Debate
Se acerca el tercer debate de los aspirantes a la Presidencia de la República, que tendrá lugar el 19 del presente mes. Dicho evento político, pese al ruido mediático, para nada va a influir en la decisión de los ciudadanos, en su preferencia a quién otorgarle su sufragio; eso ya lo tienen bien decidido, ya está muy claro por quién van sufragar en las urnas receptoras el 2 de junio; todo lo que se haga o se diga por los aspirantes a la silla presidencial no tiene valor, porque la ciudadanía tiene súper meditado a quien va a elegir para que dirija los destinos del País.
Hoy los ciudadanos se muestran contentos, porque están ciertos que el proceso electoral del 2 de junio va a ocurrir en completa calma y con una copiosa participación ciudadana. Y es que el ciudadano, a la hora de emitir su sufragio, lo hace pensando en el bien de México, desdeñando el cuento de los partidos de derecha, que a todas luces pretenden regresar al pasado, cuando despojaron al País de manera despiadada, privatizando bienes de la Nación que quedaron en manos de una caterva ligada al PRIAN, sin ningún recato y, además, convirtieron con total cinismo deudas privadas en deudas públicas, no tenían ningún límite.
El pueblo sufrió en carne propia los desmanes de los gobiernos neoliberales, que se prolongaron por 36 años. Ahora son cara dura los partidos que gobernaron ese nefasto periodo. Se puede decir que entonces los conservadores vivieron su tiempo dorado, de privilegios sin fin. Y ahora todavía se atreven a presentarse en los comicios, desarrollando una campaña de infundios y calumnias, no tienen límite en sus denuestos. Los ciudadanos, que conocen nítidamente cómo fue su pasado, toma de quien vienen sus calumnias e insultos sin límite. Conoce sus nefastas prácticas de gobierno, caracterizadas por la cínica corrupción y la enajenación de incontables bienes de la nación.
Los ciudadanos no olvidan esos gobiernos del pasado y a sus personeros políticos, quienes actuaron con servilismo durante el periodo de saqueo de los bienes de la Nación. La derecha piensa que el pueblo olvida sus agravios, desconoce la idiosincrasia de los ciudadanos, no concibe que los ciudadanos no olvidan a sus opresores ni a los saqueadores, que realizaron toda una serie de atropellos contra el pueblo. Esos gobiernos corruptos duraron ininterrumpidamente durante 36 años, periodo de verdadera jauja para los potentados y de completo olvido para los pobres.
Pero el pueblo goza de cabal memoria y no olvida esas décadas perdidas del periodo neoliberal, y sus gobiernos nefastos como el de Salinas de Gortari, Felipe Calderón y Peña Nieto. Y, porque como decía el poeta: “la herida está fresca y el chacal agazapado”, no hay que bajar la guardia, porque los reaccionarios están al acecho y luchando por volver al poder al menor descuido de los ciudadanos.
México tiene un promisorio futuro, se desprende de una cantidad de hechos que tienen lugar en el solar nacional, anunciadores de grandes mega obras en bien del desarrollo nacional. Durante este sexenio, pese a la oposición encarnizada de la derecha conservadora, se construyó el Tren Maya y el paso Transístmico, se compró Derek Park y se construyó la refinería de Dos Bocas, se inauguraron los aeropuertos Felipe Ángeles y de Tulum, se construyeron obras hidráulicas en todo el País. Esta reconstrucción fortalece el ánimo de sus moradores que ven buenas expectativas hacia adelante, con condiciones halagüeñas que pintan bien. No se ven máculas que nublen el desarrollo de esta gran Nación.
Vamos bien, lo demuestra una serie de factores macroeconómicos. Y esperamos que ese futuro se consolide, para regocijo de sus ciudadanos que verán sembrarse a lo largo y ancho de México más hechos tangibles. El pesimismo de los conservadores contrasta con el optimismo del pueblo mexicano, y esto es muy revelador de que éste percibe buenos presagios y que no hay nada que ponga en riesgo esa realidad favorable al cambio en marcha. Se camina hacia un futuro luminoso, lleno de buenas nuevas para todos los núcleos sociales. El optimismo de la población parte del estado de cosas en el País, de estudios basados en lo que los ciudadanos perciben sobre la realidad nacional.
El termómetro del estado de ánimo de la ciudadanía es difícil que falle, indica que ésta saldrá a votar masivamente porque continúe la transformación del País y que el desarrollo con bienestar siga beneficiando a los grupos sociales, que son quienes producen la verdadera riqueza de México.
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