Empatía
¿Qué pasaría si todos fuéramos completamente empáticos con nuestros semejantes?
¿Qué fuese de Sinaloa con una ciudadanía mucho más empática? Cabe aclarar que ya es nuestra ciudadanía uno de los estados, por no decir que el más, con más empatía hacia las personas de menos recursos y hacia las causas sociales.
Somos sin duda uno de los estados con mayor participación en actividades de voluntariado, de beneficencia y todas esas labores en pro de los menos favorecidos, del medio ambiente y de los animales.
La empatía no significa necesariamente estar de acuerdo con la otra persona, pero implica reconocer y comprender sus sentimientos, es considerada como la participación afectiva de una persona en una realidad ajena a ella, o como coloquialmente se dice; ponerse en sus zapatos.
Existen varios tipos de empatía, cada uno enfocado en aspectos diferentes de la comprensión y la conexión emocional. Según Daniel Goleman, un reconocido psicólogo americano autor de varios exitosos libros como “Inteligencia emocional”.
Empatía cognitiva. Implica ponerse en el lugar de la otra persona y así ver cómo piensa para comunicarnos de manera efectiva. Esta empatía nos permite ver el estado interior de la otra persona, es decir, contemplar el mundo desde el marco de su ventana.
Empatía emocional. En esta se da una conexión instantánea: podemos sentir lo que el otro siente. En definitiva, experimentamos en nuestro propio cuerpo el eco de las emociones del otro.
Preocupación o solidatidad empática. Según Daniel Goleman, este es el nivel máximo de empatía. Implica preocuparse por lo que piensa y siente el otro, pero a su vez hacer algo para mejorarlo. En resumen, es la verdadera virtud social de la empatía: está en beneficio de quienes nos rodean.
Cultivar la empatía no es solo un acto altruista, sino una inversión en nuestro bienestar individual y colectivo. Practicar la empatía nos desafía a superar la superficialidad de las interacciones diarias y a reconocer la humanidad compartida que todos compartimos. En un mundo donde las diferencias a menudo dividen, la empatía se convierte en un catalizador para construir puentes entre culturas, generaciones y experiencias.