Cerrar escuelas, ahora por caprichos. ¿Afectarles el futuro a niñas y niños?
Sin que haya mucho qué decir al respecto porque el tema exige el silencio que le corresponde a toda pérdida, la medida de suspender labores docentes adoptada en Sinaloa por las secciones 27 y 53 del Sindicato Nacional de Trabajadores de Educación sumerge a la sociedad en lo profundo del cenote de la intransigencia, allí donde todo pierde sentido y, aparte, nadie lo ve. Deveras, si acaso algún ciudadano se quedara al margen de las emociones que produce el quebranto de la enseñanza pública se debería a que nunca vivió el palpitar de una escuela.
Cómo debemos llamarle al intento de volverles a cerrar las aulas a más de medio millón de niñas y niños que anhelaron volver a la banca y al pupitre que les fueron vetados durante dos interminables años de pandemia. Si no tiene nombre lo desafortunado del confinamiento y la imposibilidad del gobierno para ofrecer pedagogía virtual de buen nivel, más innombrable resulta la alevosía de secuestrar el espacio escolar con motivaciones políticas.
Por donde se vea, carece de sustento laboral el conflicto que por afectar a Rubén Rocha Moya le está pegando a la sociedad entera. El SNTE se está prestando a ser ariete político en la guerra que el Partido Revolucionario Institucional, el PRI de Alejandro Moreno Cárdenas, pretende declararle al Gobernador, pero la venganza en realidad va dirigida al Presidente Andrés Manuel López Obrador por el hecho de proteger a Quirino Ordaz Coppel, el ex Mandatario estatal priista que ya despacha como Embajador de México en España.
Para justificar la insurrección a la Cuarta Transformación de Sinaloa el sindicato esgrime el estandarte de los derechos de sus afiliados que fueron afectados, pero no los muestra. Lo que sí salta a la vista es que presiona para conservar cargos directivos en la Secretaría de Educación Pública y Cultura que antes le permitían la dualidad de ser patrón y trabajador al mismo tiempo en ese esquema de opacidad, corrupción y abusos que mantuvo a la educación como rehén. Libra los últimos empecinamientos por controlar enormes bolsas de recursos públicos en provecho de cacicazgos y en menoscabo de los maestros.
Sin embargo, Genaro Torrecillas López, dirigente de la sección 27, y Ricardo Madrid Uriarte, de la 53, optaron por jugar con fuego al meterse con los sentimientos de las familias que lo único que les interesa es preparar a los hijos para mejores condiciones de vida. De paso orillan al Gobernador Rocha a acudir a las altas instancias del SNTE y del Gobierno Federal para que pongan orden en lo local y permitan que las instituciones de auditoría y de procuración e impartición de justicia actúen con la ley en la mano.
Mucho ojo con esto. Esta intentona sindical por meter los procesos educativos en el sistema de engaños y mentiras requiere de bastante agudeza ciudadana con tal de que la defensa se enfoque en lo fundamental, las habilidades y destrezas fincadas en el saber y conocimiento inteligentes, y no permitir manipulaciones masivas que nos hagan creer que el camino atestado de entelequias es el que conduce a mejor destino. Tantos años con la corrupción organizada viéndonos la cara apremian a que al menos ya sepamos predecir las intenciones malignas.
Es que no estará la realidad ofreciéndonos a cada momento posibilidades para sacar a la educación del trayecto a la insignificancia. Llegó la hora de definiciones y asunción de responsabilidades para aquellos que se forman en cualesquiera de los dos frentes, el secuestro de la escuela por parte de camarillas mafiosas o el rescate de la enseñanza pública para que esté al servicio de las legítimas causas sociales.
Somos testigos de cómo los alumnos quedaron atrapados en la defensa de privilegios e impunidades que realiza el SNTE y el esfuerzo que realiza el gobierno de Rubén Rocha Moya para recuperar para el Estado la rectoría de la educación pública. ¿De qué lados vamos? Basta de ser techos de dos aguas, ajonjolí de todos los moles, remedio y enfermedad, juez y parte o doble cara.
A nadie, sea quien sea, se le puede permitir la alteración del empeño individual o familiar para salir adelante a través de la buena educación. No quedan otras salidas del cerco de violencia, pobreza y deterioro generalizado como para bloquear la única ruta de evacuación. Entonces la lucha del SNTE por quitarle el cargo a un solo hombre, Horacio Lora Olivas, Subsecretario de Educación Básica de la SEPyC, no tiene por qué ser el disparate de afectarle el porvenir a miles de alumnos.
Por ello, a reserva de conocer la respuesta de educandos, padres de familia y maestros a la atrocidad del paro laboral de dos días cuando la normalización escolar continúa como asignatura pendiente, sigamos con la atención y la congoja puestas en las sombras tétricas que se posan sobre las escuelas públicas. Todo indica que el SNTE ha perdido lo que le quedaba de la confianza de sus propios integrantes y de los sinaloenses en general.
Al ave que de nuevo vuela,
Revoloteando en el aula,
¡Porque regresarla a la jaula,
Si su nido es la escuela!
Mensajes desencriptados
El Gobernador Rubén Rocha Moya regresó ayer a los recintos de la Universidad Autónoma de Sinaloa y le refrendó al alma máter sus cariños y se dejó querer por la comunidad rosalina. A los que esperaban un pronunciamiento “bomba” les expresó que “si de algo pueden estar seguros los universitarios, es que no encabezará un gobierno que lastime a la UAS”. Y el Rector Jesús Madueña le correspondió: “en usted vemos no sólo al Gobernador de Sinaloa, sino también al universitario que siempre ha sido, a un amigo y mentor, a un ciudadano responsable y comprometido con la gente”. Lean esto letra por letra como si estuvieran resolviendo un crucigrama.