El día que conocí al Presidente de la República y mi trato en la UAS
Fue el 12 de enero del año 2018 en el marco de la entrega de los Premios Nacionales de Investigación que otorga cada año la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). Yo tuve el gran honor de recibir el galardón de ese año en el área de Ciencias Sociales por mi trayectoria académica a la edad de 37 años.
Además del diploma que recibimos de manos del Presidente en turno, el licenciado Enrique Peña Nieto, los ganadores recibimos un estímulo económico de 150 mil pesos. Fue un evento muy emotivo en el que se encontraban presentes los rectores de las principales universidades del País.
Tuve el honor de asistir al evento en Querétaro acompañado del entonces Rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), el doctor Juan Eulogio Guerra Liera, ahí estuvo en primera fila, muy orgulloso de mí, y yo muy orgulloso de estar representando a la UAS con tan distinguido mérito. Hasta la fecha, en los archivos de la AMC se tiene registro de que soy el primero y único investigador sinaloense que ha recibido tal reconocimiento representando a mi Alma Mater, lo cual me llena de orgullo hasta el día de hoy.
Mi recibimiento en Sinaloa al día siguiente fue de lo mejor, en las instalaciones de la UAS se colocaron espectaculares con mi fotografía y la del Rector con el Presidente de la República. En los medios oficiales se colocó mi imagen recibiendo el reconocimiento, y las entrevistas abundaron en todos los medios de comunicación locales. Incluso el H. Ayuntamiento de Mazatlán me dio un reconocimiento como “Mazatleco distinguido” en una ceremonia solemne. En fin, tuve un recibimiento casi como lo ha tenido ahora mi paisano, el boxeador y medallista olímpico Marco Verde.
Un par de meses después de recibir el reconocimiento, la AMC me aceptó como miembro regular, lo que significa pertenecer a un grupo de élite académica y científica en México. Tan solo un puñado de sinaloenses ha logrado su ingreso a esta academia, lo cual se logra después de valorar la semblanza de los aspirantes en grupos colegiados por áreas del conocimiento.
En los meses e incluso años posteriores a ese 2018, en cada evento de la Universidad se me invitaba a sentar en primera fila, se me mencionaba en cada discurso oficial del Rector y se me invitaba a participar como ponente en eventos públicos.
Todo este trato que recibí me motivó a trabajar aún más duro que antes, pues me sentía con la responsabilidad de mantener los indicadores de calidad individual y colectivos. Esos indicadores que la Universidad informa ante el Gobierno federal son, por ejemplo, publicaciones en revistas científicas, libros en editoriales de prestigio, además de formación de recursos humanos, vinculación, trabajo colegiado, consolidación de Cuerpos Académicos y certificaciones de calidad individual, como el llamado Perfil Deseable que otorga la SEP a profesores de Tiempo Completo, o el SNII que otorga el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (CONAHCYT).
Todos estos indicadores son tomados en cuenta por el Gobierno para que las universidades reciban más recursos económicos federales y federalizados, para su buen funcionamiento, y para seguir estimulando a los profesores para su desempeño cotidiano.
En la UAS esos estímulos económicos que recibimos los profesores cada mes, nos sirven para adquisición de bibliografía, para hacer trabajo de campo, o compra de equipo de cómputo. Por lo tanto, para acceder a esas becas, nos esforzamos para ser evaluados positivamente cada año elevando nuestros indicadores ya señalados arriba.
Pues bien, la historia contada hasta aquí no es por presunción personal, sino para comparar y establecer el contexto de una situación actual. Tristemente, en la última convocatoria de este Programa Institucional de Becas al Desempeño Académico, nos hemos dado cuenta de que decenas de profesores e investigadores con los más altos indicadores de calidad, hemos sido excluidos.
Simplemente no hay resultado alguno de nuestra evaluación anual, lo que nos dejaría sin recibir tales estímulos económicos, misma situación que nos desmotiva para nuestro trabajo docente en los próximos años. En mi caso he presentado indicadores aún más elevados que en aquel año 2018.
Muchos de nosotros hemos agotado los canales institucionales para solicitar un resultado de evaluación, pero simplemente nadie sabe nada. En lo personal tengo que reconocer que las trabajadoras administrativas del departamento encargado de este programa han sido super amables, pero simplemente no tienen respuesta de sus superiores.
Es por todo esto que me siento en la necesidad de hacer pública esta situación y sea del conocimiento de las más altas autoridades universitarias, en este caso del doctor Robespierre Lizárraga Otero, encargado del despacho de Rectoría. Y con la esperanza de que la problemática de todas y todos nosotros sea resuelta con justicia.
Es cuanto....
Los Cuerpos Académicos Consolidados “Internacionales” y “Movimiento Migratorio y Desarrollo Regional” tenemos un convenio de colaboración y hemos trabajado varios proyectos de investigación en conjunto, por lo que conozco al doctor Jorge Rubén Ibarra Martínez desde hace varios años. Es alguien a quien admiro como un ser humano íntegro y un brillante académico. Desde este espacio expresamos nuestra total solidaridad a él y a su familia.