Candidato de Morena y alianza del PRI. ¿Por qué quieren gobernar en Sinaloa?

Alejandro Sicairos
16 diciembre 2020

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alexsicairos@hotmail.com

 

A reserva de que el Movimiento Regeneración Nacional defina hoy su candidato al Gobierno de Sinaloa, y con ello pueda apaciguar el creciente fragor del fuego amigo que intenta descarrilar la decisión, y que el Partido Revolucionario Institucional informe qué siglas irán en alianza con él en el contexto de guerra interna y externa a todo lo que da para frustrar la coalición, hay tiempo todavía para inquirir a los aspirantes a suceder en el cargo a Quirino Ordaz Coppel sobre qué los motiva a querer gobernar el territorio de los once ríos.

La víspera avisa que en los dos bloques políticos en fase de integración ya está colocada la pólvora que buscará dinamitar los consensos. El dirigente de Morena, Mario Delgado Carrillo, se calará este día como elemento de armonización o desbarajuste, según la determinación que anuncie; el Gobernador podrá hacer el movimiento final en el ajedrez 2021 una vez que conozca la estrategia del contrincante.

Llegó el momento de que los aspirantes de todos los partidos o de las coaliciones que resulten se hagan tres preguntas básicas. ¿Pueden realmente ganar la elección de Gobernador de Sinaloa? ¿Se sienten capaces de competir contra la gran fuerza política que es el Movimiento Regeneración Nacional o vencer la inminente alianza que con el Partido Revolucionario Institucional a la cabeza busca retener la titularidad del Ejecutivo estatal? ¿Tienen la trayectoria ejemplar para generar empatía con electores que cada vez más acuden al voto a conciencia?

Al enseñar la sed de poder antes que el programa de gobierno, se mimetizan en la misma artimaña de siempre en la cual se concibe a la masa electoral como muchedumbre alucinada por frases buscapleitos, rostros agraciados por la cosmetología proselitista, debates brutalmente agresivos y operativos anquilosados de cooptación de votos.

En cada partido y coalición en ciernes inexiste el planteamiento de fondo no obstante que ya están estructurados los modos y operadores que tratarán de reventar los acuerdos, así como están listos los manuales de guerra cuyo objetivo y presa serán los adversarios. Sergio Torres Félix, por ejemplo, subordina la eventualidad de una victoria electoral a la fuerza que muestre desde el paraguas del Movimiento Ciudadano para descarrilar la alianza y el candidato del PRI.

En sentido opuesto, en el war room priista se traza el plan para que el ex Alcalde de Culiacán y ex Secretario de Pesca del Gobierno del Estado cause la menor ruptura posible entre cuadros y bases cuya fidelidad al tricolor ha sido siempre a prueba de todo. Mientras Torres Félix descalifica los acuerdos que le dan forma al binomio partidista PRIAN, en el PRI el dirigente Jesús Valdés integra la coalición aun luchando contra el viento y contra Sergio.

El PRI en Sinaloa es arena de tantas luchas que no habrá coronas de olivo para todos. En otro frente de batalla el Senador Mario Zamora intenta detener la carrera de Juan Alfonso Mejía hacia la postulación a Gobernador, blandiendo el petate de muerto que consiste en el respaldo que el actual Secretario de Educación Pública y Cultura tiene del empresario Claudio X. González o divulgando la profecía de que los priistas no transitarán con un candidato externo.

En Morena ya es muy sabido que Gerardo Vargas Landeros y Luis Guillermo Benítez Torres fincan sus posibilidades de ser el candidato a Gobernador en si pueden o no sacar de la jugada a Rubén Rocha Moya. Por ser el Senador el que asomó con mucha anticipación en la sucesión sinaloense, el ex Secretario de Gobierno y el Alcalde de Mazatlán se han obsesionado en el futurismo propio a expensas de frustrarle la aspiración al ex Rector de la UAS.

Vale la alegoría del niño, la piedra y la iguana para adelantar un desenlace. A cualquiera se le cansa el brazo queriendo abatir a pedradas al reptil de gruesa piel y podría resultar que éste no sea ni siquiera la presa a asediar por aquellos que por pretender un buen caldo terminan engordándole el consomé a otros. Por si acaso no se entendió, hay un pejelagarto al que tienen que derrumbar primero.

Por esas razones, de partidos y coaliciones que unos construyen y otros demuelen, tendrían que ser resueltas las tres interrogantes planteadas. Resolverlas ahora una vez que Morena y PRI van a resolver sus candidaturas y que el Congreso del Estado publicó la convocatoria para las elecciones constitucionales locales de 2021. A los candidatos que emergen como mar embravecido por ambiciones, venganzas y sueños guajiros valdría la pena llamarlos a serenarse en estos días de paz e interpelarse a sí mismos para qué quieren gobernar y si realmente pueden gobernar.

Es que pareciera que la configuración en Sinaloa de dos grandes bloques electorales está estimulando candidaturas que únicamente serán exitosas en un contexto de quiebre de los demás. En la medida que derrumben lo que el adversario erige será el desenlace de proyectos de poder que renuncian a la civilidad y lo arriesgan todo en la anarquía que les sea posible generar. El consabido modus operandi de a río revuelto ganancia de pescadores.

 

Reverso

Dos albricias juntas van a dar,
Una mala y una buena:
El candidato de Morena,
Y la guerra sucia a librar.

 

El destino del 'Químico'

Una conjetura vinculó ayer el aplazamiento de la renuncia de Luis Guillermo Benítez Torres a la Alcaldía de Mazatlán porque fue enterado del resultado adverso de la encuesta que Morena realizó el sábado y domingo recientes en Sinaloa, dejándolo fuera de la candidatura a Gobernador. En unas horas se sabrá qué pasó con la postulación que “El Químico” ha buscado sin importar que tenga que pactar con el diablo mismo. Mientras tanto nada es descartable.