En Morena, Gerardo Vargas dominó. En el PRI, va la alianza ¿casi forzada?

Alejandro Sicairos
24 diciembre 2020

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alexsicairos@hotmail.com

 

Ahora sí pesó el factor Gerardo Vargas Landeros para que el Movimiento Regeneración Nacional pospusiera hasta enero la definición del candidato al Gobierno de Sinaloa así como influyó el titubeo del Partido del Trabajo a seguir en coalición con la Cuarta Transformación, en una jornada convulsiva donde también al PRI le costaba esfuerzo incorporar a otras siglas a la coalición donde van el PAN y el PRD. El horizonte electoral se despejaría ayer, pero más nubes negras vinieron a ennegrecer las perspectivas.

A la nueva jornada política tensa que vivió Sinaloa por la mañana le siguió la tarde de vacilaciones y por la noche las decisiones no arrojaron tanta luz como la que se esperaba. El “destape” de Morena continuó sujeto a lo que resolviera el Partido del Trabajo, además de que metió en la cundina interna a Vargas Landeros, lo cual llevó a los morenistas sinaloenses a convencerse de que “hay culebra en el agua”, a la vez que en la alianza prianredista en lo oscuro los carrereaba la hora límite.

Y así, la alargada jornada de perplejidades fue de esas disposiciones que traen consigo tanta bruma como resabios. Qué sí resolvería al candidato, luego que siempre no y así sucesivamente delataron en la Cuarta Transformación la complicación de la postulación por más que se creyera que eso ya estaba resuelto; en el PRI, mientras tanto, se decidió a contrarreloj la coalición con el PRI y PRD.

Al final esto se transformó en un juego con los plazos porque las decisiones ya estaban tomadas aunque nadie se había tomado la molestia de leer las cláusulas en letras chiquitas. Qué van a revisar las disposiciones ocultas aquellos que ni siquiera se han dado tiempo para deletrear lo que los sinaloenses dicen, con susurros o con gritos, de los pactos que se hacen entre unos cuantos a nombre de tantos que no tuvieron voz y que sí tienen los votos para apoyar o echar abajo tales tratados secretos.

Es que a la falta del festejo social que sobrevendía por las definiciones, fue el silencio el que tuvo que llenar los espacios del diálogo público. Sin pasar por alto que vivimos en los tiempos donde las unanimidades son cosa imposible, algo debió haber de emoción ciudadana que con mayor vigor resaltara los pros de las determinaciones políticas, por encima de los contras que se desataron en redes sociales donde el enardecimiento encuentra un espacio natural de desahogo.

Los precandidatos morenistas se sometieron al modelo de dictadura partidista que aplica Mario Delgado y el viraje a una nueva encuesta, ahora con seis participantes incluido Vargas Landeros, da visos del desborde de inconformidades porque unos creen que la maniobra es para sacar adelante la candidatura del aspirante malovista que le asestó una derrota al sistema de designación en Morena.

Tal vez la cercanía de la Noche Buena que absorbe el ahínco colectivo sin dejarle nada de notoriedad a la sucesión en Sinaloa, evitó el sobrecalentamiento de emociones en masas que de uno u otro bando anteriormente habían desbordado sus pasiones. Sin novedad en el frente, quizás en la pandemia persistente hemos aprendido que el futurismo político es lo que menos importa frente a la emergencia de cuidar la vida.

Será el sereno, pero el forzado registro de la alianza prianredista y el suspenso en la postulación del candidato de Morena carecieron del sentimiento ciudadano que antes estremecía a los seguidores de las distintas camarillas. La gente perdió la capacidad de empatía con los pretensos y excepto algunos militantes de los partidos aliancistas o adeptos a los precandidatos de Morena la fiesta fue pospuesta o cancelada para cuando el estado de ánimo dé para festejar.

Y allí seguirán Morena y la alianza que preside el PRI viéndose unos a otros a ver quién da el siguiente paso, o quien lanza la primera puñalada a la espalda del contrario. Por lo pronto se han empantanado en ponerle nombre al candidato y la candidata y entrado al mismo tiempo en la senda de la desconfianza mutua. De aquí en adelante pocos creerán en el garlito de la democracia interna en el partido de la 4T, igual que van escamados a la coalición los priistas, panistas y morenistas.

La llave china que le aplicó Vargas Landeros a Mario Delgado, y la prueba de amor que el PAN le pide al PRI al solicitarle posiciones políticas privilegiadas son el preámbulo de una relación o poco duradera o de amor fingido hasta que las ambiciones los separen. De eso nos habló un miércoles que desde el alba hasta la medianoche ofrecía resplandores y lo que acabó dando son tenebrosidades.

 

Reverso

Hoy al tirarse en la cama,
Desearán que la Noche Buena,
Le regrese la paz a Morena,
Y al PRI la sangre al alma.

 

¡Feliz Navidad inaudita!

Y sí. Las horas de estas fechas hay que dedicarlas a celebrar la vida, a prolongar en la memoria la infinita presencia de aquellos que nunca debió quitarnos la pandemia, unir vibras para que los enfermos recobren la buena salud, hacer votos para que los políticos en el gobierno comiencen a acertar en las medidas de protección contra el virus y nazca ya la conciencia colectiva para salvar a los vulnerables rescatándonos nosotros mismos. Y en dado caso de que no podamos desearnos feliz Navidad, al menos anhelar una sana distinta Navidad, con toda la vida posible por venir. Que estén bien todos y sus familias.