De barro estamos hechos
""
rfonseca@noroeste.com
@rodolfodiazf
Un conocido refrán afirma: “Aunque todos estamos hechos del mismo barro, no es lo mismo bacín que jarro”. Otra variante cambia la segunda frase y señala que “no del mismo molde”.
Sea una u otra la fórmula que utilicemos, ambas coinciden en señalar que aunque todos compartimos la humanidad, no todos nos comportamos y reaccionamos de la misma manera.
La constatación parte del vocablo barro porque en el libro del Génesis se dice que Dios creó al ser humano al estilo de un alfarero: amasando el barro, con lo que se desea resaltar que lo hizo con sus mismas manos, con gran cuidado, dedicación y ternura (Gen 2,7).
Pero, como ya se ha dicho, el ser humano es libre y, por tanto, algunos son bondadosos, tolerantes y amorosos, mientras que otros se distinguen por su agresividad, violencia, egoísmo y resentimiento.
Isabel Allende, en su obra Cuentos de Eva Luna, escribió uno llamado “De barro estamos hechos” inspirándose en la desgracia colombiana del Desastre de Armero, ocurrida en 1986. La figura de ese desastre natural -debido a la erupción de un volcán- es una niña de 13 años que permanece sepultada en el lodo y solamente asoma la cabeza. La niña llevaba por nombre Omayra, pero Isabel Allende le cambió el nombre por uno más sugerente y evocador: Azucena.
El otro personaje central es ficticio: el periodista Rolf Carlé, quien transmitió para la televisión y permaneció durante tres días junto a Azucena tratando de motivarla, a la vez que pedía auxilio para conseguir una motobomba que drenara el agua para que la niña pudiera salvarse.
Rolf no consiguió salvarla, pero fue ella quien lo consoló y ayudó a interiorizarse para desenmarañar unos recuerdos infantiles que lo tenían aprisionado.
¿Comparto el mismo barro? ¿Actúo siendo solidario?