‘El Mayo’, Joaquín, Cuén: los hechos hasta ahora
Mucho se ha especulado sobre la captura de Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López en Estados Unidos y el asesinato de Héctor Melesio Cuén Ojeda en Culiacán el mismo día. Pero los dichos, las versiones y las teorías son una cosa y las evidencias otra. Esto es lo que sí ha ocurrido desde entonces:
A las 9:00 de la mañana del jueves 25 de julio, el Gobernador Rubén Rocha Moya y un grupo de familiares despegaron de Culiacán con destino a Los Ángeles en el avión privado de Jesús Vizcarra.
Ese mismo día por la tarde, Ismael Zambada García, Joaquín Guzmán López y un piloto de nombre desconocido, aterrizaron en el pequeño aeropuerto de Santa Teresa en Nuevo México. Al llegar, fueron puestos bajo custodia del gobierno de Estados Unidos. Llegaron los tres en un avión Beechcraft King Air con una matrícula clonada y que no contaba con plan de vuelo. El Gobierno estadounidense ha reiterado que sus agencias no participaron en el operativo, tampoco ha dado más información sobre el vuelo. En el interior del avión había una bolsa del Oxxo con cinchos plásticos, una máscara de oxígeno, frituras, galletas y pastelillos.
Ese 25 de julio a las 10 de la noche, el ex Rector de la UAS y futuro diputado federal por el PRI, Cuén Ojeda, ingresó baleado a la clínica CEMSI de la Colonia Chapultepec de Culiacán. Lo llevó hasta ahí Fausto Corrales, directivo de la UAS e hijo del ex Rector y líder del Partido Sinaloense (PAS) Víctor Antonio Corrales Burgueño. Fausto dejó a Cuén, abandonó la clínica y luego regresó a rendir su primer testimonio y es, hasta ahora, el testigo principal del caso.
La muerte de Melesio Cuén se declaró pasadas las 11 de la noche por un choque hipovolémico. Recibió cuatro disparos de bala en las piernas. Uno de ellos le atravesó la pantorrilla. La camioneta, una Ford Ranger Raptor color blanco propiedad de Corrales se encuentra bajo resguardo de la Fiscalía General de la República, tiene huellas de sangre en la puerta del copiloto y en la batea, además de impactos de bala.
Cuén fue trasladado al Semefo esa misma madrugada y velado hasta el sábado 27 de julio. Luego fue cremado por su familia. Su hijo, Héctor Melesio Cuén Díaz, que contaba con órdenes de aprehensión por presuntos delitos de corrupción, acudió al sepelio y no fue detenido. Desde su muerte, la familia de Cuén no ha rendido declaración.
El viernes 26 de julio por la mañana, el Gobernador Rocha Moya regresó a Sinaloa. De inmediato, la Fiscalía de Sinaloa abrió una carpeta de investigación por homicidio doloso en el caso Cuén con la hipótesis del “robo de vehículo” como principal línea de investigación, basada en el testimonio de Fausto Corrales y la evidencia del video de la gasolinera.
El 30 de julio, Joaquín Guzmán López tuvo su primera audiencia en la Corte de Chicago y se declaró no culpable. Dos días después, el jueves 1 de agosto, Ismael Zambada García compareció ante la Corte de El Paso. Lo hizo en silla de ruedas y solo dijo “sí” en una ocasión. A la audiencia acudieron su hijo Serafín y su hija Teresita.
En un video exhibido por la Fiscalía de Sinaloa el lunes 12 de agosto se muestra que la camioneta de Corrales llegó a cargar combustible a una gasolinera ubicada en La Presita, al norte de Culiacán, a las 21:56 horas; hasta ahí llegaron dos personas en una motocicleta, una de ellas bajó, abrió la puerta del copiloto y, se presume, disparó, aunque ni el audio ni la imagen son concluyentes. La camioneta arranca de inmediato. Al fondo se ve un vehículo que enciende una torreta.
El 9 de agosto, Ken Salazar, Embajador de Estados Unidos en México, confirmó que Joaquín Guzmán se entregó y que Ismael Zambada fue llevado en contra de su voluntad a ese país.
El sábado 10 de agosto por la mañana “El Mayo” Zambada, a través de sus abogados, envía una carta con su versión de los hechos. José Rosario Heras López, mencionado por “El Mayo” como uno de sus escoltas ese día, fue director de aprehensiones en la Fiscalía de Sinaloa en 2017 y se desempeñaba como agente de la policía ministerial. Estaba de vacaciones ese 25 de julio pero se encuentra desaparecido; sus familiares presentaron denuncia el día 28 de julio.
Ese mismo sábado a las 14:00 horas, desde el evento de inauguración del Hospital General de Culiacán y tras ser mencionado en la carta de “El Mayo”, Rocha solicitó públicamente la atracción del Caso Cuén por parte de la Federación. Esta dependencia hizo la solicitud formal el siguiente lunes.
El lunes 12 de agosto, y tras diferir 12 audiencias, Héctor Melesio Cuén Díaz se presentó a los juzgados y fue vinculado a proceso por el presunto delito de negociaciones ilícitas tras facturar 1.7 millones de pesos a la UAS desde su restaurante, al tiempo que era director de Bienes y Suministros de la Universidad.
El jueves 15 de agosto, la FGR emitió un comunicado señalando las inconsistencias de la Fiscalía de Sinaloa en el caso. Entre las más importantes es que Cuén pudo llegar muerto a la clínica, que tenía un fuerte hematoma en la cabeza, que no se resguardó el cuerpo de acuerdo al protocolo y que no realizó un correcto manejo pericial de las escenas del crimen. Un día después, el viernes 16 de agosto, la Fiscal Sara Bruna Quiñónez renunció a su cargo a sugerencia del Gobernador Rocha Moya, tras las inconsistencias exhibidas en la investigación.
Desde el 25 de julio, las cifras de homicidios en Sinaloa se han mantenido en el promedio habitual de 1 a 1.5 diarios. Pero destacan algunos de alto impacto como el asesinato de José Ricardo y Martín García Corrales, hallados con huellas de tortura el sábado 17 de agosto en Elota, al sur de Sinaloa. Ambos eran hermanos de Sonia García Corrales, líder municipal del PAS y empleada de la UAS. Martín, alias El Tano, tenía una recompensa de 4 millones de dólares por tráfico de fentanilo a Estados Unidos. El PAS expresó sus condolencias por los asesinatos.
Los hechos del 25 de julio dejaron en el desamparo a una larga lista de beneficiarios, la gran mayoría calla mientras que otros vociferan. Pero esos son los hechos hasta ahora, que cada quien saque sus conclusiones y asuma la responsabilidad de sus dichos y especulaciones, porque esta película todavía no acaba.