Elogio de la actitud

Rodolfo Díaz Fonseca
22 enero 2020

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@rodolfodiazf

 

Todos tenemos problemas y atravesamos por tormentas, diluvios y desiertos. Sin embargo, lo importante no son los acontecimientos, sino la manera cómo afrontamos y encaramos los sucesos que vivimos. En pocas palabras, todo es cuestión de actitud, depende de nosotros ver el vaso medio vacío o medio lleno.

En ocasiones pensamos que si poseyéramos las cualidades de otras personas actuaríamos de manera adecuada en las diversas situaciones. Empero, nada se gana con la envidia o la nostalgia, lo importante es ser conscientes de nuestra propia valía y comprender que sólo nosotros podemos elegir el sitio o lugar al que arribemos, como dijo Zig Ziglar: “Tu actitud, no tu aptitud, determina tu altitud”.

Charles Swindoll, pastor evangélico, escribió unas palabras muy esclarecedoras: “Cuanto más vivo, más cuenta me doy del impacto que mi actitud tiene sobre mi vida. Mi actitud es para mí más importante que los hechos. Es más importante que el pasado y la educación, más que el dinero, las circunstancias, los fracasos o el éxito; más de lo que otras personas piensen, digan o hagan. Es más importante que las apariencias, los dones o las destrezas…

Swindoll precisó: “Lo admirable es que, día a día, es nuestra la elección de la actitud que asumiremos en respuesta a cualquier situación. No podemos cambiar nuestro pasado, no podemos cambiar el hecho de que la gente actúe de determinada manera. No podemos cambiar lo inevitable. Poseemos un único recurso, y es nuestra actitud”.

Y, finalmente, concluyó: “Estoy convencido de que la vida está constituida por un 10 por ciento de lo que me ocurre y un 90 por ciento de cómo reacciono ante ello… En todo momento somos responsables de nuestra actitud, y de ella dependen enteramente nuestras reacciones”.

¿Tengo una actitud positiva y proactiva?