Contar lo bueno
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@rodolfodiazf
Las buenas noticias también son noticia; sin embargo, normalmente se resalta más lo negativo porque es lo que vende e impresiona, pues propendemos al morbo y al escándalo.
En las conversaciones cotidianas se da el mismo efecto: tienen mayor relevancia los chismes y comentarios negativos que los relatos de virtud o edificantes.
En la novena estación del Vía Crucis -Jesús cae por tercera vez-, la reflexión estuvo a cargo de un detenido, quien manifestó: “Un día, a mi nieta no le contaré el mal que cometí, sino solamente el bien que encontré. Le hablaré de quien, cuando estaba caído, me llevó la misericordia de Dios”.
El recluso comprendió que no tiene ningún sentido contar la maldad e hipocresía, sino resaltar la bondad y la misericordia: “En la cárcel, la verdadera desesperación es sentir que ya nada de tu vida tiene sentido. Es la cumbre del sufrimiento, te sientes el más solo de todos los solitarios del mundo. Es verdad que me rompí en mil pedazos, pero lo más hermoso es que esos pedazos todavía se pueden recomponer. No es fácil, pero es lo único que aquí dentro todavía tiene un sentido”.
El convicto comentó que a nadie le gusta caerse, pero recordó que así también es como un niño aprende a caminar: “Caerse al suelo nunca es agradable. Pero hacerlo varias en repetidas ocasiones, además de no ser agradable se convierte incluso en una especie de condena, como si ya no se fuera capaz de permanecer en pie”.
De su infancia, dijo, sólo conserva una imagen alegre, la de una hermana llamada Gabriela: “Fue la única que percibió en mí lo mejor dentro de lo peor… un fragmento de bien siempre permaneció encendido dentro de mí”.
¿Cuento lo bueno? ¿Percibo lo mejor de las personas?