Este 10 de mayo: ¡no chingues a tu madre!

Ernesto Hernández Norzagaray
09 mayo 2020

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‘La sociedad sinaloense sigue siendo muy matriarcal y festiva, y una conmemoración como la de las madres, convoca porque dirán algunos ‘madre solo hay una’, entonces hay que echar la casa por la ventana así sea una vez en el año’

 

Se sospechaba que pudiera suceder, como finalmente ocurrió en perjuicio de su salud. Connie Zazueta, Óscar Pérez y Juan Alfonso Mejía, funcionarios de primer nivel en el gobierno estatal, dieron positivo a la prueba del Covid-19, así como otros nueve de distintas dependencias.

Quizá su responsabilidad pública de mucho desplazamiento y contacto social terminó cobrando una factura que cada día paga un mayor número de sinaloenses. Y como una primera plana de Noroeste apostilla “...y se espera lo peor”.

Un rasgo de la personalidad hiperactiva de Quirino Ordaz es el de mucho contacto social para estar cerca de los problemas del estado y eso ha arrastrado a otros funcionarios que han hecho lo propio. Lo correcto: Servir. Y ahí estarían las consecuencias.

Al mismo Gobernador todos los días lo vemos al pie del cañón acompañando al doctor Efrén Encinas e informando de la evolución local de la pandemia, coordinando acciones, tomando medidas, algunas de ellas nada populares o llamando a todos a permanecer en sus hogares muy a pesar de que el virus tocó la puerta de casa contagiando a su hija.

Esta acción institucional no siempre tiene la interlocución esperada, porque simple y sencillamente la gente toma sus propios riesgos y al menos, un Alcalde entró ya en desacato para este 10 de mayo. Lo vimos el 30 de abril cuando adultos de Culiacán decidieron abandonar el confinamiento e ir a establecimientos en busca de pasteles, pizzas o bebidas para festejar a los niños y a ellos mismos.

Ahora, está por verse el comportamiento que tendrán el 10 de mayo, el Día de las Madres cuando podrían volver a saltarse la alerta volviendo a esos establecimientos si están abiertos o yendo solamente a la casa de la progenitora, elevando el riesgo de la propagación del virus, para empezar de las madres de edad avanzada y con problemas de salud y de ahí la campaña agresiva de los profesionales de la publicidad.

La sociedad sinaloense sigue siendo muy matriarcal y festiva, y una conmemoración como la de las madres, convoca porque dirán algunos “madre solo hay una”, entonces hay que echar la casa por la ventana así sea una vez en el año.

Vamos, podrá decirse que lo ocurrido a los funcionarios públicos -más lo que podrían estar en la antesala de la incubación del virus- son parte de los riesgos de su trabajo como la tiene cualquier policía en tiempos “normales” de violencia, lo que, sin duda, es una postura egoísta, insensible con el otro, falto de sinergia social.

Y es que la pandemia ha puesto a prueba los valores de las sociedades que en mayor o menor grado han sufrido sus embates, por ello sabemos de sus fortalezas y debilidades, sus reservas y proactividad en los asuntos públicos y la salud debería convocar a todos, pero en Sinaloa y quizá también en muchos otros estados, la gente toma sus riesgos y se va a la fiesta, el convivio, la reunión familiar o amigos. Vamos, haciendo caso omiso de los llamados institucionales y menospreciando una estadística de contagios que no ha parado desde que se detectó el primer caso de coronavirus Covid-19.

Esta semana Noroeste lanzó la pregunta: ¿Por qué la población de Culiacán no tiene la cultura de respetar la Ley y las normas sociales?, una pregunta razonable cuando vemos nuestra proclividad al desacato de los llamados preventivos sea del ciudadano de a pie o de actores económicos que quieren “aprovechar el Día de las Madres” para “recuperarse un poco” de los daños que les ha ocasionado la pandemia y hasta un Alcalde del sur que ve todo en clave de oportunidad política anima irresponsablemente al desacato.

Es decir, el Gobierno del Estado, responsable institucional en la conducción de la estrategia antiviral lo tiene claro cuando no autoriza actividades comerciales que repitan las aglomeraciones del 30 de abril, mientras los restauranteros presionan para abrir sus negocios durante la festividad matriarcal.

De cómo se resuelva este diferendo entre gobierno y empresarios gastronómicos, además, de cómo se comporten los ciudadanos, se sabrá dónde se encuentra el nivel de la gobernanza y la responsabilidad del ciudadano sinaloense, no soy optimista sobre lo que va a suceder este domingo, está vigente la pregunta planteada por Noroeste.

Para Carlos Calderón Viedas, el académico sinaloense que más ha estudiado nuestro acceso a la modernidad y las conductas sociales:

“...El efecto global de la pandemia ha sido tan avasallador que en los medios científicos, académicos e intelectuales ya se habla de un antes y un después del coronavirus en la historia del mundo. Seguramente que algunos cambios vendrán, aunque en lo personal no creo que sean tan vertiginosos como el de la pandemia y tampoco que ésta sea el origen de las fuerzas de fondo que vienen de tiempo atrás provocando precisamente nuevos cambios. Que los tiempos del caos que vivimos no lleven nuestra mente al caos.

Desde hace siglos seguimos un curso progresivo de la historia, no por iguales caminos ni con los mismos tiempos en todos los casos. Hegel avizoraba que el espíritu racional llevaba la dirección con que el astro rey ilumina la tierra, de Este a Oeste. Medio milenio después esa visión moderna sigue vigente. Las fuerzas internas del hombre indican el camino.

Recorrido que ha tenido múltiples vicisitudes. Los caminos europeos son distintos a los de América, no se diga a los de Oriente actualmente. Pasiones y culturas cuentan, a veces a favor otras en contra. A nuestro solar sinaloense la modernidad llegó a fuerzas, impuesta al indígena por el conquistador y luego el colonizador. A esa fuerza coadyuvó la religión. Una simiente cultural extraña en un suelo extraño.

Así nace culturalmente el sinaloense, con algo de cada parte. Un ser de contrastes, alguna parte será es dominante pero no anula a la otra, tendrá la ley y el orden como principio o los considerará según las circunstancias, gustará del arte y de la literatura o será indiferente, le apasionará el saber o sólo el que puede serle útil, se inclinará al cosmopolitismo o lo tradicional le provoca sus mayores arrebatos, en esa doble tesitura vive, entre dos polos que no pierden su magnetismo.

Este es sinaloense que encuentra el coronavirus, uno dispuesto a acatar normas y prescripciones de las autoridades civiles y otro rejego y escéptico acerca de la morbilidad del virus. Parece evidente que el segundo fenotipo no es mayoritario, pero dada la alta capacidad de contagio del Covid-19 no deja de ser un reto para la sanidad pública”.

Por eso y más: Este 10 de mayo, no...”