El PRI sí tiene quién lo salve en Sinaloa. Los jóvenes ante la Asamblea Nacional
De hacerse realidad el lema “nuevos tiempos; nuevos retos” bajo el cual se realizará el 11 de diciembre la 23 Asamblea Nacional Ordinaria del Partido Revolucionario Institucional, le irá muy bien a la legión joven que en Sinaloa intenta despertar al PRI del coma en que cayó hace seis meses y que propone revertir el centralismo para que en cada estado del País emerja un priismo renovado abriéndole cauce así al relevo generacional.
Esa es la pelea que libran los nuevos cuadros priistas sinaloenses y si los dejan pueden ganarla en el ejercicio prospectivo que se hará en ocho días. En el momento de la recapitulación de los errores priistas tienen bastante qué decir porque en relación a los comicios de 2021 otro gallo les cantara si el Comité Ejecutivo Nacional hubiera tomado en cuenta la opinión local que sugería presentar a perfiles limpios de gran arrastre electoral, la mayoría jóvenes, en diputaciones y alcaldías.
La idea de reconstruir lo nacional desde lo regional consiste en que los comités directivos estatales reciban las condiciones y autonomías para empujar acciones que atiendan las realidades de cada entidad y articulen a la sangre nueva como el poderoso motor que socave las inercias y rastros del viejo partido que asustan a la militancia y ahuyentan a los simpatizantes. ¿Es posible esto? Dependerá de la voluntad resarcitoria que muestre la plenaria de la Asamblea Nacional y también que se diluya la percepción de que dos PRI’s se confrontan en Sinaloa: el de Alejandro Moreno Cárdenas y el de Quirino Ordaz Coppel.
Como aviso oportuno cabe remarcar que sin la operación transformadora de sus cuadros jóvenes el PRI carece de oportunidades para reformarse y todo aquello que se ponga a cargo de los mismos de siempre, figuras rancias y desacreditadas, tarde o temprano será contaminado y acabará pudiéndose. A los viejos liderazgos se les necesita si acaso como consejeros o emblemas soltándoles todos los controles a la nueva horneada de líderes, sin persistir en la imposición de lo caduco.
Pero en Sinaloa no todos están de brazos cruzados en espera de la indicación que emane de la Asamblea Nacional. Existen atrevimientos que en el peor momento del partido trabajan en levantarlo, por más locura que le endilguen aquellos que creen que el tricolor ya no dispone de fuerzas para enderezarse. Dos ejemplos son Ricardo Madrid Pérez a la cabeza de la bancada del PRI en la 64 Legislatura del Congreso del Estado y Cinthia Valenzuela Langarica en la dirigencia estatal del partido.
Ricardo Madrid encabeza el planteamiento de ser oposición responsable defendiendo las grandes causas sociales con argumentos e inteligencia, pero sin retornar a las tácticas donde a las propuestas del Gobernador en turno se le atravesaba un partido sólo por el hecho de ser de distinto signo político. Cinthia Valenzuela abandera la acción juvenil para sacar al PRI del letargo en que está desde el reciente proceso electoral que, trasladándolo a términos pugilísticos, lo puso dormir en la lona.
La juventud tricolor posee ese ímpetu de gente dispuesta a construir un PRI para Sinaloa y desde aquí aportar al nuevo PRI nacional. Deisy Judith Ayala, Gloria Himelda Félix, Connie Zazueta, Sergio Mario Arredondo, Feliciano Valle Sandoval, Sergio Jacobo Gutiérrez, Erika Sánchez, Paloma Sánchez, y muchos más, resaltan en la larga lista de voluntades que pueden librar las batallas para reposicionar a estas siglas en la encrucijada de ofrecerle el soporte juvenil o ya de plano dejar que agonice entre las minorías políticas.
En lo que respecta al modelo Sinaloa las rutas no dan posibilidad de extravío. Regresar junto a los ciudadanos cuyo bienestar social depende de liderazgos comprometidos en generar satisfactores sociales, y fortalecer los nuevos modos de conducta partidista donde cesen todas las prácticas que le han tatuado al PRI el abuso y la ignominia como muescas repugnantes. Acercar de nuevo al partido con la gente, sin pedanterías ni traiciones, es el obligado primer paso.
¿Entonces cuál sería el peor escenario de la Asamblea Nacional? Pues que Alejandro Moreno Cárdenas se aferre a su estilo de decidir desde las distancias geográfica y cognoscitiva en lugar de asumir la autocrítica que lo haga entender que el fracaso en la dirección del partido deriva de la abusiva concentración del mando solamente en él. O que se le olvide que la debacle priista en Sinaloa empezó con el centralismo de él, de “Alito”.
Dicho con mayor crudeza, en Sinaloa y en todo México al PRI le conviene más asirse de la mano fuerte de los jóvenes que seguir colgado del brazo mortecino y roto de sus arcaísmos.
En Sinaloa al pobre PRI,
Muchos lo consideran sin vida,
Pero sus jóvenes aun así,
Le siguen curando la herida.
¿De qué sirven los gobernantes que siempre tienen un pretexto para negarles el auxilio a los ciudadanos cuando éstos enfrentan dificultades que a cualquiera nos parten el corazón? En Mazatlán el Alcalde Luis Guillermo Benítez se arrincona en el clásico “no puedo” frente al drama de las familias desalojadas de la invasión Ampliación San Jorge, mientras en Culiacán el Presidente Municipal Jesús Estrada Ferreiro ni se inmuta frente a trabajadores jubilados del Ayuntamiento que volvieron a bloquear la Avenida Obregón en exigencia de que les paguen los bonos de retiro. A los dos les vale el “primero los pobres” que proclama el Presidente Andrés Manuel López Obrador.