¿'El Químico' y AMLO gobiernan igual? López rebajado a trampolín de Benítez

Alejandro Sicairos
28 julio 2020

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alexsicairos@hotmail.com

 

Cuando el Alcalde de Mazatlán, Luis Guillermo Benítez Torres, presume que él gobierna “a imagen y semejanza de como lo hace el Presidente de México” delata un precario oficio político que de refilón disminuye a Andrés Manuel López Obrador al nivel de caciquito en ciernes y, para los fines que al interesado convengan, “El Químico” se pone los zapatos del tabasqueño, que por cierto le quedan demasiado grandes, con tal de alimentar la extraña aspiración-obsesión de gobernar a Sinaloa.

Por sobredimensionar su alicaído “yo”, Benítez Torres reduce al Mandatario mexicano al tamaño de un trofeo político que hay que poner en la plaza para que todos lo vean. Colgarse en el pecho la estampita con la imagen de López Obrador, qué importa si el fetiche es tamaño póster, deslumbrará a uno que otro ingenuo que desgañitará en las redes sociales tras caer en la celada de “El Químico” es parecidísimo a AMLO.
Pudiendo hacer planteamientos más serios, los saltimbanquis políticos del Movimiento Regeneración Nacional han convertido en cómica función circense la sucesión sinaloense, apostándole todo el éxito de sus malabares a la eventualidad de que López Obrador les preste el trapecio de la Cuarta Transformación. A no ser que el modelo de conducción de Mazatlán sea el mismo que trágicamente plantea para todo el estado, Benítez Torres ni siquiera esboza una coma de lo que haría si cayera en sus manos la titularidad del Ejecutivo estatal.
Trae una campaña en medios digitales a través de terceros que detectan pequeñas claraboyas de oportunidad para vivir del erario en caso de que el edil mazatleco tuviera tanta suerte como aquella que lo llevó al cargo actual. Es uno de tantos que bordan en el vacío de la vida pública queriendo confeccionarse trajes invisibles para sí mismos, creyendo además que la sociedad está incapacitada para apreciar los imperceptibles hilos de las ineptitudes.
Pero ya puesto bajo la lente de los resultados, es un desastre. Más allá de que fue parte de las estadísticas de contagiados por el virus SARS-CoV-2, resulta incapaz de implementar o pregonar con el ejemplo en lo referente a medidas de protección a la población en riesgo; la marginación de colonias populares que carecen hasta de agua potable y drenaje sanitario le brota en las manos con el tufo de la indiferencia.
Además, el equipo de trabajo se le desmorona al descubrir que el líder es solamente incienso y mirra, siendo el más reciente de los desertores el Secretario de Seguridad Pública Municipal, Federico Rivas Valdés. De dársele las atribuciones de ley a la Síndico Procurador, Elsa Isela Bojórquez Mascareño, “El Químico” ya hubiera sido destituido a través del juicio político. Y cercano a cumplir dos años en el desempeño del cargo presenta el balance de opacidad, derroche y culto al ego personalísimo.
También miente al ponerse a la misma altura y circunstancia del Presidente López Obrador. Con Mazatlán y todos los tipos de retroceso basta y lo único que resta por decir es qué jodido estaría México si AMLO mostrara iguales megalomanía, ocultamiento de información pública y desdén hacia los más pobres, que las que exhibe Benítez Torres. Y de pilón el síndrome de colgar del prestigio ajeno la autoestima personal, por si acaso no alcanza el portafolio propio para ascender en la escala del arribismo.
Lo indiscutible es que Benítez Torres parece un profesionista metido a político, con la suerte a su favor. Al gobernar el municipio donde nació el Gobernador Quirino Ordaz tiene a su disposición un abanico de otra pública de la cual le toca alguna pizca del mérito. El “tsunami” del voto del 1 de julio de 2018 lo colocó en un puesto envidiable del gobierno y lejos de agradecerle a quien ocasionó tal fenómeno democrático, lo utiliza para hacerles creer a los sinaloenses que tiene la “bendición” presidencial para pelear por la gubernatura.
Sí sabe “El Químico” elaborar pócimas de seducción política, así sea el principal ingrediente la irrisión pública sobre su persona. Se mantiene frente al ojo ciudadano aunque ponga de por medio la bruma de la desconfianza por el turbio desempeño de sus funciones. Más allá de la semana que cada año el puerto le dedica al Rey Momo, ha extendido a 365 días el Carnaval con las comparsas y mascaradas que matizan las procacidades de su mandato.
El anunció de que López Obrador estará en Mazatlán para inaugurar el estadio de futbol es la misma táctica del confeti lanzado por toneladas con la jactancia de que la Cuarta Transformación le avisó primero a él antes que al Gobernador. ¿Le corresponde al “Químico” cacarearlo cuando el Congreso del Estado, organismos de transparencia y la opinión pública exigen aportarle nitidez a la realización de la obra y al modo en que se le asigna al Mazatlán Futbol Club, propiedad del Ricardo Salinas Pliego, el empresario consentido de la 4T?

 

Reverso
En el Mazatlán FC reluciente,
Sueña con anotar ‘El Químico’,
Un llamativo gol olímpico,
Igualito al del Presidente.

 

Kilómetros fraudulentos
Ante la idea expuesta ayer en este espacio para que el Congreso del Estado cree una comisión especial que investigue las carreteras chuecas que Mario López Valdez hizo con el súper crédito de 2,600 millones de pesos que obtuvo en 2011, llovieron reportes de obras inconclusas, de mala calidad, otras que de plano no se hicieron o se asignaron a constructoras por tráfico de influencias sin cumplir con los requisitos establecidos en las licitaciones. Lo dicho: la cicatriz de la corrupción no cierra, al contrario sangra cada vez más por el convencimiento ciudadano de que el albañal sigue abierto expeliendo la inacabable fetidez de la función pública.