Despertar a la vida

Rodolfo Díaz Fonseca
19 diciembre 2019

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@rodolfodiazf

Algunos piensan que despertaron a la vida cuando fueron concebidos en el seno de su madre; otros, afirman que cuando fueron expulsados del útero materno y nacieron. Sin embargo, lo cierto es que muchos de nosotros no hemos todavía despertado a la vida, aunque deambulemos por ella desde hace muchos años y nos aproximemos ya al momento de partir.

Despertar a la vida es ser plenamente consciente de quién soy, a dónde voy, qué quiero y qué debo hacer. Es vivir a plenitud saboreando las alegrías y dolores, las dichas y las desdichas, los éxitos y los fracasos. Es encontrar el sentido de la existencia paladeando cada momento como único e irrepetible sin aferrarse ni apegarse a las personas, bienes o cosas.

El autor espiritual Anthony de Mello, quien falleció en 1987 a los 56 años, reflexionó profundamente sobre esta experiencia de despertar a la vida. “¿Se puede decir que en estos últimos días no te has sentido como un hombre libre y feliz, sin problemas ni preocupaciones? ¿No te has sentido así? Pues estás dormido. ¿Qué ocurre cuando estás despierto? No cambia nada, todo ocurre igual, pero tú eres el que ha cambiado para entrar en la realidad. Entonces lo ves todo claro”, expresó.

De Mello recalcó que no debemos buscar la felicidad donde no se encuentra: “Estar despierto es aceptarlo todo, no como ley, ni como sacrificio, ni como esfuerzo, sino por iluminación. Aceptarlo todo porque lo ves claro y ya nada ni nadie te puede engañar. Es despertar a la luz. El dolor existe, y el sufrimiento sólo surge cuando te resistes al dolor. Si tú aceptas el dolor, el sufrimiento no existe. El dolor no es inaguantable, porque tiene un sentido comprensible en donde se remansa”.

¿Vivo dormido o despierto?