Desafía Rocha: informe y revocación
Salto doble, ¿con red de protección?
Más que acudir a un acto de faquirismo político al solicitarle al Instituto Estatal Electoral que le dé trámite a la solicitud para que los sinaloenses determinen si quieren que se vaya o siga como Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya reta a sus adversarios políticos a que muestren la base social con que cuentan para revocarle el mandato a mitad del período 2021-2027. Horas antes de entregarle el Tercer Informe de labores al Congreso del Estado, el Mandatario estatal decide iniciar la domesticación de los leones en cuyas fauces meterá la cabeza.
Los cálculos del Gobierno del Estado, del Movimiento Regeneración Nacional y de la Cuarta Transformación determinan que si el IEES aprueba la solicitud de revocación del mandato hecha por el Gobernador, aunque lo más seguro es que se la rechace con los mismos criterios de irretroactividad de la ley y de vacatio legis, será algo así como elegir de nuevo a quien hoy lleva el timón de Sinaloa y refrendarle la legitimidad de la mayoría para que concluya el segundo tercio del sexenio.
Ya se sabía que Rocha Moya pediría que se le aplique la reforma constitucional que él mismo envió al Legislativo para que después de cumplido el tercer del mandato del Gobernador en turno se les consulte a los electores si le retiran la confianza o se la ratifican. Pero el hecho de hacerlo en la víspera del ejercicio anual de rendición de cuentas y en medio de la crisis de la seguridad pública significa arrojo y exagerada fe en sí mismo. Lo que desconcierta no es resultado con la predecible ratificación; es la actitud de arrebatarles todas las antorchas a los tragafuegos de la intriga y apagarlas con un soplo de autoconfianza.
Es que independientemente del protocolo de entregarle hoy a la 65 Legislatura el balance de resultados del tercer año de Gobierno, el Gobernador se encuentra en el momento más complicado que cualquiera de sus antecesores haya enfrentado en la titularidad del Ejecutivo Estatal, con dificultades que lo instan a transitar al lado de la Presidenta Claudia Sheinbaum, de la sociedad y sectores sinaloenses, así como junto a colaboradores eficaces en la coyuntura de cero errores del Gabinete.
Está en el preciso momento en que el destino lo pone a prueba y según salga airoso o fracasado será el sitial que le corresponda en la historia. Lo más seguro, hágase o no la consulta revocatoria, es que Rocha Moya concluya su período de seis años como Gobernador. Los referentes del pasado dicen que Antonio Toledo Corro, Francisco Labastida Ochoa, Juan Millán Lizárraga, Jesús Aguilar Padilla y Mario López Valdez permanecieron en el cargo a pesar de los ventarrones que el narcotráfico hizo para sacudírselos a Sinaloa.
En el caso de Rocha, está en la mira de quienes lo culpan de una guerra que no desató él sino la ruptura de los equilibrios en el Cártel de Sinaloa al ser inmovilizado por medios extrajudiciales el fiel de la balanza del narcotráfico, que fue Ismael Zambada García. Sin embargo, la coyuntura de la narcoguerra le es apetitosa a intereses políticos y criminales que, por separado o mediante la suma de ambos afanes, perseveran en tumbarlo.
Hay que notar la trampa de evaluar el desempeño del Gobernador sólo en razón del lapso violento que inició el 9 de septiembre pero que se vio venir desde el 25 de julio con la detención forzada de “El Mayo” para entregarlo a la Casa Blanca. Trae adjunta la emboscada que le preparan a la ciudadanía y que les rechazó el miércoles el IEES a aquellos tenaces en demoler una acción de voluntad popular para erigir allí mismo desde el golpismo el coto de control que convenga a sus beneficios.
Pero ahora las reglas del juego han cambiado y el último movimiento en el ajedrez revocatorio coloca la partida a favor del Gobernador. Rocha accede por voluntad propia a someterse al procedimiento de revalidación o desaprobación cuando se ha convertido en el manjar político que les apetece a aquellos que por encima de la decisión democrática que lo puso en el cargo, perseveran en convertirlo en banquete de los que sabiendo que el voto no les dará el poder desean arrebatarlo sin importar medios y contravenciones.
Es decir, lo que está en riesgo no es el último trienio del rochismo; lo que peligra es el libre veredicto del voto que decidió llevar al Gobierno del Estado a un hombre académicamente preparado, con origen en el tesón rural por trasponer las barreras de la pobreza, y que y tiene el derecho humano a ser evaluado por el conjunto de logros en la administración pública estatal, no nada más por el largo bucle de barbarie derivado del cisma en el Cártel de Sinaloa.
Por lo pronto, la entrega hoy al Congreso del Tercer Informe dará elementos para conocer los pilares que sostienen el desempeño del Gobernador y si todavía resisten la carga de esperanzas depositada en la Cuarta Transformación de Sinaloa.
En el ring existe nerviosismo,
Porque al réferi le asombra,
Que Rocha haga rounds de sombra,
En los que se reta a sí mismo.
En la búsqueda de rutas de evacuación que nos urgen a los sinaloenses en medio de la narcoguerra que lleva mayor tiempo y cobra más víctimas que los anteriores choques entre células del narcotráfico, el empresario Agustín Coppel Luken aporta en el Foro Mar de Cortés el reclamo, la autocrítica y la propuesta que Gobierno y sociedad no debiéramos echar en saco roto. Señala el fracaso del gobierno en sus tres niveles respecto a la incapacidad de asumir y dar resultados en su responsabilidad primaria; resalta que los ciudadanos también renunciamos a la obligación de hacernos cargo del futuro de nuestras ciudades y pueblos, y señala la luz del faro donde “en medio de estas terribles adversidades estamos seguros la mayoría de los aquí presentes que nuestras ciudades pueden alcanzar un mejor futuro, una tarea muy difícil de lograr, pero posible”. Pongámonos a reflexionar.