El abanico

12 julio 2016

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Julieta Montero

Es como si el abanico supiera

que me estoy quemando por dentro,

que me derrito por fuera,

por eso, desesperado gira y gira 

sin dejar de batir sus alas.

 

 Mi mirada le da las gracias

sacudiéndose el sopor,

él sonrié con  movimiento

de majestuoso señor

aventando hacia abajo el viento

para quitar la calor.

 

Suspendido en el vacío

de la oquedad de la sala,

el techo lo detiene

para que bailen sus aspas.

 

El calor brota por los poros

bañando la piel ardiente

que en gotas cristalinas 

se desliza por la pendiente

del cuerpo que se deshace

en el agua transparente .

 

Me estoy derritiendo por fuera,

me estoy quemando por dentro,

es el verano del trópico

que llena de agua el verso.