El probable, la posible, el inviable y el albacea

Jesús Rojas Rivera
03 febrero 2023

Marcelo Ebrard es un político formado en la vieja escuela, dicho esto no como un peyorativo, sino como una virtud muy valorada en tiempos de la improvisación e incompetencia. Ex diputado federal, ex Jefe de Gobierno de la capital de País, licenciado en Estudios Internacionales y maestría en Administración Pública, aprendió de Manuel Camacho Solís la principal virtud del negociador político; ganar un poco menos que tu contraparte, pero nunca dejar de ganar.

Obrador confía en Marcelo porque no es un político de ambición estúpida, es más bien de cálculos inteligentes y apuestas conservadoras. Por eso siempre está, y no ha dejado de estar, porque cuando es subordinado cumple con su responsabilidad y cuando es jefe sabe tejer alianzas, una de ellas la hizo con Andrés Manuel hace muchos años, y aun cuando los tiempos marcaron distancias, el tabasqueño nunca dejó de confiar en su ahora ministro de Relaciones Exteriores, laureado en la cumbre de jefes de Estado de América del Norte. Ebrard es el probable.

Claudia es la continuidad del proyecto y la posibilidad de seguir haciendo historia, en el legado perpetuo que resaltarán los libros al decir que; Andrés Manuel no solo fue el hombre que impulsó el movimiento que “transformó” el país, sino que llevó a la primera mujer a ocupar el más alto cargo como la Presidenta de la República Mexicana.

Afín a la ideología de AMLO, compañera de su causa y lucha desde siempre, a la doctora nadie le ha regalado nada, ella ha construido su carrera y sobrados méritos tiene para ejercer, mal o bien -eso ya lo habrán de juzgar sus gobernados capitalinos-, el cargo en el que ahora despacha. Tanto ella como el Canciller siguen subiendo en las preferencias, es por ello que Sheinbaum es la posible.

Ricardo amagó con irse, llamaba a la unidad mientras sembraba la discordia, discutía airadamente con legisladores de su partido mientras trataba de buscar un camino viable para su adhesión a “Va por México”. Construía puentes hacia fuera, mientras adentro en su grupo parlamentario las cosas estaban en llamas, como Zacatecas, su tierra natal, la tierra en donde gobierna su hermano, al que postularon para darle gusto.

Se le complicó la salida de Morena, sus amigos en el PAN no le definieron, los del PRI tampoco y los del PRD menos. No le iban a dar la candidatura, no sin levantar en las encuestas, seguía por los suelos en las preferencias. Morena le puso un alto y Obrador lo dijo claro; “Llegaron los tiempos de las definiciones”. Monreal no tiene a donde irse, la dirigencia nacional anunció que la selección de candidatos será en dos etapas, lo que lo dejará sin tiempo para cambiar de barco. Por eso Monreal es el inviable.

Adán redobló sus esfuerzos, intenta a toda costa subir en las preferencias y el conocimiento, los números no le están dando, las encuestas no están respondiendo. En su último intento, casi al punto del desespero, recurrió a la ya conocida estrategia de llamar a futbolistas en retiro para promocionarlo. Cosa que tampoco terminó por funcionar del todo.

Pero Adán Augusto, no es un cualquiera, es un hombre muy querido por el Presidente, cercano y de mucha confianza, aun cuando no le corresponda la candidatura él será el depositario de muchos encargos en el proceso de transición entre Mandatario saliente y electo (a). Una colega muy apreciada, me lo representa con una figura que no puede venir mejor para esta columna: “Adán Augusto es el albacea del Presidente”. Y lo es porque el albacea es aquel de mayor confianza que se encarga de repartir con justicia los bienes y las fortunas hechas patrimonio, en este caso, en el patrimonio políticos de la cuarta transformación.

En Sinaloa, Adán Augusto tiene de aliado Héctor Melesio Cuén y su estructura del partido universitario. Marcelo Ebrard puso al frente del “Movimiento Progresista” a un líder empresarial muy apreciado por la comunidad mazatleca y reconocido por su participación en cámaras locales y nacionales, Guillermo “Memo” Romero, así como reconocidos morenistas de todo el estado. Claudia por su parte comienza a mover simpatía entre algunos legisladores locales y lideres de Morena en el centro del estado. De Monreal, de él sinceramente en Sinaloa, no le conozco a nadie. Luego le seguimos.