¿Coronavirus o neumonías atípicas? Las verdades tendrán que conocerse

Alejandro Sicairos
15 abril 2020

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alexsicairos@hotmail.com

 

Desde las paredes de los hospitales públicos, que las autoridades intentar mantener herméticas, escapan voces del personal médico que denuncia ser forzado a clasificar como neumonías atípicas algunos casos de fallecimiento por contagios de coronavirus. El probable subdiagnóstico, sujeto a comprobación futura, instala un velo de dudas respecto al verdadero impacto en México y los estados de la pandemia por Covid-19.

La errática difusión de la información oficial sobre el tema comenzó a partir de que se presentó el primer caso de muerte por coronavirus en el territorio mexicano, que según la Secretaría de Salud federal ocurrió a las 16:24 horas el 18 de marzo en el Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias de la Ciudad de México y que la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad desmiente al demostrar que antes, a las 12:00 del mediodía de la misma fecha, hubo un deceso debido a contagio de Covid-19 en el Hospital 46 del Seguro Social en Gómez Palacio, Durango.

A pesar de que todavía no es el momento de evaluar la estrategia implementada en la actual emergencia nacional sanitaria, sí es valioso detectar las intenciones por alterar los datos que se dan a la población ya que esta debe sustentar las acciones preventivas que adopta con base al conocimiento de la realidad. Podría ser que al percibir que la enfermedad presenta avances lentos en cuanto a contagios y fallecimientos, la gente desestime el peligro de la situación a punto de ingresar a la Fase 3.

De acuerdo con los estándares médicos que clasifican tales padecimientos, una neumonía típica es de índole bacteriana, es decir se realiza un cultivo y se descubren las bacterias. La atípica es cuando no se puede determinar el factor que la ocasionó. En las neumonías causadas por el nuevo coronavirus Covid 19 debe existir y comprobarse el agente infeccioso y síntomas de gripe complicada por fiebre, tos, dolores de cabeza y corporales.

Se ha desatado el debate nacional de si el Gobierno federal ha instruido al Sistema Nacional de Salud para que reduzca la incidencia de enfermos y defunciones por coronavirus disfrazándolos de neumonías atípicas, esa terminología que al final de cuentas no precisa la causante del mal y permite interpretaciones ambivalentes. Una neumonía atípica puede ser neumonía causada por Covid-19 y la diferencia sería que no se aplicó la prueba para detectar al virus originado en Wuhan, China.

Entonces el problema no sería de los médicos que atendieron a los pacientes ni de los hospitales donde fue internado, sino de los problemas que se tienen para disponer de la prueba en todos los casos sospechosos. Si alguien ingresó a los nosocomios con todos los síntomas del coronavirus y luego fallece sin que se le diagnostique será enlistado en las neumonías atípicas.

Es muy probable que los fallecimientos registrados en México desde el 18 de marzo que se reportó a la primera víctima letal del Covid-19 sean en gran número causados por coronavirus. En esa fecha, de acuerdo con lo que establecen las investigaciones de MCCI, la Secretaría de Salud centralizó la aplicación de las pruebas y tanto en la capital del País como en las entidades federativas no las hubo, ni las hay en suficiencia hoy, para aplicarlas en todos los casos dudosos.

¿Para qué necesitaría el Gobierno de México maquillar las estadísticas relacionadas al coronavirus? Este es el principal enigma ya que las naciones más afectadas, siendo los casos de China, Italia, España y Estados Unidos, manejaron al día las cifras reales de infectados y muertos. Podría ser que sí contaron con los kits de detección grado clínico, o bien todos los casos de neumonías complicadas consideraron al Covid-19 como causante.

Por supuesto que ni caso tiene colocar hoy el importante conocimiento de la verdad por encima de la emergencia que determina atender primero a los enfermos. Cuando la contingencia sea superada será obligatorio someter a análisis todo aquello que los políticos en el gobierno, la comunidad médica como actor principal y el entramado humano en conjunto, hicimos frente a una adversidad que tomó a todos por sorpresa.

Examinar para darnos la oportunidad de detectar y corregir los errores, aunque lo esencial es resaltar los aciertos y fortalecerlos. Nos ubicamos apenas a la mitad de la pesadilla y el mal sueño depara momentos de mayor desasosiego y, en consecuencia, de superior capacidad en unirnos para resistir. Sí, que nos hablen con la verdad sobre el tamaño de la pandemia es crucial para calcular a qué nos enfrentamos, no obstante que lo urgente, ahora, es preguntar cómo vamos a salir de esta.

 

Reverso

Para dilucidar este enredo,
Nos importa mucho la verdad,
Para no encubrir el miedo,
Tras el antifaz de la normalidad.

 

Convicciones a prueba

Al mismo tiempo que el Subsecretario de Salud federal, Hugo López-Gatell, y el Secretario de Salud del Gobierno de Sinaloa, Efrén Encinas Torres, advierten que es inevitable la entrada a la Fase 3 de la pandemia de coronavirus y que la amenaza no se va a detener, en la delegación estatal del IMSS se forman largas filas de jóvenes graduados en medicina y enfermería que quieren sumarse a las brigadas de batas blancas que se necesitarán para hacerle frente a la etapa más grave de la contingencia. Podría ser por la desesperación de obtener plazas laborales, no obstante, hay mucho de la vocación y voluntad de servicio que deben prevalecer cuando más los necesitamos los sinaloenses. Y otras hileras, de carros y personas, desafían el llamado a quedarse en casa.