Día del Niño en tiempos del coronavirus
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salomon.gaxiola@gmail.com
Debo empezar reconociendo que he fallado en tratar de hablar de diversos temas que no sean el coronavirus, ya que he buscado sin tener éxito el hablar de algo diverso, en esta ocasión este espacio estaba destinado a hablar de la Ley de Amnistía que si bien es cierto se deriva de esta misma pandemia que estamos viviendo a nivel mundial, era algo “novedoso”, pero los festejos del Día del Niño y muchas personas incrédulas o irresponsables han hecho que no tratemos ese tema.
Tenemos ya semanas “encerrados”, tratando de salir lo menos posible, todas aquellas personas que nos dedicamos a actividades no esenciales (el Derecho, al parecer, no es una actividad esencial, pero ese es otro tema) y la razón ya la sabe, evitar el contagio y propagación del Covid-19.
¿Ha sido fácil? No, y reconozco que estoy en una posición privilegiada, ya que, entre ahorros, préstamos congelados y algunos clientes que han realizado pagos, mi situación no se ha puesto crítica, hay otras que han tenido que seguir trabajando e incluso buscar ingresos de distintas maneras.
Siempre me he sentido orgulloso de ser de Culiacán, sé que tenemos un estigma (junto con el resto del Estado) respecto de situaciones derivadas del narcotráfico, pero pienso que eso no nos define, pero lo que sí nos debe de definir, por lo menos en esta situación, es el famoso “no pasa nada”, ya que sólo bastó que se llegara el 30 de abril, es decir el festejo del Día del Niño, para que cientos de personas salieran a las calles para la compra de alimentos e incluso regalos para festejar a los más pequeños del hogar.
Aclaro que no estoy en contra de que se festeje a los niños, de lo que estoy en contra es de que se salga a la calle a ponerse en riesgo de manera imprudente, ya que de conformidad con videos que circularon en redes sociales se puede apreciar cómo en diversos sitios de nuestra ciudad, el tráfico aumentó considerablemente y diversos restaurantes y pastelerías se encontraban con numerosos clientes sin respetar a la ya famosa “Susana Distancia”, incluso personas sin cubrebocas (guantes o caretas mejor ni mencionarlas).
¿Es esto acaso un problema del Gobierno? No, los restaurantes y pastelerías es entendible que sean actividades esenciales, pero el Gobierno no puede estar en cada uno de ellos revisando que se cumpla por parte de los compradores con las recomendaciones emitidas. En mi caso hace días tuve que ir a pagar la luz a un cajero, y créanme que por más que intenté que se respetara la sana distancia no fue posible, tampoco ayudaba el que la fila estuviera larga y sin sombra; reitero, el famoso “no pasa nada” junto con el también famoso “a mí no me va a pasar” van a hacer que dentro de unas semanas estemos todavía en una situación más complicada, recordemos que estamos en Fase 3, en donde supuestamente existe un mayor riesgo, y bajo el pretexto de festejar a los niños, cientos de culichis decidieron salir.
Supongamos que se infecta uno de cada 10 de los que salieron, de repente tendremos ¿100 casos nuevos? ¿200?, tan sólo apenas el 8 de abril de este año se nos informaba que solamente se contaba con 247 camas y cuartos aislados en hospitales públicos y privados, y en esa misma fecha se decía que ya se contaban con 91 camas ocupadas. Si algunos de estos nuevos infectados no son atendidos en tiempo y forma ¿será totalmente la culpa del Gobierno? ¿Usted qué opina?
Culichis, sinaloenses, aprendamos de esto, es necesario, es imperante, es justo, es de supervivencia, recordemos que viene el 10 de mayo, el festejo a nuestras madres. Esperemos no se repita esto.
PD 1. Ahora imagine que alguna de estas personas contagia a algún ser querido suyo.
PD 2. Dicen los que saben que el dinero perdido en el primer trimestre de Pemex (562 mil 252 millones de pesos) equivale al presupuesto proyectado para la Secretaría de Salud para el resto del sexenio, pero bueno, no es como que se le esté inyectando más dinero a Pemex...