Desastre

Lorenzo Q. Terán
16 diciembre 2020

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qterán@yahoo com.mx

 

Felicidades a Antonio de Jesús Rosas Valenzuela, por su brillante examen Doctoral.

 

Se confirma, en el curso del presente mes se empieza a aplicar la vacuna en el sector más expuesto, el de la Salud. Médicos y enfermeras, quienes se encuentran en el frente de batalla contra el virus Covid-19, serán los primeros en vacunarse, en el inicio de una campaña que se extenderá a toda la población. Durante el largo periodo de incidencia de la pandemia, el personal de Salud ha protagonizado sobradas muestras de heroísmo sin límites en la atención profesional a los infectados por el virus.

A pesar del desastre en que se encontró el sistema de Salud, cuando asumió el poder el actual gobierno federal, se actuó con mucha responsabilidad para levantarlo de las ruinas en que se encontraba y, en apenas unos meses, se le rescató para que funcionara en mejores condiciones. Fue una hazaña, se terminaron de construir clínicas y se edificaron otras en varios estados de la República y en la Ciudad de México.

Es digno de reconocerse la responsabilidad como actuó el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, en su afán de poner a funcionar de manera óptima el sistema de Salud, si tomamos en cuenta cómo se encontraba este cuando asumió la conducción de la República. Contratándose además a más de 400 médicos y enfermeras para afrontar la crisis sanitaria derivada del Covid-19; a todo ese personal se le va a dar base laboral, en su mayor parte en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Lo atingente de estas medidas es lo que permitió que no hubiera un solo caso enfermo del virus sin atender, eso demuestra la solidez de las instituciones nacionales.

Los efectos producidos por la emergencia sanitaria han dejado de manifiesto lo importante que resulta contar con un Presidente que en primer lugar obedezca el sentir del pueblo y no intereses particulares, como sucedía en el próximo pasado. Afortunadamente, tenemos un pueblo sumamente despierto, que valora con objetividad las actividades del Presidente en toda su dimensión, y no se deja engañar por los sofismas de la frivolidad que lanzan personeros nostálgicos del viejo y autoritario régimen.

Estamos seguros, la transformación del país se va a consolidar en el presente sexenio en muchos de sus aspectos, van a quedar establecidas las bases para no permitir que bajo ninguna circunstancia los ciudadanos pierdan sus expectativas de progreso, lo cual es de mucha importancia para los trabajadores y clases medias y pobres del país, quienes sienten y hacen suyos los logros alcanzados en justicia y democracia.

Lo más satisfactorio para el gobierno de la Cuarta Transformación es el venir ejerciendo un gobierno que trabaja para todos los mexicanos, sin distingos de ninguna índole, pero con una clara opción preferencial por los que menos tienen, lo que significa algo trascendente para lograr la anhelada equidad entre los mexicanos.

A punto de cumplirse dos años del gobierno de la Cuarta Transformación y a partir de esa premisa de “primero los pobres” se desarrolla toda una estrategia social de profunda envergadura. Hay muchas razones para que los obreros y los campesinos se sientan bien con el actual gobierno, por las mejoras alcanzadas en sus salarios. En el pasado estaban congelados sus salarios, no aumentaban; por el contrario, disminuía su poder adquisitivo; hoy empiezan a notar mejoras en sus prestaciones salariales.

Los ciudadanos están pendientes que no se desvíe el rumbo por donde camina el presente régimen, están muy enterados de las iniciativas que se vienen poniendo en marcha y apoyan con entusiasmo los objetivos que buscan el bien de los desposeídos, mismos que durante más de tres décadas fueron marginados, hechos a un lado como si no existieran por la política elitista y privatizadora que se puso en marcha, rematando los bienes nacionales como si fuera varilla de tendederos; hoy se trata de dar un giro sin parangón en bien de los pobres.

Los obreros y demás clases sociales que han caído en la marginación, y hasta empresarios que se han dado cuenta de la importancia de generar un Estado benefactor, apoyan al gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, porque saben que representa legítimamente sus intereses.