Ciudadanos anticorrupción, hora decisiva. Comisión de Selección sin derecho a fallar
alexsicairos@hotmail.com
.
Con la nota triste de que ningún otro perfil se anotó durante la ampliación del plazo original de la convocatoria, inapetencia que llama a analizar los estados de ánimo del movimiento cívico, pero la acotación optimista de que la Comisión de Selección está moral y socialmente habilitado para sacar adelante a las mejores propuestas, el 15 de febrero cerró el plazo de registro como aspirante a ocupar las tres vacantes del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal y Municipal Anticorrupción de Sinaloa.
De las nueve mujeres inscritas serán electas las tres consejeras que representen y defiendan la exigencia ciudadana del ejercicio honesto de la función pública y la clausura de las alcantarillas por los cuales las finanzas públicas se deslizan hacia los bolsillos y cuentas bancarias de funcionarios aún atorados en el esquema nocivo del “si no transas, no avanzas”. He aquí lo crucial de la labor a realizar, sin margen de error por la Comisión de Selección.
En la parte del órgano selector derivada de la sociedad civil, que integran Jorge Rubén Ibarra Martínez, Daniel Elizondo de la Torre, Flavio Herrera Verdugo y Jesús Alexander Quiñónez está depositada la confianza de que resulte un CPC intrínsecamente vinculado a la lucha cívica por la transparencia. A la otra fracción, emanada de propuestas hechas por instituciones de educación superior y de investigación, e integrada por Alondra Sánchez Lizárraga, Reyna Christian Sánchez Parra, Roberto Carlos López, Delia María Guadalupe Félix Guzmán, y Giovani Hasael Chávez Piña, le corresponde asumir igual compromiso social sin implicar los intereses que trae detrás.
Es decir, los nueve involucrados en la tarea de seleccionar a tres integrantes del Comité de Participación Ciudadana, labor por la cual ni un solo pesos recibirán como pago, estarán durante las próximas semanas ante la prueba de fuego de las convicciones, aptitud ética y compromiso social como únicas herramientas de deliberación, si es que aspiran a que los sinaloenses se lo reconozcan en razón al buen resultado del procedimiento.
Es pertinente enfatizar que ya no queda tiempo para desperdiciar en la lucha permanente contra la corrupción en Sinaloa. La reestructuración del CPC va a contrarreloj de la noción generalizada de que el SEMAES es un parto de los montes más, porque en el imaginario común el elefante que fuera barrera de los delitos contra el patrimonio público acabó siendo el ratoncito tembloroso y encubridor que parió la montaña de la simulación.
Las trayectorias registradas dan elementos para designar a buenas consejeras. Después del análisis de cumplimento de requisitos y de las comparecencias, se sabrá quiénes de entre Nancy Guadalupe Domínguez Lizárraga, Rosa Elvira Jacobo Lara, Magali de los Ángeles Lara Lugo, Lucía Irene Mimiaga León, Lucía Arizbe Ponce Cebreros, Alix Amairany Terrazas Payán, María Elizabeth Zamorano Melgar, Raquel Zapien Osuna y Lydia Erika Zúñiga Castro, logran los mejores puntajes.
El escenario deseable es que se hubieran registrado más aspirantes, sin embargo, de este tamaño es la desconfianza en que factores externos a la Comisión de Selección se entrometan para pervertir el proceso legal, polvos de aquellos lodos que se resisten a darle a los ciudadanos el poder que les corresponde. No obstante, del buen desempeño que presente la CS depende de que regrese la credibilidad en el mecanismo y por ende la participación.
Aunque no lo parezca, los sinaloenses están observando. Organizaciones no gubernamentales como es el caso de Iniciativa Sinaloa han aportado la ruta a seguir en el objetivo de mejores prácticas apegadas a los principios de transparencia, participación ciudadana y máxima publicidad. Para el procedimiento propone establecer plazos claros y previsibles para cada una de las etapas; crear un micrositio o portal donde se difunda toda la información; cumplir, como mínimo, cada una de las reglas establecidas en la Constitución local y en ley del Sistema Estatal Anticorrupción; definir fechas y procedimientos específicos y reglas de operación, así como participación ciudadana por medio de cartas o escritos, con voz en las audiencias y a través de grupos de acompañamiento conformado por notables, académicos y expertos.
Para la transparencia del proceso: lista que contenga el nombre de todos y cada uno de los aspirantes; versión pública y difusión de todos y cada uno de los expedientes; declaración de intereses, patrimonial y fiscal en formato establecido por la Comisión de Selección a nivel nacional; que toda la documentación sea de carácter público; transparentar la metodología para la valoración de los expedientes presentados con base a la definición de un perfil ideal; publicar la lista de los nombres de las personas seleccionadas para una segunda etapa, calendario y horarios de comparecencias, entre otros puntos que postula IS.
Todo está a cargo, pues, de la Comisión de Selección. Debe atrincherarse en su estatura cívica sin ceder ante amenazas, presiones o tentaciones; imprimirle al CPC el sello indeleble de pertenencia a la sociedad; escrutar en los aspirantes la vocación por la rendición de cuentas claras, e impedir que la mano gubernamental entre a derribar lo avanzado en la lucha anticorrupción. Y si no es mucho pedirle, que siente las bases para que el CPC sea al fin la palanca que destrabe al resto del sistema estatal anticorrupción.
De los nueve que salgan tres,
De excelentes credenciales,
Para que no sean después,
Tapaderas de albañales.
No echó a vuelo las campanas el Alcalde Juan de Dios Gámez al darse a conocer que Culiacán abandonó el ranking global de las 50 ciudades más peligrosas del mundo. Consciente de que en materia de incidencia delictiva un solo homicidio doloso da motivos de preocupación, dijo que “no hemos llegado al buen puerto que queremos llegar con Culiacán en el tema de seguridad. Todavía tenemos indicadores de generación de violencia, debemos seguirlo trabajando”.