¿Cuál es el pretexto del Congreso de la CDMX para ignorar a la ciudadanía?
Gracias a la presión de Oceana junto a miles de personas que buscan que se legisle la contaminación plástica del comercio electrónico, Amazon anunció que en Norteamérica -Canadá, Estados Unidos y México- sustituirá las almohadillas plásticas que usa en el reempaquetado de los productos que distribuye por rellenos de papel 100 por ciento reciclados.
Se espera que esta medida “evite casi 15 mil millones de almohadas de plástico al año“, según la compañía. Esta noticia invita a varias reflexiones: los plásticos innecesarios de un solo uso son justo eso, innecesarios; eliminarlos de nuestra cotidianidad no requiere mucho, pero sí algo indispensable: voluntad.
La mayor empresa del comercio electrónico en el mundo está consciente del impacto dañino al medio ambiente que genera su contaminación plástica innecesaria, por lo que decidió actuar.
La contaminación plástica debe combatirse de manera urgente porque perjudica la salud y alimentación de todas y todos, daña también al medio ambiente y a los océanos, fundamentales para toda la vida en el planeta.
Otra reflexión nos lleva a preguntarnos por qué, aún con la ciencia e información que existe sobre los impactos negativos de la contaminación plástica, Tania Larios, presidenta de la Comisión de Preservación del Medio Ambiente, Cambio Climático y Protección Ecológica del Congreso de la Ciudad de México, no actúa para atender esta problemática e ignora los esfuerzos de la ciudadanía y, ahora, de las empresas.
Desde el 22 de febrero, se presentó en el Congreso de la Ciudad de México la iniciativa #EnvíosSinPlásticos, que pretende detener la contaminación plástica del comercio electrónico que llega a nuestros hogares, pero desde entonces, ha sido obstaculizada por la diputada del PRI, Tania Larios, permitiendo que por su inacción más de 30 mil toneladas de plásticos innecesarios llegaran a nuestras casas.
La contaminación plástica es responsable de la muerte de más de un millón de animales marinos al año, además, hay micro plásticos en el aire que respiramos, en la comida que consumimos, en la sangre y leche materna.
Las almohadillas que usa el comercio electrónico en el reempaquetado de los productos que distribuye es del mismo material que las bolsas plásticas desechables que ya están prohibidas en 29 estados del país por ser altamente contaminantes, y completamente innecesarias.
El compromiso de Amazon es una buena noticia, pero no es suficiente.
Necesitamos que el Congreso de la Ciudad de México legisle por #EnvíosSinPlásticos para obligar a todas las empresas a dejar de mandar contaminación plástica a nuestros hogares; y evitar que futuras empresas de esta industria que se instalen en nuestro país sumen a la contaminación plástica y las consecuencias a nuestros océanos, a nuestras ciudades y a nuestra salud sean irreparables.