Enfrentando recurrentes ataques cibernéticos

Noroeste
15 noviembre 2020

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Noroeste explicado

Seguramente recuerda que le informamos en notas y por medio de esta columna del ataque cibernético del que fuimos objeto por varios días durante el mes de septiembre.

Potente, nos anuló diversas funciones informativas y tuvimos que trabajar mucho en ello para restablecerlas y seguir dando servicio a nuestros lectores digitales.

Nos sirvió para ajustar algunas de nuestras defensas, y qué bueno, porque los ataques han seguido.

Así como lo oye, estimado lector, el hackeo no ha cesado. Vuelve de manera recurrente. La última vez fue hace unas dos semanas, el domingo 1 de noviembre para ser exactos, cuando una nueva vorágine de supuestos “usuarios” volvieron a tocar las puertas de nuestro sitio web al mismo tiempo.

Asumimos que son los mismos atacantes, aunque no podríamos estar seguros al 100 por ciento. Pero para nosotros, el hecho de que nos ataquen e intenten sacar de circulación nuestro portal digital es sinónimo de que algo estamos haciendo bien en nuestra misión de denunciar corrupción, malos manejos, ausencia de transparencia, injusticias y demás.

Lo interesante sigue siendo la cantidad de recursos ($$) con los que cuenta nuestro atacante, pues no es sencillo, ni barato, lo que están haciendo.

Para que se dé una idea. Los intentos de hackeo son usualmente realizados con una saturación externa por parte de una cantidad determinada de “usuarios” que acceden al sitio y “solicitan” navegar por él.

Mientras más crece el número de usuarios, más tarda nuestro servidor en poder darles servicios a todos.

Hemos tenido ataques con 70 mil ú 80 mil solicitudes al mismo tiempo. Incluso ha habido algunos donde los usuarios ascienden a 800 mil ó 900 mil que piden navegar al mismo tiempo en nuestro sitio. Eso, obviamente, nos ha sacado de circulación.

Pero eso era antes, cuando aún no habíamos reforzado nuestra protección digital. Que fue lo que tuvimos que hacer tras el ataque de septiembre.

Pues bien, este hackeo del 1 de noviembre empezó con 900 mil “usuarios” entrando en nuestro sitio, y fue subiendo de intensidad hasta llegar a 136 millones de peticiones de servicio de nuestro sitio en menos de una hora.

Así de intensos se pusieron en esta ocasión.

Por eso le decíamos en nuestro artículo anterior referente a los hackeos y agresiones, que todos esos ataques nos cuestan, de algún modo. En este caso en lo económico, por ejemplo, porque hemos tenido que invertir muchos recursos en protegernos más, en tratar de blindarnos.

Es como si una persona es víctima de la delincuencia porque invaden su casa, y seguramente lo que va a hacer después es, dentro de sus posibilidades, intentar blindar su hogar: con una alarma, con protecciones reforzadas en las ventanas, con una puerta con muchos cerrojos o hasta con un perro.

Así estamos nosotros, blindándonos por donde podemos. Porque lo último que vamos a hacer es ceder ante nuestros atacantes. Ellos lo saben, nosotros los sabemos, y los lectores también.

Lo seguirán intentando, seguramente, porque vamos a seguir siendo incómodos al poder, a las mafias, a las ilegalidades y las injusticias. Aquí estaremos, edificando barreras y actuando como perros en defensa de nuestra labor y del derecho de nuestros lectores a estar informados.

Y lo hacemos porque sabemos que nuestros lectores y los ciudadanos responsables de este estado están de nuestro lado.