El croquis AMLO-Rocha para el maíz. Viejos abandonos y fórmulas nuevas
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Podría no dejar contentos a todos los productores de maíz de Sinaloa el esquema que planteó ayer el Gobernador Rubén Rocha Moya, que les compra el total de la cosecha a los labriegos del sector social, y al segmento privado que agrupa a los mayores aportadores del grano alimentario los deja sujetos a la disponibilidad de dinero, condiciones de mercado y la presión a ejercer sobre los industriales de la masa. Sin embargo, hay claridad en lo que se tiene, sin promesas embusteras, con respuestas en su mayoría determinadas por el Gobierno federal.
La realidad es el mejor punto de partida en la toma de cualquier tipo de decisiones. En este caso lo será tanto para los liderazgos que amenazan con plantarse en las instalaciones de Petróleos Mexicanos del norte del estado, a los cuales el Gobernador les dijo que les otorgará garantías de libre manifestación y expresión, siempre y cuando no dañen los derechos de terceros, así como la autenticidad de contextos les permitirá a ejidatarios decidir cómo actúan.
Lo que se puede anticipar es que a partir de lo notificado en La Semanera de ayer, va a ser difícil que con movilizaciones, bloqueos carreteros y toma de instalaciones estratégicas los agricultores logren escenarios más allá de lo que Rocha les explica. En todo caso, es el momento de crear condiciones tal vez no para este ciclo maicero y sí para construir un sistema de largo aliento que parece tener las claves en la reconversión productiva, cierre permanente de fronteras al maíz que viene de afuera y mayor capacidad de respuesta del Estado a lo que se relaciona con la soberanía alimentaria.
A los que se dedican a la labranza de la tierra, grandes o pequeños, les asiste la razón histórica y sus exigencias son legítimas en razón de que durante décadas el Presidente en turno no ha querido crearles condiciones de bases para la rentabilidad. En serías desventajas competitivas frente a los productores de Estados Unidos que reciben fuertes subsidios del gobierno, insumos del agro cada vez más caros, quedan a merced de intermediarios, industrializadores y coyotaje que nada arriesgan y que en dicha función de terciarios son solapados por las autoridades en turno.
También al Gobernador lo justifica el hecho de estar parado en un terreno donde condicionantes nacionales e internacionales le dejan poca capacidad de maniobra en lo estatal. A lo más que puede llegar es a sacar del mercado los 2.1 millones toneladas de maíz que comprarán Segalmex y el Gobierno de Sinaloa, para abrir así la expectativa de que el precio de garantía mejore y que las empresas Maseca, Minsa, Cargill, ganaderos y nixtamaleros le entren a pagar los casi 7 pesos por kilogramo.
La estrategia que asume Rocha después de tocar todas las puertas, las de Palacio Nacional y las de las procesadoras del maíz, consiste en desactivar la inconformidad de los pequeños productores que pertenecen al sector social y serían en todo caso la fuente de fuerza de las eventuales manifestaciones. Se trata de poco más de 13 mil campesinos a quienes se les asegura la compra de cosechas levantadas en no más de 10 hectáreas cada uno, dándole el sesgo social y la utilidad de la distensión cuando las trillas están por entrar a la fase intensiva.
Es claridoso Rocha también al mencionar que le está dando flujo a la estrategia en que lo ha apoyado el Presidente López Obrador. Sus frecuentes viajes a la Ciudad de México para abogar por los maiceros no tienen mayor alcance al que determine la Federación pues cualquier esfuerzo que se efectúe en Sinaloa, inclusive la solicitud de una línea de crédito por hasta por 3,500 millones de pesos, donde Segalmex avalará con certificados de depósitos de la cosecha endosados en garantía al Gobierno estatal, será insuficiente ante el volumen de producción que se viene. Seguirá la directriz que AMLO puso, remarcó, consistente en que el precio logre vencer la expectativa negociante de los grandes compradores, mientras que a los productores le pidió que “aguanten como yo aguanto”.
No todos estarán satisfechos. Inclusive se han acumulado bastantes ciclos de siembras en los que acumulan pérdidas aquellos que hacen producir al surco, acercándose cada vez la agricultura comercial a la labranza de subsistencia que se realiza en las comunidades rurales más para autoconsumo que para pretender ganancias. Esa es la razón por las que los dueños de las parcelas deciden rentarlas, les va mejor, antes que estar sometidos a esquemas de resistencia y detrimentos.
Entonces el modelo de producción en el campo necesita de la reconfiguración pensando en la rentabilidad y tomando distancia de subsidios y políticas públicas que no atienden lo fundamental. Quizás le toque a Rocha Moya la encrucijada de arrancar una mata de maíz y analizarla desde la raíz para ver y entender las dificultades y así poder resolverlas. Eso sí sería “meterle ganas”.
En la mazorca o la raíz,
En el surco está la respuesta:
El campo es la mejor apuesta,
Porque sin maíz no hay País.
Rompió el voto de silencio el Gobernador sobre el tema Universidad Autónoma de Sinaloa después de la movilización de universitarios y el amago que el Rector Jesús Madueña hizo el 1 de mayo con salir a la calle en contingentes más numerosos si continúa la persecución política y violación a la autonomía de la casa de estudios. Luego de abrazar a los trabajadores uaseños, Rubén Rocha les dedicó a los directivos de la UAS frases como “este no es un problema de hombría, sino de honradez. No se roben el dinero del pueblo”, “ya está en duda la honradez de quienes administran el dinero de la Universidad” y “el que es bandido, que se cuide“. Y desde la institución educativa soltaron un comunicado que afirma que desde el Gobierno del Estado “se ha orquestado toda una campaña de difamación contra la UAS y sus autoridades” y lamentando “que la relación institucional entre la Universidad y el Ejecutivo Estatal se ventile a través de los medios de comunicación”.