Cuidado con la extorsión policiaca
La semana pasada, un amigo mío fue detenido por la Policía Municipal por pasarse un alto.
En lugar de infraccionarlo y después de que mi amigo discutió con los policías, fue trasladado al tribunal de barandilla porque, según los policías, había una orden de aprehensión en su contra.
A mi amigo nunca le mostraron la supuesta orden de aprehensión a pesar de que se los exigió y después de discutir en la sede de la Policía Municipal, terminaron trasladándolo a la sede de la Policía Ministerial de esta ciudad.
Una vez en la Policía Ministerial, mi amigo exigió que le mostraran la supuesta orden de aprehensión, lo que no hicieron nunca y sólo le dijeron que supuestamente había sido liberada en Veracruz por el delito de secuestro.
Mi amigo le pidió a un supuesto abogado que trabaja en la Policía Ministerial que revisara bien los datos de la supuesta orden de aprehensión para que se dieran cuenta que, en todo caso, se trataba de una confusión con alguien que se llamaba igual que él pero que no compartía ni su edad ni sus características físicas.
El abogado que trabaja en la Policía Ministerial le dijo a mi amigo que no tenían sistema para verificar eso por lo que mi amigo se dio cuenta que, en realidad, no existía la supuesta orden de aprehensión y sólo lo estaban presionando física y emocionalmente para que les diera dinero para dejarlo ir.
Después de amenazar a los policías ministeriales con acudir a los medios de comunicación para hacer público lo que le estaba pasando, finalmente dejaron libre a mi amigo.
En total, desde que lo detuvo la Policía Municipal hasta que lo liberaron en la policía ministerial, mi amigo se aventó casi 12 horas detenido, lo que obviamente no constituye una experiencia agradable.
La moraleja de lo que le pasó a mi amigo es que, si lo detiene la Policía Municipal y le salen con que tiene una orden de aprehensión, les exija que se la muestren y les diga amablemente que, si esa orden de aprehensión realmente no existe, la detención es ilegal y los policías estarán cometiendo un delito que usted va a denunciar en cuanto le sea posible.
La percepción de mi amigo es que la Policía Municipal inventó lo de la orden de aprehensión para presionarlo a fin de que les diera dinero y lo mismo hicieron en la Policía Ministerial.
Desafortunadamente lo que le pasó a mi amigo no es un hecho aislado y sucede más de lo que pensamos.
Si queremos que ese tipo de extorsiones desaparezcan, debemos denunciar penalmente a los policías y demás servidores públicos involucrados, para que ellos y sus compañeros sepan que no van a quedar impunes.
Recordemos que la impunidad fomenta la comisión de los delitos. Si no hacemos algo para combatirla, en cierta medida estamos también fomentándola y faltamos a nuestro deber ciudadano de exigir que todos los servidores públicos respeten la ley.
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david@bufetealvarez.com