Equipos de futbol e ideología política. Parte II
La ultraderecha consumó el ascenso a la liga mayor del futbol mexicano. Nace en 1971 el primer club de futbol de la Universidad Autónoma de Guadalajara en la idea de Antonio Leaño Reyes, presidente de la Federación de Estudiantes de Jalisco, organismo estudiantil que agrupaba jóvenes militantes de ideología conservadora, de reivindicación religiosa y enemigos declarados de los movimientos estudiantiles populares y ligas de izquierda. En esos años Guadalajara vivía una guerra estudiantil con escaramuzas armadas entre la FEG de UDG y la FEJ de la UAG. Los grupos llevaron la rivalidad ideológica a las calles y las canchas. Acceden a Primera División los Tecos en 1975 de la mano del “Cuate” Villaseñor y hasta 1994 logran el primer campeonato de la primera división bajo la dirección de Víctor Manuel Vucetich.
Por esos mismos años, en plena guerrilla estudiantil tapatía nacen los Venados de la Universidad de Guadalajara en 1970, transformando su nombre a los Leones Negros en 1973, mote adoptado por la presencia de jugadores brasileños. Estudiantes de la Universidad de Guadalajara y la Autónoma de Guadalajara mantenían una abierta disputa ideológica que no pocas veces terminó en duros enfrentamientos y agresiones. En la rivalidad deportiva, el último gran encuentro entre Leones Negros y Tecos, se da en la reñida final de ascenso de 2013-2014 en donde en tanda de penaltis, la universidad pública vence a la privada.
El sindicalismo “charro” logró la hazaña de la clasificación al primer circuito del futbol nacional. El poderosísimo Sindicato Nacional de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana se dio el gusto de comprar la franquicia de “Atletas campesinos” de Querétaro en 1981. Naciendo así el Club Tampico y Madero que debuta en liga mayor como anfitrión del Necaxa en 1982. La crítica mediática al siempre cuestionado sindicato petrolero no detuvo la participación de los “jaibos” en siguientes torneos, hasta el encarcelamiento del líder sindical Joaquín Hernández Galicia “La Quina” en 1989, lo que provocó la venta de la franquicia de Primera División a empresarios de Querétaro.
Y si de escándalos hablamos, “la Pandilla” del Monterrey no queda exento. Fundado en 1945, los Rayados son bien recibidos en la liga mayor del futbol mexicano ese mismo año. Después de su gloriosa época dorada en los años 70, vinieron épocas grises -salvo el inesperado campeonato de 1986- hasta la adquisición de la franquicia por el afamado neobanquero Jorge Lankenau Rocha, encarcelado por delitos de fraude y evasión fiscal en la época de Banca Confía y Grupo Ábaco, dueño del equipo de futbol desde 1991. Producto de préstamos internos y con manejo irregular de deuda, el equipo recibió millonarias inyecciones de dinero, lujosas instalaciones, directivos y jugadores de primerísimo nivel con contratos millonarios y el apadrinamiento de la Selección Mexicana de 1994, daban cuenta de un opulento proceso de transformación del equipo “élite” del futbol nacional.
En el Bajío mexicano, nace el León en 1943 y el Celaya en 1950. Dos equipos con una historia parecida, en 1945 llegan los “panzas verdes” de León al primer circuito de futbol. Los “cajeteros” de Celaya lo hacen hasta 1957. Desde entonces nace una rivalidad deportiva por la representación del Estado de Guanajuato en el futbol nacional. En 1995 una noticia sacude a los espectadores deportivos, Emilio “buitre” Butragueño, la otrora estrella del Real Madrid, es el fichaje sensación de los Toros del Celaya. El León no es un equipo pequeño, tiene en su historia ocho títulos de liga, es el quinro equipo con más torneos ganados. Comenzó en las fábricas maquiladoras de curtidos de la ciudad, tomando como base al equipo Curtidores y la selección de futbol de Guanajuato. La reivindicación obrera y popular del León es notoria en el cariño de su fiel afición, fueron habitantes del municipio quienes apoyaron a las primeras directivas comprando “bonos” y “patrocinio” para la subsistencia del equipo que le pagaba a su afición con triunfos.
El Necaxa es otro de los equipos nacidos en la clase obrera de la capital del País, el origen está en la compañía Luz y Fuerza del Centro, por auspicio del escocés William H. Frasser, quien patrocinaba a un equipo de trabajadores que se reunían a convivir y jugar futbol lo sábados en las campiñas a las afueras de la zona urbana. Tanto los trabajadores del “tranvía” como los “electricistas” formaron una cariñosa rivalidad que los terminó uniendo en un mismo equipo en 1923, le pusieron Necaxa como el río que forma las cascadas de Agua Grande, fuente de generación eléctrica en el centro del País, de ahí su tradicional emblema del rayo eléctrico.
Agradezco a todos los lectores que se han tomado el tiempo de escribirme por estas futboleras columnas. La próxima semana vendrá la tercera y última de la serie de equipos e ideologías. Sobre futbol, el origen de los equipos y la composición de su afición hay mucho que decir. Mi agradecimiento a los creadores de contenido de Gol del Corazón, Biblioteca de futvox, de Alberto Lati, y las hemerotecas del diario Esto y Mundo Deportivo. Luego le seguimos...