En Mazatlán, hoy, bofetada al pueblo
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“El Químico” por una lupa social ciega
Bajo ninguna circunstancia debe prosperar la maniobra tramposa contra la transparencia y el combate a la corrupción que intentará hoy el Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, para convencer al Cabildo que ratifique a Rafael Padilla Díaz como titular del Órgano Interno de Control, cargo en el cual concluye este día el período para el cual fue designado. La sociedad no tiene por qué tolerar que en materia de fiscalización el Presidente Municipal sea a la vez el que maneja los recursos públicos y el que se audita a sí mismo.
Convertir el Órgano Interno de Control en otra más de las oficinas a expensas de lo que ordene el Alcalde Benítez tiene el propósito de nulificar cualquier tipo de vigilancia social que incomode a Su Excelencia “El Químico”, quien arma la estrategia para que todo el Gobierno de Mazatlán, presupuesto incluido, lo acompañe en la búsqueda de la candidatura a Gobernador por parte del Movimiento Regeneración Nacional. Ansía llevarse la estructura administrativa junto a él, e inclusive la lupa que lo ausculta.
Ningún ciudadano, ningún regidor, ningún movimiento cívico, ninguna instancia del andamiaje nacional, estatal y municipal anticorrupción pueden permitir que el Edil mazatleco pervierta a su favor un procedimiento que por ley debe transitar por los cauces legítimos. Debe ser frenada, ya, la infinita sed de poder de quien se dice hecho a imagen y semejanza del Presidente Andrés Manuel López Obrador, y proclama desde el púlpito municipal ser el fundador de Morena.
El 11 de septiembre, la Síndico Procuradora Elsa Isela Bojórquez Mascareño, publicó la convocatoria para el registro de aspirantes a ocupar el cargo de titular del Órgano Interno de Control del Ayuntamiento de Mazatlán, estableciendo como reglas del proceso el principio de máxima publicidad, contar con experiencia de al menos 5 años en el control, manejo o fiscalización de recursos y responsabilidades administrativas y no tener conflicto de interés, entre otros requisitos.
El 6 de octubre, en apego a la convocatoria, Bojórquez Mascareño, da a conocer que quien cubrió a satisfacción el perfil, en un proceso seguido por regidores del Ayuntamiento y donde se analizó la aptitud sin conocer los nombres de los aspirantes, es Moisés Ríos Pérez, notificando de tal resultado al Alcalde Benítez Torres, al secretario del Ayuntamiento, José de Jesús Flores Segura, y al Cuerpo edilicio.
Pero al “Químico” no le gustó la persona que resultó seleccionada y movió a sus regidores para que el mismo día en el que la Síndico Procurador le notificó del resolutivo del proceso, en sesión extraordinaria el Cabildo rechazara por mayoría de votos la propuesta de que Moisés Ríos Pérez dirija el Órgano Interno de Control, dándole cauce Benítez Torres a su ardid para imponer la reelección de Rafael Padilla, aduciendo una recomendación no vinculante recibida en julio pasado, a través de la cual el Comité Coordinador del Sistema Estatal y Municipal Anticorrupción de Sinaloa, solicita a los Ayuntamientos elegir al titular del Órgano Interno de Control bajo el principio de máxima publicidad, apertura y transparencia.
No es que la oficina del Síndico Procurador de Mazatlán haya alterado el principio de máxima publicidad, apertura y transparencia. El problema es que no obedeció la operatividad del Alcalde para que el actual titular del OIC, Rafael Padilla, prosiguiera en el cargo como zapato sin piedra, como lupa empañada y como autonomía nulificada.
Hoy, dentro del mismo acelere del Alcalde que al percibir la posibilidad de que alguien lo supervise sin serle servil a su documentada vocación por la opacidad, el Cabildo intentará tumbar de un manotazo todo aquello que la acción cívica construyó durante décadas hasta contar ahora con estructuras ciudadanizadas de combate a la corrupción.
Nadie debería permitírselo. Ni el Congreso del Estado, ni el Sistema Estatal y Municipal Anticorrupción de Sinaloa, ni el Sistema Nacional Anticorrupción, ni las cámaras de Senadores y de Diputados, ni siquiera el Presidente Andrés Manuel López Obrador. Ningún ciudadano ni organización no gubernamental tendrían por qué dejar que “El Químico” destroce el andamiaje de transparencia y rendición de cuentas. Y los regidores debieran recordar que están ahí para servir a los mazatlecos, no a al Alcalde.
Reverso
No lo permitas, Mazatlán,
Que ‘El Químico’ en su farsa,
Represente esta comparsa,
Donde tus ojos cegarán.
Reír llorando
Y ahí está, como evidencia de que Luis Guillermo Benítez Torres quiere colocarle a todo un municipio la venda que únicamente les resulta útil a los gobiernos intolerantes y exaltados, la arremetida colérica contra la asociación civil Observatorio Ciudadano a la cual cataloga como “el peor enemigo de Mazatlán”. Lo dicho: quiere gobernados ciegos, mudos y sordos que se deslumbren sólo con el traje invisible de Su Alteza Real. ¿Sabe de qué está hablando Alcalde, o está dejando que a diario se manifiesten sus vísceras?
alexsicairos@hotmail.com