Canibalismo: una dieta paleo

Alberto Kousuke De la Herrán Arita
05 septiembre 2020

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alberto.kousuke@uas.edu.mx

A pesar de que existen innumerables dietas para bajar de peso o ponerse en forma, la dieta paleo se ha vuelto una de las más populares en los últimos años.

Una dieta paleo es un plan de alimentación que se basa en consumir alimentos similares a los que se habrían comido en la era Paleolítica (hace aproximadamente 2.5 millones a 10,000 años). El objetivo de una dieta paleo consiste en regresar a un modo de alimentación similar al de los primeros humanos.

El razonamiento de la dieta es que el cuerpo humano es genéticamente incompatible con la alimentación moderna, la cual surgió a partir de la aparición de la agricultura (era Neolítica). La agricultura cambió lo que comían las personas y estableció los lácteos, cereales, y legumbres como alimentos de primera necesidad adicionales en la dieta humana.

Algo que los “fitness coach” omiten mencionar, es que algunos humanos del paleolítico comían carne humana (antropofagia).

Comer carne humana es mala idea. Es muy difícil sobrevivir y reproducirse si los demás miembros de tu especie están buscando alimentarse con tus carnitas; no obstante, existen muchos animales que son caníbales, desde la mantis religiosa que devora a su pareja, hasta el ratón que se come a sus bebés.

Obviamente existen factores sociales y morales a considerar cuando se trata de comer carne humana, pero si nos enfocamos estrictamente en la biología, comerse al vecino le brindó una ventaja evolutiva a algunos de nuestros ancestros.

Existe evidencia arqueológica de que la carne humana era parte de la dieta en ciertas sociedades del pasado, correspondiendo hasta el 10 por ciento de la dieta en algunas de ellas.

La carne humana tiene más valor nutricional que otros tipos de “carne”. Nuestra carne posee el mismo número de calorías que otros animales de nuestro tamaño, pero tiene un perfil único de proteínas, grasas, y otros nutrientes (justo como la carne Wagyu tiene más grasa y menos proteína que un rib eye).

Entre más parecida sea tu comida a ti, el perfil nutricional será más adecuado para cubrir tus necesidades biológicas. Esto quiere decir que la carne humana es una de las opciones más nutritivas para otros humanos (en teoría).

A pesar de que comer carne humana pareciera ser lo más nutritivo (en teoría), existe una desventaja en dicha práctica, las enfermedades.

Entre más cercano genéticamente esté el alimento, hay más probabilidades de contagiarse de una enfermedad.

Un ejemplo claro son los nativos de Papua, Nueva Guinea. En la década de los 20s, una enfermedad llamada “kuru” empezó a esparcirse por Papua. Kuru significa “temblar” y esta enfermedad se caracteriza por alteraciones neurológicas como temblor, inestabilidad emocional, dificultad del habla, y eventualmente la muerte.

Investigadores descubrieron que el kuru era una enfermedad causada por “priones”, unas proteínas anómalas que el cuerpo es incapaz de eliminar y que se acumulan en el cerebro, alterando la función neuronal.

Las enfermedades causadas por priones no son infecciosas, pero uno se contagia al consumir alimento contaminado, en este caso cerebros humanos.
La gente de Papua tenía la tradición mortuoria (hasta la década de los 50s) de alimentarse de las partes de aquellos seres queridos que dejaban esta tierra.

Las enfermedades por priones no son la única razón por la cual la antropofagia es una práctica riesgosa, existen innumerables enfermedades contagiosas que se pueden esparcir simplemente con tocar a una persona infectada.

A pesar de esto, un estudio publicado en “The American Naturalist” en 2017 infiere que el canibalismo pudo haber protegido a nuestros antepasados de contraer enfermedades infecciosas. Alimentarse de otro humano te expone a muchos patógenos, pero al mismo tiempo, protege al resto de la comunidad de entrar en contacto con dichos patógenos. El canibalismo pudo haber disminuido la velocidad con la cual se esparcían los patógenos.

Pero antes de que decidas hacer un pozole paleo, comer carne humana es una práctica altamente riesgosa. La medicina moderna es mucho más efectiva que comerse al vecino. Asimismo, existe amplia evidencia de que el consumo de carne (cualquiera que sea la especie) es nociva para la salud.

Hoy en día contamos con una gran variedad de alimentos con alto valor nutricional. Comer carne es algo del pasado.