El anillo que dio luz a ‘El Señor de Los Anillos’
El anillo Vyne o anillo de Silviano es un anillo de oro del Siglo 4, descubierto en un campo arado cerca de Silchester, en Hampshire, Inglaterra, al sur del Muro de Adriano.
Aparentemente fue propiedad de un romano británico llamado Silviano y luego robado por otra persona llamada Seneciano, sobre la que Silviano lanzó una maldición en una placa de plomo, encontrada siglos después.
En 1929, durante las excavaciones del emplazamiento del templo romano de Nodens, en Lydney Park, el arqueólogo Sir Mortimer Wheeler descubrió allí detalles de la maldición.
Wheeler consultó al entonces desconocido escritor J. R. R. Tolkien, en su calidad de profesor de anglosajón en la Universidad de Oxford, sobre quién podría ser el dios invocado en la imprecación, este anillo.
En resultado de este encargo, Tolkien escribió el breve ensayo titulado The name “Nodens” que puede ser el origen de la saga de El anillo único de El Hobbit (publicada en 1937) y El Señor de los Anillos (1954).
Tras su descubrimiento en el Siglo 18, el anillo pasó a las manos de la familia Chute, cuya casa de campo era conocida como The Vyne, también en Hampshire, hoy propiedad del National Trust.
Solo hasta abril de 2013, el anillo salió de su biblioteca para una exposición.
El anillo de Silviano es mayor de lo habitual en las piezas de su tipo. Tiene 25 milímetros de diámetro y pesa 12 gramos, habiendo sido quizá fabricado con la intención de usarlo sobre un guante.
El aro tiene 10 facetas. La parte ancha es un cuadrado biselado con una imagen de la diosa Venus grabada y a un lado están las letras VE y al otro NVS, en escritura especular, es decir, aquella que solo puede leerse con ayuda de un espejo.
Al usar el anillo como un sello sobre lacre u otro material, el busto y las letras cambian de sentido y aparecen en su posición natural.
En el aro están grabadas las palabras “Seniciane vivas iin de”. La frase tiene dos errores: la I de IN está duplicada y ello no deja sitio para la última letra, que debiera haber sido una O.
La inscripción corregida es “Seniciane vivas un deo” -un propósito común entre los cristianos romanos, que significa “Seneciano, que vivas en Dios”.
Podemos especular que más que error pudo haber sido un estilo, modismo o regla de la época.
Desconocemos cómo llegó el anillo a la hacienda llamada The Vyne, también en Hampshire, pero es probable que el granjero que encontró el anillo se lo vendiera a la familia Chute, propietaria de la mansión, conocida por su interés en la historia y las antigüedades
La historia se une con otra de la vida real: A principios del Siglo 19 se descubrió la placa de plomo, del tipo conocido como “tablilla de maldición” o en las ruinas de un templo romano, dedicado al ya mencionado Dios Nodens, en Lydney (Gloucestershire), a unos 130 kilómetros de The Vyne. La placa tenía inscrita esta maldición en latín: “Devo Nodenti. Silvianvs anilvm perdedit demediam partem donavit Nodenti. Inter qvibvs nomen Seniciani nollispetmittas sanitatem donec perfera vsqve Templvm Dentis”.
“Al Dios Nodens. Silviano ha perdido un anillo y donará la mitad (de su valor) a Nodens. A quienes se llamen Seneciano no permitas que gocen de buena salud, mientras no devuelvan el anillo al Templo de Nodens”.
Qué curioso que el hallazgo de un anillo robado por un romano a otro romano y, luego, una maldición hecha por uno de ellos y encontrada por casualidad, siglos después, en las ruinas de un templo, hayan generado una obra maestra del cine y la literatura: El Señor de los Anillos.