El tiempo se acaba...
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Rafael Morgan Ríos
cp_rafaelmorgan@hotmail.com
Según noticia en El Universal, más de 11 mil científicos de 153 países publicaron un estudio en la revista BioScience, alertando sobre las terribles consecuencias del cambio climático provocado por actividades humanas irresponsables y señalan como urgente el cambio de energía fósil a energía limpia proveniente del agua, el sol, el viento y otras, así como desarrollar planes globales de conservación de bosques, tierra, agua y ambiente, establecer impuestos de carbono y restaurar y proteger ecosistemas.
El tiempo se acaba y a pesar de ello, el Presidente Trump también “tiene otros datos”, pues para su gobierno el cambio climático no es prioridad. Según el Financial Times, Trump empezó atacando a la Agencia de Protección Ambiental (EPA) para eliminar reglas establecidas por Obama; por lo pronto puso la EPA en manos de “un ex cabildero de la industria del carbón”, aunque ha perdido casi todos los juicios en su intento de eliminar diversas normas. Trump ya formalizó el retiro de Estados Unidos del Acuerdo de París, a pesar de que su país es uno de los principales contaminantes del medio ambiente, pero las organizaciones ambientalistas y Estados como California, le han impedido accionar contaminantes como el mayor uso del carbón, la perforación en el Ártico y en el Océano Atlántico y el uso indiscriminado del “tracking” para obtener petróleo y gas.
Aquí en México se tiene un problema similar, la protección del ambiente no parece ser prioridad para este gobierno, pues aunque se ha prohibido el tracking para obtener petróleo, se invierte en una nueva refinería y se pretende recuperar la producción de petróleo por Pemex a niveles de hace 10 o 20 años; además, por ley, Pemex debía abastecer de Diesel Ultra Bajo de Azufre (DUBA), pero se amparó para seguir surtiendo diesel muy contaminante.
Mientras tanto, como ejemplo de lo que ya se está perdiendo, el humedal de Cuatro Ciénegas en Coahuila, “un oasis en el desierto”, un lugar único en todo el planeta, el humedal más biodiverso que conocemos”, expone la doctora Valeria Souza, miembro de la Academia Americana de Ciencias y Artes. “La sobreexplotación del agua ha llevado a la extinción de una de sus principales humedales, al extraerles todos los días el agua para llevarla a ciudad Frontera en Monclova, pudiendo abastecer de agua con un sistema de pozos, que según estudio es perfectamente factible; de nueva cuenta urge una política de protección ambiental, en la que nadie parece interesarse, a pesar de que la Ciudad de México sufre constantemente la contaminación del aire, la falta de agua suficiente y los millones de toneladas de residuos urbanos que ahogan a la capital”; en Sinaloa, la sociedad civil se ha encargado de defender la Bahía de Ohuira en Topolobampo frente a los riesgos inminentes de una planta de amoniaco y en Mazatlán se acaba de firmar una “Carta de la Tierra” entre autoridades municipales, el Congreso y el Gobierno estatal, comprometiéndose a no aprobar proyectos que dañen el medio ambiente.
En la ONU “66 países se comprometieron a alcanzar cero emisiones en carbono para el año 2050”, en la cumbre sobre la Acción del Clima y se lanzó también una alianza para proteger la Amazonia.
El Fondo Monetario Internacional propone un impuesto verde contra el calentamiento global, según el estudio “Cómo mitigar el cambio climático”, así como brindar incentivos a personas y empresas que cambien a fuentes de energía limpia. A este respecto, es negativo que la CFE haya cambiado las condiciones de los Certificados de Energía Limpia (CELs), acordados y aceptados en los contratos que inversionistas privados firmaron con la CFE, poniéndolos en situación de riesgo económico y obstruyendo la generación de energía limpia.
Desde el plano de las empresas, se ha estado impulsando el concepto de “Economía Circular” para cambiar el modelo de producción y consumo lineal de “extraer, producir, desechar”, hacia uno circular, esto es “reducir, reusar, reciclar”, pues la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo estimó que la reutilización o el reciclaje podría reducir 33 por ciento las emisiones de dióxido de carbono; se trata de que los desechos de un producto se conviertan en insumo valioso para otro fin y que ningún recurso se desperdicie, es decir, que “los residuos pasen a ser las nuevas materias primas del Siglo 21”.
Como se puede apreciar, el problema es grave, el tiempo se acaba, pero tal vez, sólo tal vez, todavía se pueda salvar al planeta y a la humanidad si el hombre decide restituir el orden en la naturaleza.