Ceguera de taller, ¿yo? No creo

Enrique C. Camacho Páez
05 julio 2020

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‘La confianza es la madre del descuido’.

Baltasar Gracián

Estoy en mi negocio sentado en la oficina, pensando que todo va excelente, no tengo pendientes y en ese momento llega mi esposa por mí y lo primero que me dice, -“¡Ay no! qué sucia está la recepción, el personal ya no usa el uniforme y, ¿en serio? ¿subiste los precios cuando enfrente están más baratos?” Lo primero que me viene a la mente es quererla matar, respiro profundo y de pronto, me doy cuenta que son cosas tan sencillas que no las había notado y que estaban pasando frente a mi nariz.
La ceguera de taller, es un proceso que puede ser lento y paulatino donde quienes estamos dentro de un sistema, no nos percatamos de los problemas que dicho sistema tiene, pero que son tan obvios para un observador externo. Esa obviedad nunca pensé que me fuera a pasar.
Cuando estamos en una oficina, en un consultorio, en un punto de venta o cualquier área de trabajo donde nos desarrollemos, la rutina operativa se convierte en la costumbre de hacer las cosas de la misma manera todo el tiempo, lo cual nos impide ver otras opciones y nuevas oportunidades que están presentes, muchas veces al alcance de la mano. Los sociólogos consideran que algunos de los factores que hacen que una persona padezca ceguera de taller en un puesto de trabajo, son: la ya comentada rutina, las creencias, el no escuchar, no salir de la zona de confort, no ver las oportunidades, la arrogancia que nos impide analizar las cosas, entre otras.
Los dueños, gerentes o encargados de las micros, pequeñas y medianas empresas, presentan en mayor medida una ceguera de taller, ya que al ser ellos quienes fundaron estas empresas es difícil creer que estén haciendo algo mal, su costumbre así lo indica. No porque nos haya dado buenos resultados durante años la forma será buena siempre, hay otras formas de hacerlo mejor.
Cuando trabajamos solo a nivel personal y no tenemos reuniones de trabajo con el equipo donde se aporten ideas y se revisen situaciones diarias, es muy fácil tener una ceguera de taller, el trabajo en equipo, el diversificarse y utilizar nuevas tecnologías ayuda de forma directa a mitigar las situaciones no vistas.
Para evitar caer en la ceguera de taller, es común contratar consultores externos que van frescos y sin contaminación de lo que sucede en la empresa. Pero es importante que, como administradores de un negocio, además, mantengamos siempre los ojos abiertos, tengamos capacidad de autocrítica, seamos analistas ante cualquier situación, establezcamos objetivos constantes tanto internos como externos, escuchemos a los clientes, documentemos y demos seguimiento a las quejas y felicitaciones, y sí, busquemos ayuda con personas externas.
Bolívar Hernández en su artículo Ceguera de Taller comenta: “A nivel laboral, la ceguera de taller nos impide mejorar en la calidad de nuestro trabajo. En nuestra vida personal sucede lo mismo. Está claro que el obstáculo principal a vencer es nuestra mente. Muchas veces quedamos atrapados en una idea negativa acerca de nosotros mismos que nos impide alcanzar lo que queremos. Aferrados a esa idea, dejamos de ver que otras personas en igualdad de circunstancias están haciendo lo que nosotros creemos que no podemos”.
Hay una frase que me viene a la mente hablando del tema, “dejamos de ver lo extraordinario dentro de lo ordinario”. Es por eso que agradezco a mi esposa su forma tan fácil de ver lo que yo no alcanzo a ver en mi negocio, y eso que siempre decía, ¿yo, ceguera de taller? Pues sí, pero siempre estamos a tiempo de resolverlo.
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Profesor de ICAMI en las áreas Administrativas y Financieras. Auditor y Consultor de Negocios.