Elecciones 2021, cuenta regresiva
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ramirezleond@hotmail.com
La jornada electoral del 6 de junio del 2021, está a la vuelta de la esquina. Ese día, se disputarán los 500 escaños de la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, (de las cuales, actualmente el PRI gobierna en ocho, el PAN en cuatro y en tres de ellas, un independiente, el PRD y Morena, respectivamente), así como un importante número de alcaldías, regidurías y diputaciones locales, que suman alrededor de 3,200 cargos de elección popular.
A 349 días de la elección, el termómetro político empieza a registrar altas temperaturas derivadas de la proximidad y de la recurrente generación de mediciones estadísticas y proyecciones políticas en todos sentidos. Sin embargo, la tragedia que supone la pandemia por Covid-19 y la crisis económica mundial de la que México no escapa, no permite determinar, ni cercanamente, lo que habrá de suceder. El escenario se vislumbra incierto.
Pero en honor a la verdad, tampoco nadie imaginaba lo que habría de ocurrir el 1 de julio del 2018. Si bien el malestar social era mayúsculo, por otra parte, el tamaño del triunfo rebasó la más optimista de las predicciones. Por ello, es temprano todavía para señalar con claridad el comportamiento del electorado. Seguramente, la elección de noviembre próximo en Estados Unidos, será un referente para el análisis.
Por ahora, nos queda anotar por ejemplo, el avance de las políticas sociales elevadas a rango constitucional, de combate a la corrupción y de austeridad impulsadas por el Presidente Andrés Manuel López Obrador que, a mi muy humilde juicio, considero cuajarán para las elecciones intermedias y serán un factor importante a valorar por los electores. Se trata de cambios sustantivos en la aplicación de políticas públicas de alto impacto en la vida de las personas, probadas por el hoy Presidente cuando fue jefe de gobierno en la capital del país que bajo otras condiciones políticas, consolidaron hasta la fecha, al movimiento de izquierda progresista en la Ciudad de México. Lo mismo puede ocurrir en el país. Y no debe olvidarse que el gobierno está implementando al pie de la letra lo que prometió en campaña. Ni más ni menos. La principal de todas: por el bien de todos, primero los pobres.
Desde luego que la gestión de la crisis sanitaria y económica tendrá costos. Los estamos viendo. El ejercicio del poder desgasta. Aunque las encuestas continúan otorgando al Presidente y a Morena, altos niveles de aprobación, es verdad que ha perdido popularidad, pero también es cierto que estos no han sido capitalizados por la oposición; en todo caso, engrosan el segmento de indecisos e incluso, mantienen su negativa de no votar más a los partidos tradicionales. Eso dicen las encuestas. Y para muestra están los ex presidentes Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, verdaderos símbolos del fracaso político. ¿Quién puede pensarlos a ellos y a lo que representan como opciones para el retorno?
La realidad es que la oposición partidista está diezmada y rebasada por algunos de los grandes grupos de interés económico que se han transformado en la verdadera oposición del Presidente. Lo han hecho a través de masivas campañas negativas por aire (prensa y redes sociales) con resultados “exitosos” -medidos por reproducciones- y desde hace unas semanas por tierra -caravanas vehiculares- con una baja participación que incluso ha ido disminuyendo. Se entiende. Se han movilizado por sus propios intereses y no por los colectivos. O ¿qué proyecto de país proponen? ¿Alguien sabe? ¿Con qué autoridad moral exigen imposibles resultados en año y medio de gobierno cuando ellos no lo hicieron durante décadas? Por ello, algunos analistas coinciden en que carecen no sólo de agenda, sino de legitimidad y señalan a modo de invitación que “deberían presentarse próximamente a las urnas”.
Mientras tanto, la cuenta regresiva está en marcha y todos los partidos se someterán, democrática y nuevamente al escrutinio popular. Algunos por vez primera. Lo harán bajo una agenda localista y sin AMLO en la boleta, lo que debería preocupar a Morena. Diputados federales, diputados locales y alcaldes, tendrán posibilidad de recurrir a la reelección. Las candidaturas se determinarán mediante el principio de paridad de género. Con un electorado que ha alcanzado la mayoría de edad y que como nunca antes, seguramente valorará las alianzas, las y los candidatos, pero sobre todo, si se sigue o no en el camino de la cuarta transformación. Yo creo que sí.