Elocuencia del silencio

Rodolfo Díaz Fonseca
13 julio 2023

Muchas veces pensamos que al callar algo no se dice nada; sin embargo, sucede todo lo contrario. El silencio es más parlanchín que las palabras; se dice más con lo que se calla que con lo que se habla.

Se maneja en el estudio del Derecho una máxima que señala: “el que calla otorga”. Empero, el silencio, en este caso concreto, puede equivaler tanto a una afirmación, como negación y hasta duda, suspensión y vacilación.

En efecto, al referir que el silencio encierra una gran elocuencia no estamos haciendo alusión a la simple abstención de hablar, sino al elocuente silencio subjetivo que encarna una multitud de emociones, significados e interpretaciones.

Así, por ejemplo, Abbe Dinouart, en su libro El arte de callar, manifestó que una persona sabia puede diversificar el significado de su silencio en varias vertientes: “El sabio tiene un silencio expresivo que se vuelve una lección para los imprudentes y un castigo para los culpables”.

Dinouart precisó la dificultad de interpretar las emociones de un momento de silencio, el cual puede mantener en vilo y suspenso a quien está fente a esa persona: “Un hombre embargado por un gran sentimiento permanece inmóvil un momento. Esa especie de sobrecogimiento mantiene en suspenso el ama de todos los oyentes”.

Incluso, mencionó un grado de ascensión en la sabiduría del silencio: “El primer grado de sabiduría es saber callar; el segundo es saber hablar poco y moderarse en el discurso; el tercero es saber hablar mucho, sin hablar mal y sin hablar demasiado”.

Por eso, subrayó: “El hombre nunca es más dueño de sí que en el silencio: cuando habla parece, por así decir, derramarse y disiparse por el discurso, de forma que pertenece menos a sí mismo que a los demás”.

¿Es elocuente mi silencio?

-

rfonseca@noroeste.com

rodifo54@hotmail.com