Ecos del domingo 18: angustia y fiesta. Soplido de esperanza al PRI de Sinaloa

Alejandro Sicairos
20 octubre 2020

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alexsicairos@hotmail.com


Desde el tsunami electoral que en 2018 llevó a Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia de la República no existía indicador alguno sobre cómo le va al Movimiento Regeneración Nacional y al Mandatario federal en la intención del voto en México. Hasta que el domingo los resultados de los comicios en Hidalgo y Coahuila sacudieron ahora a Morena y le notificaron del sismo político en ciernes que puede modificar la actual correlación de fuerzas en la esfera nacional y más específicamente en los estados.

El resultado en las dos entidades significa aire puro para los partidos en Sinaloa al echar abajo la conjetura de elecciones ganadas por anticipado por uno u otro. Sobre todo sale sobrando la leyenda de súper candidatos que mucho antes de las votaciones tienen servida la Gubernatura en viandas de plata, e inclusive la ruidosa acta de defunción que desde hace años se le extendió al Partido Revolucionario Institucional.

En las democracias la voluntad popular jamás permanece estática garantizándole a perpetuidad algo a alguien. El voto continúa siendo de quien lo trabaja y quien lo considere instrumento cautivo que voltee a ver el cobro de facturas a un partido que tiene todo para dominar los espacios de poder y solamente le faltó cortar a tiempo la borrachera festiva para dedicarse a cumplir las expectativas tan altas que motivó.

He ahí la fotografía más reciente del partido de López Obrador que está entretenido en la larga disputa por la dirección de Morena, mientras el PRI, ¿quién lo diría?, recupera terreno en las casillas electorales, como si a la Cuarta Transformación se le agotara la esperanza depositada en ella por un pueblo que no está dispuesto a prolongar sus sueños más de una noche.

En el estado de Hidalgo, de acuerdo con datos preliminares oficiales de ayer, el PRI registra victorias electorales en 32 municipios, el PAN en 5; el PRD en 7; el Partido Verde en 3; el Partido del Trabajo en 4, el Movimiento Ciudadano en 3, Morena en 6, Podemos con 2, Nueva Alianza con 5 y PESH con 5. Lo mismo en Coahuila, al computarse el 95 por ciento de las actas, el partido tricolor ganaba las 16 diputaciones locales en disputa, obteniendo 49.12 por ciento de la votación contra el 19.69 para Morena y el 10.17 del PAN.

Este viraje que sorprendió en Palacio Nacional, donde se le apostaba todo al voto de fidelidad con AMLO, dejó mudo al morenismo. El Presidente se negó a tocar el tema en la conferencia de prensa mañanera y fue Porfirio Muñoz Ledo, quien se siente dolido por el proceso interno que intenta cerrarle la puerta de Morena a su liderazgo, el que dio la cara en su cuenta de Twitter para advertir que se trata de un serio revés “que demuestra que necesitamos un partido sólido y organizado”.

¿Qué es para Morena el resultado adverso de Hidalgo y Coahuila? Si López Obrador y la cúpula del Movimiento así lo quieren entender, representa la invitación a reflexionar como ejercicio todavía inconcluso del lado de los ofuscados, el cobro del costo político que corresponde al hecho de ser gobierno, el toque en la puerta para notificar los errores y soberbias que no les están gustando a los mexicanos, y el telegrama urgente para rescatar al partido de la brava corriente oportunista que arrastra a la izquierda hacia el mismo punto irrelevante en el que permaneció durante décadas en México. Ojalá y lo asimilen tal cual es.

Y claro que para los priistas sinaloenses es como una taza de café caliente salida de la nada en plena intemperie del Polo Norte. Cuando están realizándose en todo el estado los foros de consulta para darle forma a la Plataforma Electoral 2021 le viene “como anillo al dedo” la reactivación de la fe tricolor y podría ser que también aprendan la lección extendida que les previene de las facturas a pagar cuando el divisionismo se adueña de esas siglas políticas. Entonces, menos celebración y más estrategia.

Es decir, es tan erróneo pensar que Hidalgo y Coahuila son la lápida electoral colocada sobre Morena, como inexacto resolver que hay partidos que nunca volverán a resucitar en procesos electorales una vez que los ciudadanos aprendieron que a través de la madurez en la emisión del sufragio ya no se toman decisiones a ciegas, ni se otorgan confianzas perennes a nadie, mucho menos se le expiden cheques en blanco a los derrochadores de esperanzas.

Y en algún lugar desolado de Palacio de Gobierno, donde nadie lo ve, el Gobernador Quirino Ordaz Coppel ha de tener un festejo íntimo con el recordatorio de “se los dije” para todos aquellos que en privado lo han escuchado anticipar que el PRI retendrá en Sinaloa la titularidad del Poder Ejecutivo Estatal en las votaciones del próximo 6 de junio.


Reverso

No estés triste, Morena,

Porque no está muerto el PRI,

¿O es que lloras de pena,

Por tu culpa de estar así?


Ahí le hablan don Andrés

Se escuchó ayer la voz lúcida de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, en la ceremonia por el 50 aniversario del fallecimiento de su padre, recordarle a Andrés Manuel López Obrador que Lázaro Cárdenas del Río ante los persistentes y viscerales ataques de los adversarios “respondió con labor política cívica y recta conducta cívica, respetando a esas oposiciones, que por agresivas que fueran, solamente ejercían su derecho constitucional a la disidencia”. Te lo digo, Presidente, para que lo entienda Andrés.