Consensos y oportunidades para impulsar la educación
Los tiempos electorales son una gran oportunidad para posicionar en la conversación pública la importancia de la educación de niñas, niños y jóvenes. Sin embargo, aun siendo este tema de relevancia estratégica para el presente y futuro de las próximas generaciones, existe consenso de que ésta enfrenta numerosos problemas que no han sido atendidos.
En un análisis realizado por Mexicanos Primero sobre aproximadamente 240 propuestas que han impulsado distintas organizaciones nacionales e internacionales, se identifican algunos puntos de coincidencia. Asimismo, otros que no han sido lo suficientemente abordados y representan áreas de oportunidad y preocupaciones sobre los cuales se requiere ser más enfáticos para impulsar su priorización. Sobre todo, considerando los cambios de administración del contexto federal y local.
Uno de los consensos más notables es el reconocimiento de que la pandemia hizo más evidentes las brechas de desigualdad y de aprendizaje que enfrentaron los estudiantes, así como las evidentes afectaciones socioemocionales. En Sinaloa, esto se muestra en los bajos resultados obtenidos en las evaluaciones diagnósticas de la Mejoredu, en donde ningún grado (a excepción de segundo año), alcanzó 60 por ciento de respuestas correctas, siendo los estudiantes de cuarto y quinto año de primaria los puntajes más bajos en toda la educación básica. Es decir, aquellos que ingresaron a la escuela durante la pandemia.
Otros temas recurrentes son la prevención de la violencia, la recuperación de las escuelas de tiempo completo, la mejora de la infraestructura educativa, mejorar las condiciones del magisterio, así como un adecuado financiamiento para becas e incentivos salariales. Estos temas se muestran como ejes relevantes.
Aunque no se puede negar que estos elementos son estratégicos para impulsar el derecho a aprender, hay otros que no han sido lo suficientemente abordados. En este monitoreo de temas, se hicieron escasas menciones a la transparencia y rendición de cuentas, lo cual es fundamental para que el gasto sea efectivo, y garantice más y mejores condiciones para los alumnos.
Tampoco se habla del mejoramiento de la formación docente, ya que las escuelas normales han sido excluidas de la conversación a pesar de que es ahí donde se forma a los futuros maestros. Aunado a esto, tampoco hay propuestas que consideren a los directores y Asesores Técnicos Pedagógicos (ATP), como actores relevantes para el acompañamiento y asesoría en las escuelas.
Se buscan soluciones integrales, pero no hay un camino de priorización que hagan plausibles rutas que puedan permear en las comunidades escolares. Es un hecho que hay muchas propuestas, pero se requiere mayor claridad para saber de dónde se obtendrán los recursos y cómo pueden ser aprovechados para que tengan efectos sobre el derecho a aprender de niñas, niños y jóvenes.
Son muchas las voces que buscan posicionar la educación como una prioridad en estas elecciones. No obstante, no debemos dar margen a que caiga en un lugar secundario, por lo que habrá que seguir trabajando juntos en impulsar esta agenda, pero también, identificar las áreas que aún faltan por fortalecer. Aún es tiempo de ampliar nuestra mirada para lograr mayor solidez en las propuestas, generar mayores consensos y alcanzar mejores soluciones.
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El autor es director de investigación en Mexicanos Primero Sinaloa
@Mexicanos1oSin
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