El doctor Crespo y los politólogos franceses
Del doctor José Antonio Crespo tengo grandes referencias, es sin duda un destacado egresado del Colegio de México, doctor en Historia por la Universidad Iberoamericana en donde tuve la oportunidad de escucharlo hace algunos años disertando inteligentemente sobre el “fracaso del presidencialismo mexicano”. Pasa el tiempo y las tesis fundamentales que abordaba en 2007 el doctor Crespo se mantienen, el régimen presidencial-hiperpresidencializado que vive México, detiene el avance democrático de nuestra nación porque las instituciones del Estado, ni antes -con los gobiernos del PRI y el PAN-, ni hoy -con el de Morena-, deben supeditarse al arbitrio caprichoso de un solo hombre.
Aclaro lo anterior porque José Antonio Crespo no era, a mi juicio, un propagandista de partidos o candidatos. Era por lo que recuerdo, un hombre de Ciencia que tenía justificadas razones para tomar posturas públicas desde sus ideas claras y bien llevadas a textos académicos publicados en libros y ensayos, que leí gustoso en más de alguna ocasión en las aulas de mi querida Universidad de Guadalajara.
Pero de aquel doctor Crespo poco queda, hoy se volvió una especie de propagandista de Oposición, según sus últimos escritos en El Universal. Entiendo la postura de quienes toman parte y partido en los procesos electorales, científicos del régimen y contra el régimen que en sus discusiones le dan nivel al debate público y en términos de ello, es mi sorpresa: al leer con atención uno de los últimos “análisis” compartidos por José Antonio en la red social de X antes Twitter.
Muestra el académico lo que a su juicio arroja un “interesante” estudio del Instituto de Ciencias Políticas de París, en donde según él -citando a mis colegas franceses- Xóchitl Gálvez sería la ganadora de la elección presidencial del próximo 2 de junio, con el 49.1 por ciento de los votos sobre la candidata Claudia Sheinbaum que, según ellos, apenas alcanzaría el 40.7 por ciento de los sufragios con una participación estimada del 63.9 por ciento del padrón electoral.
Carcajadas aparte, los datos expuestos por el académico integrante de la porra de Xóchitl, tienen, según él, sustento en “un sistema de polls of poll, en líneas de tendencia e inteligencia artificial”. Jugándose el prestigio ganado en años, el investigador del CIDE valida los vaticinios que contrastan referencialmente con absolutamente todas las encuestas publicadas hasta el día de hoy.
Parafraseando al de Palacio Nacional, el doctor Crespo tiene otros datos, datos franceses que subestiman los resultados de todas las casas encuestadoras que proyectan una derrota inminente de la candidata Gálvez Ruiz. Comparte números encomiásticos que tratan de plantear una realidad alternativa, loca y charlatánica sujeta a los designios de la inteligencia artificial que para estos efectos es realmente poco inteligente.
Es común que la pasión electoral nuble el juicio de los eruditos y las vacas sagradas, que, desde el desespero de la derrota, antepongan y proyecten el pensamiento místico-mágico sobre el pensamiento racional y en afán de mantener vivos los aplausos de los convencidos, se recurra a la falacia para dar al menos una “esperanza” de triunfo ante lo que saben está perdido.
Los dirigentes políticos que acompañan a Xóchitl siempre han tenido clara la derrota. Por eso, desde el principio del proceso electoral se fueron a refugiar a las trincheras plurinominales repartiéndose entre ellos el botín de los perdedores. Alguien le tiene que decir a mi apreciado doctor Crespo que no se debe comportar como porristo sin pompones, que para ese tipo de ridículos está Alito Moreno, Marko Cortés o Jesús Zambrano, ellos sí, ufanos; dicen en cada entrevista que “van a ganar”, “que son la solución que el País necesita”, “que las mayorías estarán con el PAN, el PRI y el PRD”.
Pero ellos son así, tienen la mentira como oficio. Y usted no, querido profesor, válido y digno es su apoyo a Xóchitl, digna su postura anti presidencial e igualmente digna su participación en los medios de comunicación como parte de la libertad de expresión que hoy nos tiene a usted y a mí escribiendo en la prensa escrita. Es respetable si decidió volar sobre el fango, pero no comprometa la pulcritud de su plumaje con proyecciones mentirosas -sacada de los pelos- que quedarán demostradas como ridículas y demagógicas en 17 días. Luego le seguimos.