo. Por ejemplo, en Brasil se duplicó el porcentaje de personas que evita las noticias entre 2017 y 2022: pasó de 27 por ciento a 54 por ciento; en Reino Unido pasó 24 por ciento a 46 por ciento; en Estados Unidos de 39 por ciento a 42 por ciento, y así en varios países seleccionados para este estudio.

En un estudio reciente publicado en la revista Anfibia, en Argentina viene ocurriendo el mismo fenómeno, no querer saber nada de las noticias: “Este escenario de saturación devino en un nuevo hábito: en la pospandemia gran parte de las audiencias dejaron de consumir noticias. Actualmente, solo una de cada cuatro personas asegura informarse todos los días en portales digitales, mientras que una de cada dos personas nunca lee diarios ni escucha la radio. Sobre la televisión, sólo el 22.2 por ciento dijo que ve noticieros todos los días, el 29.2 por ciento dijo que lo hace a veces y el 39.4 por ciento, nunca. En consonancia con otras investigaciones, el cansancio con respecto a los medios aparece como una tendencia dentro de las prácticas comunicacionales de esta época” (https://bit.ly/3DEOpQs).

En México se evaden las noticias por el obvio contexto de guerra informal que vivimos. En el mundo se evaden la información por el conjunto de factores que producen preocupación e incertidumbre en el mundo actual: la pandemia todavía no terminada de Covid-19; la guerra en Ucrania; el aumento de la carestía por la subida global de los precios de los alimentos, los energéticos y los alquileres.

Según el Reuters Institute muchas personas suelen sentirse agotadas por las noticias (29 por ciento); 29 por ciento dice que evita las noticias porque son fiables; 36 por ciento sostienen que las noticias les bajan el ánimo, o les provocan discusiones que preferirían eludir (17 por ciento). En definitiva, el consumo de noticias e información está provocando preocupación, incertidumbre, estrés, agotamiento o sensación de impotencia ante un contexto difícil y lleno de desafíos.

Vivimos en un mundo con múltiples crisis que producen contextos de incertidumbre y agobio. Este ambiente obliga a los periodistas a buscar y encontrar nuevos modos y medios de enganchar a las audiencias pero todavía con alternativas inciertas. Según precisa el Reuters Institute, “Este año, en nuestra encuesta queda claro un entusiasmo casi universal por el periodismo explicativo (94 por ciento) y los formatos de preguntas y respuestas (87 por ciento), si bien menos entusiasmo en torno a ideas como el ‘periodismo de soluciones’ (73 por ciento), y hacia las iniciativas destinadas a aumentar la cantidad de historias positivas (48 por ciento). A menudo este debate se considera un juego de suma cero; no obstante, según nuestras investigaciones, las audiencias quieren que los periodistas sigan cubriendo asuntos complicados y también desean más inspiración, una agenda más amplia y más diversión” (https://bit.ly/3l9dEnP).

Pero aunque predominan estas tendencias a ofrecer un periodismo más propositivo, el debate de fondo no es hacia donde cambia el periodismo para que las audiencias no terminen por agotarse y cansarse de las malas noticias. El debate de fondo es cómo cambiamos el mundo, cómo cambiamos la sociedad para que no haya esas noticas que abruman y estresan a las personas. Necesitamos mejor periodismo, pero esencialmente, necesitamos un mundo mejor.