Elecciones, más allá de las encuestas. Sinaloa, pelea entre Quirino y AMLO
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alexsicairos@hotmail.com
Habrá que ponerles algo de atención de hoy en adelante a las encuestas que miden el desempeño de Presidente, Gobernador y alcaldes, porque conforme corra la cuenta regresiva al 6 de junio de 2021 se irá configurando el nuevo orden de las fuerzas políticas en Sinaloa, pero decidiendo sobre todo cómo llegarán a la finish line los partidos Revolucionario Institucional y Movimiento Regeneración Nacional. ¿Podrá o no Quirino Ordaz Coppel heredarle la silla a uno de los suyos?
Las mediciones de opinión pública, por más cuchareadas que sean, aportan a la comprensión del momento político en que se realizan. Por ejemplo, la que efectuó Consulta Mitofsky en junio posiciona al Gobernador de Sinaloa como el mejor evaluado de los mandatarios priistas estatales y en el segundo lugar a nivel nacional, sin embargo el dato puede presentar variaciones bruscas de un momento a otro.
Más allá de las indagaciones sobre aprobación ciudadana, es en los cuartos de guerra que ya funcionan donde se podrá inclinar la balanza hacia un lado u otro, según funcione o fracase la estrategia de cada partido o aspirante. A pesar de que Quirino Ordaz registre la buena calificación de 66.3 puntos, la cercanía del proceso electoral le moverá ese piso de confort. Los “wars rooms” anuncian batallas feroces.
Igual que al resto de los gobernadores, inclusive usando el mismo rasero con que se mide al Presidente Andrés Manuel López Obrador, los sinaloenses mostrarán por allá en agosto y septiembre el estado de ánimo que les ocasiona la forma en que sus autoridades han actuado en la fase de reactivación económica implementada en el marco de la presente pandemia de coronavirus, cuantimás si estar por venir el coletazo económico que se sumará al todavía preocupante golpe epidemiológico.
Todo contará en el marketing electorero. En lo federal impactará la visita de López Obrador a Estados Unidos para encontrarse con el siniestro Donald Trump, la actitud intrusiva del Presidente en el tema del Instituto Nacional Electoral, el desmoronamiento de la confianza en la versión federal respecto al Covid-19 y la desafortunada interferencia de la no primera dama Beatriz Gutiérrez en asuntos de extrema sensibilidad social.
En lo estatal también influirá cómo le va al Gobernador en Mazatlán con el experimento de reabrir las playas en plena embestida del virus SARS-CoV-2, el manejo del acuerdo con Ricardo Salinas Pliego para que trasladara a su equipo de futbol soccer desde Morelia a Mazatlán, la respuesta a grupos delictivos que quieren marcar como territorio sin ley algunas regiones sinaloenses y el aceleramiento de algunos colaboradores en la carrera por las candidaturas del PRI.
Es decir, en el caso de Sinaloa cada acción u omisión de Ordaz Coppel impactará en agregarle o quitarle puntos como factor de decisión en lo que respecta al priista que irá solo o en alianza a la votación para elegir Gobernador. Podría ser que al inducir Morena en el debate parlamentario el tema del nuevo estadio de futbol en Mazatlán sí le ocasione algunas abolladuras a la imagen quirinista, mismas que se evitarán si se abre a la sociedad toda la información correspondiente. Le ayudarán los temas de hospitales generales, abatimiento de escuelas de cartón y la no represión a divergentes.
Hay que tener en cuenta que lo que avance y retroceda Morena en Sinaloa dependerá más de los aciertos o errores de López Obrador que de los positivos o negativos que ese partido tenga en el contexto estatal. Así como AMLO llevó al poder a alcaldes, diputados y senadores en 2018 ahora en 2021 cosechará a favor o en contra influyendo, por supuesto, lo errático de los presidentes municipales en las tres zonas de mayor concentración de votos: Mazatlán, Culiacán y Ahome.
Ninguna elección es igual a otra y en 2021 las esperanzas jugarán de manera distinta, con una interesante carga de lo local en contrapeso a la manifiesta operación nacional para ratificar la influencia de López Obrador en sentido del voto. La permanencia del partido en el poder en Sinaloa o la alternancia con Morena se decidirá en el balance ciudadano en el cual ya no serán únicamente las deudas y deudos del PRI, sino la hora de meter a la 4T en el mismo recuento.
¿Y las encuestas qué? Si bien es cierto que posicionan a Presidente y Gobernador en lugares envidiables en cuanto aceptación ciudadana, constituyen solamente un indicador, mero punto de referencia, para calcular cómo les irá al PRI y Morena en la elección poscoronavirus y a la mitad del trecho de la 4T. Quien aventure en estos momentos a favor de cualquiera de las partes, el que crea que alguno de los dos partidos ya tiene ganada la elección, que vaya alistando el borrador para corregir sus quinielas.
Reverso
Debemos verlo para creerlo,
Cómo nos van a joder,
Los que tienen el poder,
Y los que reñirán por tenerlo.
Pasiones que ciegan
Intrigó en los agitados círculos locales priistas el deslinde que hizo Quirino Ordaz respecto a su participación en los frentes que se han integrado en el País contra el estilo de gobernar de López Obrador. “Se me hacen una tontera… En lo personal con el Presidente tengo un buen click, empatía, mucha química, me he entendido muy bien con él”, dijo. Calma, hay que entender que se trata de un discurso para la cordialidad propia de tiempos no electorales y que ya vendrá otro a la medida de la competencia política en días de comicios. Con todo y el colmillo de dinosaurio que tienen, algunos cuadros del tricolor se soltaron como plañideras y le pidieron al Gobernador que les refrende la prueba de amor.