Errónea operación política de Quirino. Mario Zamora esta vez sí fue ganador

Alejandro Sicairos
27 septiembre 2022

alexsicairos@hotmail.com

A Quirino Ordaz Coppel le vendría bien ajustarse a la frase de Esopo, el fabulista de la Antigua Grecia que conjeturó que “es fácil ser valiente desde una distancia segura”, porque al ex Gobernador de Sinaloa le fue mal con el pronunciamiento que hizo la semana pasada a favor de que el Senador Mario Zamora Gastélum apoyara la reforma constitucional para ampliar hasta 2028 la participación del Ejército Mexicano con labores de coadyuvancia en seguridad pública, propuesta que finalmente no se votó y regresó a comisiones de la Cámara Alta.

Al ex Mandatario estatal se le atribuyó toda la maniobrabilidad en Sinaloa tendiente a destrabar la eventual negativa del Senador priista a consumar la continuidad militar en las calles, que una semana antes validó la Cámara de Diputados con la inaudita colaboración del dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional, Alejandro Moreno Cárdenas, que se había declarado hasta el cansancio como perseguido político del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Es que nadie del PRI salió a dar la cara aquí una vez que el Embajador de México en España puso a chillar a la víbora sinaloense con el tuit que publicó la tarde del 20 de septiembre alentando la posibilidad de que Mario Zamora “apoye con su voto a favor el tema de la reforma constitucional para que la guardia nacional continúe apoyando a la gente, esta reforma es benéfica para el país”. No era el Quirino hábil y a la vez reservado en la operatividad política que la gente conoció del 1 de enero de 2017 al 31 de octubre de 2021.

Tanto el Senador como los liderazgos priistas hicieron deslindes en cuanto a la estructuración y publicación del desplegado del 21 de septiembre y, para colmo de males, algunos de los firmantes negaron haber autorizado el uso de sus nombres. Aquí comenzó a adjudicársele todo a Quirino Ordaz que a más de 9 mil kilómetros de distancia intervino con una supuesta llamada telefónica tratando de persuadir a Zamora y enseguida con el mensaje en Twitter.

A toro pasado, la evaluación establece que el ardid que convirtió a Zamora en pieza fundamental de la política nacional, inclusive más que en la elección de 2021 en la que el político mochiteco compitió por la Gubernatura, acabó siendo un fiasco no tanto por el cambio de estrategia en el Senado para buscar el consenso requerido en torno a prolongar la militarización sino por la táctica que emprendió el legislador aludido al hallarse en la tesitura de aprobar o rechazar.

De manera más astuta procedió Mario Zamora al ser el único ganador en este affaire ya que, sabiendo de antemano que regresaría a comisiones el dictamen de prolongación de la labor castrense en tareas de seguridad pública, anticipó la decisión de sostener el voto contra la militarización que López Obrador quiere ampliar a 2028, rebelándose al llamado que desde su partido y desde las cúpulas del Movimiento Regeneración Nacional se le hizo a sumarse a este otro proyecto elucubrado en Palacio Nacional.

Cronológicamente exacto salió a las redes sociales con el discurso de opositor y una vez frustrada la reforma constitucional ofreció que “si vuelven a meter la misma iniciativa, vamos a ir en contra, no hay duda de eso” abriendo la posibilidad de que cambie de actitud con los ajustes que se le hacen a la propuesta militarizadora en la Junta de Coordinación Política. En síntesis, el episodio conocido como “zamorazo” quedó volando en la perplejidad.

Es decir, al final de cuentas no se supo cuál habría sido el voto de Zamora si el dictamen se hubiera sometido a la consideración del pleno senatorial o cómo será con los ajustes que el PriMor le hace al documento de marras. En los momentos previos el Senador se había encontrado con el negociador de la Cuarta Transformación (el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López) que ofrecía las perlas de la virgen a los priistas que su sumaran a la tendencia del “sí” morenista, pero negó haber aceptado algún trato con la 4T.

En ese primer round de una pelea que continuará de un momento a otro Zamora sostuvo hasta el último momento la indefinición de postura en cuanto a la reforma constitucional en materia de Guardia Nacional consistente en ampliar el periodo de participación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad pública. Jugó con el tiempo, se adelantó al marcador y mostró más “colmillo” político que su líder de partido, “Alito”, quien el 14 de septiembre operó para que la Cámara de Diputados lograra mayoría restableciendo rijosa la alianza conocida como Primor.

Y Quirino Ordaz quedó como el malo de la película y las redes sociales no escatimaron en presentarlo como villano. Aunque faltan algunos desenlaces para definir en qué lugar quedará cada quien, están en el aire las preguntas de si Mario Zamora se sostendrá en contra de la negociación que realiza “Alito” con tal de salvarse éste de la campaña de desprestigio que le orquestó Morena. ¿La mediación de Quirino Ordaz le permitirá el perdón del PRI que lo expulsó de sus filas? ¿Todos tendrán un final feliz al reencontrarse en el corral cuatroteísta?

A esta sociedad tan huraña,

Ninguno aquí le ha explicado,

Si el Embajador en España,

A decirlo así fue obligado.

Quizá solamente para que hoy se le rinda homenaje en el noveno aniversario del fallecimiento, ayer apareció en su pedestal del Archivo Histórico de Sinaloa el busto de Gonzalo Armienta Calderón, de cuya remoción dimos cuenta ayer en este mismo espacio. A alguien se le removió o atormentó la conciencia que decidió regresarlo al sitial de honor, quien sabe si para volver a quitarlo del pretil una vez cubierta la fecha, lo cual no significa que puedan quitar de la historia a quien fuera Rector de las universidades autónoma de Sinaloa y de Occidente.