Corrupción en tiempos del coronavirus
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Reforzar vigilancia de recursos públicos
Casi simultáneamente, el reciente fin de semana las organizaciones Transparencia Internacional y 57 colectivos, cámaras empresariales y ciudadanos de Sinaloa alertaron sobre posibles delitos de corrupción que los responsables de instituciones públicas podrían cometer bajo el negro manto de la desinformación, miedo y emergencia que existe en México por el preocupante contagio de coronavirus. Consideran que las contingencias son caldo de cultivo idóneo para que otra toxina, la del pillaje, asole en lo ya arruinado.
En un sistema de gobierno lo suficientemente ajustado a la legalidad, tal vez la desconfianza en tiempos de pandemia sería hasta una monstruosidad. Inimaginable, si nuestros políticos en el poder fueran transparentes y honestos, que alguno de ellos intentara lucrar para beneficio propio con la desgracia que se posa sobre México y el mundo al desconocerse el impacto social, económico y político que resultará de la calamidad derivada del Covid-19.
De hecho, la contingencia sí hace necesario flexibilizar los mecanismos de adquisición de equipos e insumos indispensables y la disponibilidad de recursos económicos en apoyo a los mayormente vulnerables, sin embargo, esa misma elasticidad trae consigo la importancia de colocar más lupas y más potentes sobre quienes ejercerán ese dinero ya que cada peso que se pervierta en el sinuoso camino de la opacidad no sería solo un delito sino un crimen.
El viernes 27 de marzo el Gobierno federal publicó el decreto que lo autoriza a realizar compras extraordinarias, sin necesidad de licitarlas, para atender las necesidades de las regiones de todo el territorio nacional en materia de salubridad general, para combatir la enfermedad grave de atención prioritaria generada por el virus SARS-CoV2.
De manera similar, el Gobernador Quirino Ordaz Coppel ha expuesto la posibilidad de solicitarle al Congreso del Estado la autorización para acudir a deuda pública que se utilizaría en caso de entrar Sinaloa a una fase de mayor complicación por Covid-19. De igual forma ha anunciado la aceleración de las obras de conclusión del Hospital General de Culiacán para habilitar áreas del nosocomio como centros de atención a enfermos graves.
Además, el sector empresarial sinaloense aportó recursos privados para que en mezcla con fondos públicos se destinen a comprar 100 equipos de respiración asistida y nuevas camas para hospitales, mientras el Instituto Sinaloense de la Cultura se adhirió al acuerdo nacional para garantizar la continuidad de la producción cultural que estimulará económicamente a artistas que produzcan materiales grabados que atiendan las necesidades de la población en dicho ámbito.
Las presiones a que estarán sometidos los entes públicos son todavía incalculables porque aparte de los estragos de la enfermedad se vienen encima los trastornos de tipo económico que obligarán al Estado a respaldar a la planta productiva que en gran medida no puede por sí sola responderles salarialmente a los trabajadores que se quedarán en sus casas, inactivos, para contener la expansión del coronavirus.
Y así como el desafío es colosal para todos, también plantea retos enormes a órganos de fiscalización, anticorrupción, rendición de cuentas y de acceso a la información, que ni siquiera un segundo podrán quitar la vigilancia ciudadana sobre los recursos públicos aplicados en la atenuación de la pandemia. Es vergonzoso para México decirlo, pero la puerta que nos lleva a la pandemia significa a la vez el umbral hacia la deshonestidad que acostumbra la función pública.
Transparencia Internacional establece cinco condiciones básicas a seguir en las contrataciones públicas en estado de emergencia: máxima apertura en la información con una visión integral de las contrataciones públicas, desde la planeación hasta la entrega del bien; activación de mecanismos pro competencia; fiscalización en tiempo real; identificación plena de los recursos utilizados y su destino en un solo sitio, así como amplia rendición de cuentas sobre los recursos utilizados y su destino.
Por su parte, los colectivos, cámaras de la IP y personas que firman el posicionamiento sinaloense hacen el llamado a que se activen oportunamente las medidas necesarias para prevenir faltas administrativas y delitos de corrupción derivadas del mal uso de los recursos en esta etapa de crisis sanitaria, y traen a la memoria el antecedente de los colchones en mal estado distribuidos a damnificados por la tormenta tropical 1-E, en septiembre de 2018.
Entonces, el ojo cívico debe abrirse sin posibilidad de parpadear. Se justifica con amplitud la exigencia de transparencia porque cada centavo que se desvié a fines distintos, no se diga siniestros, es de vida o muerte para millones de personas cuya única fe en la supervivencia depende de que el Presidente Andrés Manuel López Obrador, y el Gobernador Quirino Ordaz Coppel en el caso de Sinaloa, hagan fuerte y efectivo el sistema anticorrupción.
Reverso
El cumplimiento de su deber,
Les reconocerá la Nación,
Sólo si evitan revolver,
Coronavirus y corrupción.
Posdata caliente
Es México el que se calienta cada día más por la incongruencia del Gobierno federal que llama a los ciudadanos a quedarse en casa “como última oportunidad” para reducir los contagios de Covid-19, mientras Andrés Manuel López Obrador, continúa en giras con sus 36.5 grados centígrados de temperatura corporal y acompañado de Susana Distancia ayer subió hasta la sierra de Badiraguato, zona caliente de un Sinaloa llameante por la violencia desde la montaña a la costa.
alexsicairos@hotmail.com