Culiacán valiente, el turno de la razón
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alexsicairos@hotmail.com
La lucha en paz por nosotros mismos
En la larga época desde los precursores del cultivo artesanal de amapola en Badiraguato hasta los actuales consorcios de las drogas sintéticas en todo Sinaloa, nunca alguna región del estado sufrió tanta violencia concentrada en un solo cártel y contra una misma ciudad, como la registrada en Culiacán el 17 de octubre. Tampoco habíamos experimentado jamás tan demasiado coraje los sinaloenses como el que buscamos desahogar ahora por distintos medios legítimos y pacifistas.
A partir de que un inmigrante chino descubrió a principios del Siglo 19 que nuestra tierra es fértil para cultivos que son materia prima para los opiáceos se acuñó la regla de honor del narcotráfico de no meterse con la vida y las actividades de la población tranquila, norma no escrita que en la evolución de los cárteles se tornó flexible, sujeta a la aptitud sádica de cada capo, hasta llegar a la estupidez del jueves negro, nuestra nueva pesadilla aumentada.
Esa es la razón por la cual la dimensión del ataque consumado contra Culiacán necesita de la ejemplar acción del Estado y del inequívoco rechazo de los culiacanenses. En espera de que las instituciones de Gobierno asumen las culpas y los correctivos que les tocan, el domingo la ciudadanía hará explícitos los motivos populares contra la sangre y el plomo como estilo de vida.
Dejará Culiacán que los verdaderos héroes, los que resistieron la barbarie y que a las pocas horas se levantaron para resarcir la dignidad colectiva, griten quizá mediante el silencio en las actividades del domingo 27 de octubre que, depende de todos nosotros, puede ser una demostración de fuerza cívica pacífica frente al intimidante poderío de la delincuencia. La sociedad valiente, comprometida con la vida, dirá sus razones para la paz.
A las 4 de la tarde en el estadio de futbol del equipo Dorados de Sinaloa renacerá el Culiacán Valiente en cada uno de los culichis. De ahí partirá una marcha hacia el Parque Las Riberas con punto de encuentro en la asta bandera monumental, para abrazarnos de la manera que sabemos hacerlo: con solidaridad. Será una batalla más de los serenos en la guerra que les vamos a ganar a los inhumanos.
Ese día tendrán que guardarse las arengas partidistas, el mea culpa gubernamental, el ensordecedor rugir de las armas y las lágrimas, todo ello derramado en abundancia. De ser real que la ciudad está triste desde El Barrio hasta Aguaruto y desde La Costerita a Mojolo, entonces los ciudadanos tendrán que hacerlo ver. La indignación no manifestada es permiso para que la cruel cacería continúe.
Los convocantes son culiacanenses sin interés por capitalizar la movilización en favor suyo o de organización alguna. Poco se sabe de sus nombres, pero son públicas sus trayectorias, preocupaciones y aportaciones al bien de Sinaloa. Jóvenes en su mayoría, les asiste el derecho genuino de exigir un provenir sin el terror que procede a amedrentar los esfuerzos lícitos por el progreso en todas sus acepciones.
Igualmente, la justificación es incuestionable: si no salvamos a Culiacán será imposible salvarnos nosotros. El crimen nos descifra en lo valeroso o lo pusilánime que seamos y los gobernantes se evidencian en los operativos mal planeados que a su vez delatan al Estado desorganizado en la tarea de protegernos. Implacable, el bando de los malos penetra en nuestros miedos y escudriña en las debilidades institucionales para atacar sabiéndonos indefensos.
Aquello que nos fue robando el territorio a los templados, primero la sierra badiraguatense, enseguida Tierra Blanca y luego la mancha roja que se extendió a todo Culiacán y Sinaloa, hoy viene a exterminar la esperanza de vivir en la máxima extensión de la palabra en la tierra que con sus ríos nos transporta al páramo utópico donde los humanos coexistamos en la ley, la unidad y el respeto al prójimo y al entorno.
Pero hay muchísimas cosas que podemos rescatar aún. Sí es posible la entelequia del atrevimiento de construir la mejor sociedad, en paz y con progreso. Si algo logró que despertara la anarquía de las balas, fuego y miedo del 17 de octubre es la voluntad dormida durante décadas para poner las primeras piedras del edificio social que quisiéramos que habitaran, seguros y con certidumbres, nuestros hijos y nietos.
El domingo tenemos que gritarlo fuerte. Culiacán es de nosotros, por nosotros y para nosotros. El edén de lo fundamental donde lo bueno se da en demasía que hasta alcanza para compartirlo con el mundo. De esta verdad tenemos que asirnos los culichis antes que la brutalidad nos obligue a lanzarnos al abismo.
Reverso
Resaltará tu estatura,
Tu porte de ciudad titán,
Con el grito de la cordura,
¡Te amamos, mi Culiacán!
Máxima transparencia
En otra trinchera cívica, el Comité de Selección que tiene a su cargo definir quién será la mujer que se integre al Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal y Municipal Anticorrupción de Sinaloa es colocado bajo la observación local y nacional para que desarrolle el procedimiento de la manera más transparente posible. El Observatorio Ciudadano, impulsado por Fundar y Artículo 19 en México, se pronunció a través de su área Designaciones Públicas para que en la actual coyuntura sinaloense se establezca un hito en términos de transparencia y máxima publicidad. Por lo pronto, detectó, la convocatoria no tiene fechas ni plazos claros para las fases de evaluación, deliberación y resultados, y el requisito de entrega de documentación certificada por una notaría puede inhibir la participación en la misma.