El sueño de Irma
Sigmund Freud inició la teoría de la interpretación de los sueños basado en un sueño que tuvo en 1895, conocido como “La inyección de Irma”, pues soñó que había una fiesta en su casa, donde una de las invitadas, llamada Irma, presentaba un cuadro de dolor de garganta, estómago y abdomen. Además del diagnóstico psicológico, se descubrió que un doctor la inyectó con una jeringa sin esterilizar, lo que provocó una severa difteria.
Sin embargo, hoy nos queremos referir a otro emblemático sueño, o ferviente deseo, que Irma Garmendia Bazúa expresó repetidamente: “No me quiero morir sin ver a Eldorado elevado a la honorabilidad de Municipio”.
Su sueño es ya una realidad, y en el homenaje que le rindieron ayer en el auditorio del Tecnológico Superior Campus Eldorado, la Universidad Autónoma de Sinaloa, el Instituto Municipal de Cultura de Culiacán y el Instituto Sinaloense de Cultura, estuvo presente el Alcalde electo, Faustino Torres Núñez.
En dicho homenaje fue presentado el libro “Irma Garmendia Bazúa, Antología”, que fue publicado en abril de este año por la UAS y el ISIC. No podían faltar a esta importante cita con la ilustre maestra, escritora y poeta, los titulares del ISIC, Juan Salvador Avilés Ochoa; del IMCC, Adolfo Plata, y de Editorial UAS, Itzel Meza Piña.
Rodeada de su querida familia y entrañables amigos, Irma rememoró sus inicios en otro gran sueño que persiguió: convertirse en una gran escritora, maestra, cronista, narradora y poeta, que ha obtenido los más prestigiados premios y recibido incontables tributos y reconocimientos.
Sin embargo, no pierde su sencillez, humor y humildad, pues sabe que la gloria es efímera y vana, como dice en sus poemas: “Todo pasa, los momentos carecen de permanencia y los recuerdos declinan en los arrecifes del olvido”.
¿Persigo mis sueños?
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