Cautivantes relatos
Desde pequeños aprendimos la seducción que las historias y cuentos operan en nosotros. Para enseñar y cautivar a un pequeño, no hay mejor arte que el de recurrir a narrar historias. Los cuentos, narraciones y anécdotas son, también, la mejor arma comercial si se quiere vender un producto, puesto que somos seres netamente emocionales.
Por tal motivo, utilizando la lengua inglesa, se dice que del branding se pasó al brandstory, para significar que las campañas publicitarias o mercadológicas ya no se basan tanto en subrayar el logotipo y precio, cuanto en las historias y significado que transmiten las marcas; lo que denominan “storytelling”.
Ashram Ramzy, fundador de la firma de mercadotecnia holandesa llamada “Narrative”, especificó: “la gente no compra productos, sino las historias que esos productos representan. Así como tampoco compran marcas, sino los mitos y arquetipos que estas marcas simbolizan”.
De igual forma, el ensayista francés, Christian Salmon, autor del libro “Storytelling. La máquina de fabricar historias y formatear las mentes”, recalcó la permanente vigencia del relato a través del tiempo: “Bajo sus casi infinitas formas -escribía Roland Barthes-, el relato está presente en todas las épocas, en todos los lugares, en todas las sociedades; el relato empieza con la humanidad; no hay, nunca ha habido un pueblo sin relato”.
Anthony de Mello, en su libro, “El poder de la rana”, resaltó el impacto que logran los relatos: “Por eso mismo, los maestros espirituales de la humanidad -tales como Buda o Jesús- idearon un recurso para eludir la oposición de sus oyentes: el relato. Ellos sabían bien que las palabras más cautivadoras que posee el lenguaje son: «Érase una vez...»; y sabían, de igual modo, que, si bien es frecuente oponerse a una verdad, resulta imposible resistirse a un relato”.
¿Me cautivan los relatos?