El pobre manejo de las crisis
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Rafael Morgan Ríos
cp_rafaelmorgan@hotmail.com
No deja de ser sorprendente que el gobierno de López Obrador pareciera no saber cómo atender o buscar soluciones diferentes a las distintas crisis por las que están pasando los mexicanos. Las diarias “mañaneras” sólo informan de conflictos, acusaciones, respuestas ácidas y críticas mutuas, sin que se discutan medidas, programas y políticas que conduzcan a la búsqueda de soluciones, ya sea a la pandemia, la caída de la economía y el empleo, las inundaciones o la inseguridad.
Cualquier persona sensata pensaría que, por lo pronto, habría recursos asignados para atender las imperiosas necesidades de la población en cualquiera de los problemas mencionados, pero en un artículo de La Jornada que se refiere a un informe de los diputados de Morena sobre la distribución del Presupuesto para 2021, se anota que los programas prioritarios de gobierno recibieron en conjunto casi 470 mil millones de pesos, el 1.9 por ciento del PIB y el 7.5 por ciento del gusto total del Gobierno, superando lo asignado en 2019 que fue por 356 mil millones de pesos, por lo que en 2021 los programas prioritarios tendrán un incremento de 27.6 por ciento.
El Tren Maya gozará de un aumento real de mil 303 por ciento (13 veces más que en 2019); el presupuesto asignado al aeropuerto de Santa Lucía se incrementará en un 121 por ciento y el Programa de Vivienda Social pasa de mil 483 millones de pesos a 4 mil 184 millones de pesos, casi tres veces más.
En cambio, para mitigar o atender, aunque fuera parcialmente alguna de las crisis, no hay recursos y peor aún, se están retirando a través de la eliminación de los fideicomisos, de salud, el Fonden o los de investigación.
1. Ante el terrible problema en que se encuentran casi 400 mil damnificados en Tabasco y Chiapas, ¿no hay nada más que hacer?; tal vez sea necesario establecer un “puente aéreo” o un “puente marítimo” para llevar a Tabasco, alimentos, agua y medicinas, ropa, material de construcción y de saneamiento; la gente ha quedado a la intemperie, ha perdido todo y está la amenaza de más lluvias e inundaciones. Tal vez se requiera la instalación de cientos de bombas para desalojar el agua estancada y construir más diques y barreras en los ríos. Se necesita mucho más de lo que aparentemente se está haciendo, más soldados y marinos, más albergues y más coordinación con las autoridades locales y menos explicaciones de lo que no hicieron los gobiernos anteriores; más atención al problema de hoy y después elaborar planes completos de desazolve de ríos, construcción de presas y levantamiento de bordos, etc.
2. ¿No hay nada más que hacer con el terrible problema de la pandemia por el Covid-19? Nada más por mencionar un factor: el cubrebocas que el Presidente dice que no lo usa porque no se ha demostrado su utilidad pero, si el Presidente lo usara nada más para dar el ejemplo y se lograra con ello que sólo un 5 por ciento de los contagiados no sufriera contagios gracias al cubrebocas, se tendrían más o menos 90 personas no contagiadas, o sea 2 mil 700 al mes y con ello se tendrían 270 personas menos que fallecieran al mes, de acuerdo al porcentaje de letalidad en México de cerca del 10 por ciento.
Este solo hecho vale la pena para que el Presidente usara cubrebocas y diera el ejemplo, aunque desde luego se requiere mucho más por parte del Gobierno.
3. ¿No hay nada más que hacer para detener y revertir el deterioro de la economía y del empleo? Los datos son abrumadores: aunque en el tercer trimestre de 2020, según el INEGI, se recuperaron casi 6 millones de los empleos perdidos, no hay que olvidar que se habla de “recuperación de lo perdido” pero no se refieren a los empleos que debieron generarse, que serían alrededor de 80 mil mensuales o sea también faltarían 800 mil empleos que no se generaron hasta septiembre de 2020. El desempleo sigue en casi 5 millones de personas.
El turismo reporta pérdidas por miles de millones de pesos; la inversión física pública y privada tiene meses en índices negativos y este año la inversión total será insuficiente; la estrategia del Gobierno es estimular el consumo financiando a los ciudadanos con los programas sociales, además de aprovecharse de las remesas, pero evidentemente no ha sido suficiente o no ha funcionado.
De nuevo surge la pregunta: ¿no hay nada más que hacer para mejorar la economía, el ingreso y el empleo? Pareciera que el gobierno no sabe qué hacer pues ya no tiene reservas de las qué echar mano.
Se tiene un gobierno sobrepasado por las crisis y ciudadanos sin empleo, enfermos, inundados y sin recursos.