Desastres
""
lqteran@yahoo.com.mx
El problema que más preocupa a los gobernantes del mundo es el medio ambiente, amenazado seriamente por la cantidad de emisiones de gas invernadero. Segundo a segundo se contamina la atmósfera de la tierra, con repercusiones desastrosas, esa es una verdad incontrovertible. Hay infinidad de señales que lo vienen advirtiendo de manera diáfana, sin muchos rebuscamientos.
Las Naciones Unidas lo ha señalado reiteradamente: hay consenso en los países más poderosos de la urgencia de tomar medidas para la protección del medio ambiente, con la única excepción de los Estados Unidos, omisos aún en acatar los acuerdos mundiales y tomar las medidas fundamentales en el cuidado del medio ambiente, cuyos efectos se presentan cada vez con más frecuencia mediante fenómenos naturales desastrosos en todo el mundo.
Como preludio de lo que le espera la humanidad, vemos día a día el deshielo de los glaciares, eso provoca el desequilibrio en el planeta tierra y el peligro de que grandes zonas costeras sufran inundaciones; vemos también el aumento de la temperatura en las estaciones del año, cosa sumamente preocupante como advertencia de que algo muy grave se cierne en el futuro de la humanidad, si no se toman desde ahora las medidas apropiadas y urgentes con el fin de cuidar la atmósfera. Algunos gobiernos en el mundo, por su cuenta, empiezan a tomar medidas para la protección al medio ambiente, que redunden en atenuar la depredación de la naturaleza, tan agredida de manera permanente por el capitalismo, que prioriza las ganancias al par que relega a los seres humanos.
Pasamos a otros asuntos de mucho interés para los mexicanos, hay que recalcarlo, la educación y la salud en nuestro País son dos cuestiones de sumo interés para los ciudadanos, quienes desean funcionen de la mejor manera. Es preocupación de los padres de familia que sus hijos aprovechen la mejor educación escolar, lo mismo pasa en la atención de la salud, por eso la gente busca a los mejores médicos, a los más reconocidos.
Está comprobado que, en nuestra historia, los buenos gobernantes (que no son muchos y se pueden contar con los dedos de una mano) que ha habido en el país, han dejado huella precisamente en la educación, ampliado su cobertura a los lugares más apartados de la geografía nacional, y mejorando su calidad; una cosa va con la otra, en ese renglón existen infinidad de ejemplos incuestionables.
Ahora mismo en Yucatán llama la atención una medida progresista que debiera replicarse en todo el territorio nacional: la lengua maya, que aún está viva y es hablada por miles de habitantes de esa península oriental, fue elevada a rango de lengua oficial y será enseñada a nivel escolar en las escuelas. La incorporación de las lenguas indígenas a la currícula escolar, con el mismo rango que el español, además de mantener vivas los idiomas ancestrales, hacen de nuestra educación un espejo que muestra nuestra gran riqueza multicultural.
Tradicionalmente, empeñados en estudiar exclusivamente idiomas extranjeros, sólo con un sentido pragmático, nos hemos olvidado que nuestra mayor riqueza está en preservar nuestra cultura y el estudio de las lenguas indígenas, porque cada lengua que se extingue es una pérdida cultural no sólo para México, sino para la humanidad entera.
Lo mismo sucede en el campo de la salud, donde el gobierno actual se empeña en rescatar el sistema de salud pública y ponerlo al servicio de la población, aumentando su cobertura, terminando con la corrupción en la compra de medicinas, completando los hospitales que quedaron en obra negra, contratando médicos que vaya a atender regiones serranas y alejadas de los centros urbanos. Es sabido que los gobiernos de los partidos tradicionales -los que malgobernaron en los últimos tiempos-, dejaron caer el sistema de seguridad social a niveles de desastre, como nunca se había conocido, con el fin perverso de su privatización.
En la actualidad, se viene reconstruyendo esa área de salud con una inversión muy alta para garantizar el derecho universal a la salud.