Ciudadanía borrada en Culiacán y Mazatlán
Malecón libre a cafres y carril VIP a urbanos

Alejandro Sicairos
16 marzo 2023

alexsicairos@hotmail.com

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Todo indica que el reordenamiento vial para la movilidad sustentable prescinde de la opinión de los ciudadanos en Culiacán y Mazatlán como principales beneficiarios o afectados, porque los alcaldes Juan de Dios Gámez Mendívil y Édgar González Zataráin se saltan los topes que todos los servidores públicos están obligados a respetar, como lo son la socialización y aprobación de las medidas por parte de la población, antes de imponerlas o esbozar el autoritario argumento de “van porque van”.

A ver, podrían ser buenas decisiones la ampliación a tres carriles del malecón viejo de Culiacán, en el tramo comprendido entre las avenidas Álvaro Obregón y Xicoténcatl, o la implementación del carril único para el transporte urbano en Mazatlán, sin embargo, esto no debe salir del sombrero mágico de donde sacan sus ocurrencias los presidentes municipales, sino de la acción consensuada entre gobierno y comunidades.

Parecía cosa de caricatura la movilización de brigadas que el 3 de marzo (al menos no lo hicieron en jueves, día en que ocurren todas las cosas malas en Culiacán) colocaron letreros de “no estacionarse de lunes a viernes” por ambos sentidos del Paseo Niños Héroes en el trayecto mencionado. Unos abrían los hoyos, los de atrás colocaban la señalización y los de más atrás ponían el cemento que sostiene los anuncios.

Si se trata de adaptar dicha vía a los criterios que ponen al peatón en nivel de importancia por encima del automóvil, el Alcalde debe darlo a conocer a los culiacanenses. ¿Quién tuvo la tan ingeniosa idea de abrirles un carril adicional a los vehículos que de por sí tienen el malecón como zona de alta velocidad? También debe responder Gámez Mendívil.

¿Existe algún proyecto para el ordenamiento urbano del sector que sea secreto de Estado y la gente no deba conocer? ¿Fue consultado el Instituto Municipal de Planeación o la Dirección de Vialidad del Ayuntamiento y del Gobierno de Sinaloa para concretar un carril extra al disfrute de los cafres? ¿Pensaron en los negocios que en situación de agonía económica reciben estas decisiones como tiro de gracia que les aleja a los clientes? ¿Por qué obligar a los visitantes de esa parte del Parque las Riberas a que paguen estacionamiento público que por cierto no hay disponible en el área intervenida? ¿Y los transeúntes que para cruzar el Niños Héroes de acera a acera necesitan incurrir en actos suicidas?

Que responda el Alcalde Gámez porque para imposiciones ahí estaba antes Jesús Estrada Ferreiro y fue depuesto del cargo por abusivo con los ciudadanos. No debió, sin decir “agua va”, esconder la información que convenciera a los culiacanenses afectados de que vale la pena sacrificar algunas ventajas con tal de obtener beneficios colosales. A como se ve, el Gobierno de Culiacán sí ha sido magnánimo, pero con los que toman el malecón como pista de carreras.

Y en Mazatlán Édgar González, quien también ocupa la silla principal de Palacio Municipal gracias a que el anterior Edil, Luis Guillermo Benítez, fue destituido por autoritario, procedió a certificar el carril exclusivo para unidades del transporte de pasaje urbano, en las avenidas Ejército Mexicano y Juan Carrasco, entre Insurgentes y Gutiérrez Nájera, que quizá hasta sea una estrategia adecuada para reducir accidentes de tránsito, aunque le faltó lo esencial: dialogar con los que se manifiestan en contra y persuadirlos de las ventajas argüidas.

Los opositores al arroyo de circulación preferencial, principalmente los comerciantes, dicen en defensa propia que sufren afectaciones por la caída de las ventas, cierre de negocios, eliminación de aparcamientos y vandalismo en vehículos que son estacionados en calles contiguas. El coraje es más porque la medida se tomó en los escritorios de burócratas municipales y omitió concientizar a los directamente dañados, igual que en los tiempos cuando “El Químico” dictaba disposiciones a espaldas de los mazatlecos.

Hay que tomar en cuenta a la gente con la idea de que el diálogo y las razones siempre han permitido que el pueblo abrace las buenas obras si el balance de los beneficios apunta a la comunidad. Ni los culichis ni los mazatlecos se pueden pasar la vida en ejercicios que calan a los gobernantes y si no son los que necesitan, proceden a desalojarlos de las administraciones públicas municipales.

Ahora que cualquier tema es sometido a consulta pública se percibe extraño, a veces hasta sospechoso, que en la determinación de abrirles en Culiacán un tercer carril a los cafres maleconeros, y establecer el surco vial preferencial para el transporte urbano en Mazatlán, haya sido al estilo de la Ley de Herodes, “u obedeces o te jodes”, reminiscencia de pequeños tiranos locales que por no hacerle caso al mando cívico hoy andan penando alrededor del banquillo de los acusados.

Si son como los que se fueron,

Muy pronto también verán,

Que porque iguales siguieron,

Pues se van porque se van.

Muchos foros, suficientes ponencias, exageradas buenas intenciones y hasta un metrobús truncado, pero también bastantes vidas que se pierden en tanto aterrizan los programas, recursos públicos, uso de tecnologías, vigilancia de la Policía de Tránsito y educación vial que, al paso que van, atropellarán las desidias a la apuesta por la movilidad sustentable y sostenible. La realidad de más homicidios culposos (659) que los dolosos (498) en 2022 ¿no da para implementar, ya, las grandes soluciones?