Contagio

Lorenzo Q. Terán
22 julio 2020

""

lqteran@yahoo.com.mx

 

El tiempo corre a velocidad inaudita, en una semana pasan acontecimientos que dejan a la sociedad perpleja por la rapidez como se dan, redimensionando en la ciudadanía patrones preestablecidos y modificando en muchos ámbitos la convivencia cotidiana.

Nuestro país y el mundo, en la actualidad, atraviesan por la crisis derivada del coronavirus, que ha afectado la economía de los países del mundo entero, lo mismo ha repercutido en el cierre de comercios, despidos y falta de liquidez en los países industrializados que en los países llamados del tercer mundo, nadie se ha librado de ser afectado por la pandemia y también sus economías han sufrido un embate fuerte, como no se había visto en muchos años, una crisis que se ha extendido en el mundo, lo que tiene preocupados a los gobernantes buscando salidas.

Afortunadamente se empiezan a escuchar noticias alentadoras de que en algunos países se empiezan a producir medicamentos para combatir el Covid-19; esa es muy buena noticia, también se avanza en la concreción de la vacuna que venga a erradicar el peligro de la pandemia.

Lo anterior ha despertado entusiasmo entre los científicos, porque empiezan a ver cerca el fin de esa pandemia que ha producido efectos catastróficos en gran parte del mundo; sin duda ha sido uno de los virus más letales en los últimos 100 años. Los ciudadanos pocas veces se han visto asolados de manera tan drástica. Basta decir que todo mundo se vio obligado, por recomendaciones de la Secretaría de Salud, a permanecer en confinamiento en casa por un periodo de más de tres meses, protegiéndose del contagio; eso da una idea de las medidas sanitarias que se ha visto obligado el Gobierno a pedirle a los ciudadanos, quienes han reaccionado en general con disciplina para atenuar los efectos del virus.

Como señalábamos al principio de esta entrega, el tiempo avanza vertiginosamente, nos acercamos con verdadera rapidez al inicio de las campañas políticas de la elección que tendrá verificativo el 6 junio del año próximo, donde se nombrarán 13 gobernadores y el total de los diputados que integran la Cámara de Diputados el Congreso de la Unión; para el gobierno de la cuarta transformación es crucial mantener la mayoría en el Congreso legislativo, lo mismo para la Oposición que busca restaurar el antiguo régimen.

De acuerdo con las encuestas de opinión que se han realizado, la Oposición no la tiene nada fácil de ganar la mayoría de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, por muchas razones. La principal es la popularidad de que goza el Presidente Andrés Manuel López Obrador y su cercanía con el pueblo. Se tiene una percepción positiva de la forma de ejercer el gobierno por parte del Presidente. Su lema de “primero los pobres”, no suspendiendo programas sociales sino ampliándolos, tiene amplias simpatías entre los ciudadanos.

El combate a la corrupción es percibido por la opinión pública como algo muy serio en este sexenio. El último botón de muestra lo vimos apenas la semana pasada, cuando llegó a nuestro país, extraditado de España, Emilio Lozoya, el ex director de Pemex del sexenio de Enrique Peña Nieto, episodio que apenas es el comienzo de una posible caja de Pandora de corrupción que tiene temerosos a connotados personajes prianistas.

En suma, es tan enorme el desprestigio de los partidos políticos que conforman la oposición, que la predicción es que ni juntos todos sus membretes ganan una elección, están tan profundamente desprestigiados y cometieron contra los ciudadanos tantos agravios, que difícilmente el electorado se va a dejar convencer de que ahora son unas “blancas palomas”, como para otorgarles su voto.

No existe posibilidad que la ciudadanía olvide sus atropellos cometidos a lo largo de muchos años que estuvieron en el poder y medraron a sus anchas y con un cinismo ofensivo que no puede fácilmente olvidarse. Los políticos prianistas, que desde el gobierno ejercieron la corrupción a niveles increíbles y gobernaron con tanta prepotencia, ahora están recibiendo las consecuencias de sus malas artes, la indiferencia y el rechazo de la ciudadanía a votar por reestablecer el pasado.

En 2021 será el refrendo de que lo que la ciudadanía comenzó en 2018: un cambio democrático en México, que no tiene ni tendrá marcha atrás.